4 MAY 2022
(...) Reformar el sistema eléctrico
La aceleración de la transición energética es uno de los pilares de la hoja de ruta planteada. En concreto, proponen impulsar un sistema eléctrico eficiente, inteligente y 100% renovable y democrático para el año 2030. “No podemos seguir dependiendo de regiones tan inestables como Rusia, es algo que teníamos que haber hecho mucho antes”, ha apuntado por su parte el responsable de Gobernanza Ambiental y Convenios Internacionales en SEO/Birdlife, Juan Carlos Atienza, quien añadía además: “No podemos seguir dependiendo de grandes inversores y de de grandes empresas, hay que democratizar la energía”.
Una nueva legislación que potencien aún más la generación renovable, promoviendo el uso de tejados y de zonas industriales degradadas y zonas del medio rural con bajo valor ambiental, es clave para este punto de la hoja de ruta.
Además, la puesta en marcha de un plan de inversión a gran escala para descarbonizar los hogares de cara a 2035 es otra de las propuestas enarboladas por las organizaciones ambientalistas. “Necesitamos consumir menos energía, hay que profundizar en ahorro energético”, remarcaba Atienza, haciendo especial hincapié en la necesidad de que dichas políticas se desvinculen del precio del gas y en la importancia de transformar el consumo de los hogares, desde la sustitución de las calderas de gas al aislamiento térmico.
Campo vulnerable
En lo referente a la soberanía alimentaria, el G5 ambiental denuncia que el modelo de producción agrario predominante en España es enormemente vulnerable por depende de insumos externos, como el hecho de que el 27,6% del maíz, el 12,9% del trigo y el 31,4% de las tortas de aceites vegetales importadas en España tiene como origen Ucrania o Rusia. Además, como recordaba la coordinadora de Amigos de la Tierra, Blanca Ruibal, “el sector ganadero industrial está totalmente sobredimensionado”, especialmente el porcino con la problemática de las macrogranjas intensivas.
Así, la primera de las cinco claves en lo que se refiere a la soberanía alimentaria es la puesta en marcha un plan de transición justa para el sector ganadero que ponga fin en 2030 a las explotaciones ganaderas industriales, previa moratoria de este tipo de instalaciones. Para ello, remarca Ruibal, “es imprescindible apoyar al sector ganadero para que transite hacia otros modelos como el extensivo, que mantiene los pastos y es de los sectores que más población es capaz de fijar en el medio rural”.
La apuesta por un modelo de producción agroecológica, que minimice el consumo de combustibles fósiles e insumos agrarios es otra de las claves. “Es imprescindible utilizar menos fertilizantes, menos fitosanitarios y relocalizar y acercar la producción y el consumo”, apuntaba Ruibal. “Parece cada vez más inconcebible el trasiego de alimentos y mercancías por todo el mundo yendo de aquí para allá, con el coste inmenso que tiene en emisiones de gases de efecto invernadero, y que pone además a nuestro sector agrario en una situación insostenible de competir en un mercado global”.
(...) Por último, el G5 ambiental defiende que la promoción de una dieta sostenible y saludable, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud e incidiendo en la reducción del consumo de proteína animal, es otro de los factores que el Gobierno debe atajar en esta hoja de ruta contra la crisis energética y alimentaria actual. “Incidimos en una medida que defendemos desde hace años: que usemos el mecanismo de compra pública para mandar señales e incentivar el consumo de cercanía”, exponía Del Olmo (...)
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OTRA COSA: "La vida en los árboles, capítulo de la serie "Aragón Inesperado", de Eduardo De la Cruz
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