La Historia arroja a veces paradójicas
coincidencias.
http://iniciativadebate.org/2015/08/07/neonazis-y-judios-paradojicas-simetrias-del-odio/6 Agosto 2015
EL EXTREMISMO RELIGIOSO JUDÍO
Israel vive estos días bajo la conmoción
del horrible atentado contra una humilde casa de una familia palestina a
la que prendieron fuego, con sus moradores dentro, unos desconocidos
que dejaron señales de su identidad religiosa judía extremista. Como
resultado del acto criminal, murió abrasado un bebé de 18 meses, otro
niño de cuatro años se recupera con gran sufrimiento de sus heridos y la
madre lucha entre la vida y la muerte. El hecho tuvo lugar en Duma, en
la Cisjordania ocupada por Israel.
Las agresiones a los palestinos han ido
en aumento. Responden a una campaña denominada “precio a pagar”. Pura
represalia contra el derecho a rebelarse. Se han interceptado manuales
de cómo elaborar explosivos caseros, redactados por extremistas.
El atentado de Duma ha sido tan
espantoso que el gobierno israelí se apresuró a considerarlo como un
“acto terrorista”, término que suele reservar casi exclusivamente a las
acciones cometidas por las distintas facciones militantes palestinas. Se
trata de un paso importante, ya que no sólo tiene consecuencias
políticas, sino especialmente jurídicas. Las autoridades han permitido
que a los sospechosos de estar relacionados con éste u otros atentados
similares se les apliquen las medidas de presión policial y
administrativas más estrictas, hasta ahora sólo sufridas por los
palestinos.
El atentado ha tenido un impacto aún
mayor al coincidir con una serie de atentados homófobos protagonizados
también por sectores extremistas religiosos judíos. La manifestación del
Día Mundial del Orgullo Gay, el pasado mes de julio, concluyó con el
apuñalamiento de seis de sus participantes (una de ellas, fallecida), en
la ciudad de Tel Aviv, la más abierta y cosmopolita del Estado de
Israel.
Las voces críticas, en la oposición
política y social, consideran que el gobierno se ha sentido presionado
por una repulsa creciente y el riesgo de un empeoramiento de la ya de
por si deteriorada imagen de Israel entre sus propios países aliados o
amigos. Sea como fuere, los servicios de inteligencia israelíes parecen
haberse decidido a encontrar y apresar a los responsables de estos
atentados y la no menos importante de prevenir ulteriores sobresaltos.
La medida más notable hasta ahora ha
sido la detención de dos extremistas. Uno de ellos representa un símbolo
o estandarte de estos grupos intolerantes. Se trata de Meir Ettinger,
nieto de Meir Kahane, un histórico líder de los grupos terroristas
judíos anti-arabes, que fue asesinado en Nueva York en 1990. El abogado
de Ettinger ha asegurado ruidosamente que su cliente es inocente y que
su persecución policial es un espectáculo orquestado por el Estado para
aparentar que hace algo, ante las presiones sociales y políticas.
Ettinger acredita un intenso historial
de actividades violentas anti-palestinas. Es un activo participante en
el movimiento más radical de los colonos que se oponen incluso a la
ultra permisiva política de asentamiento del actual gobierno derechista
israelí. Toda su familia milita activamente en este sector
intransigente, que desafía continuamente los mínimos límites oficiales
en relación con la política de colonización. Ettinger, de aspecto y
modales suaves, es un consumado extremista y un ideólogo del odio. Hace
poco se confesó “alentado” por el incendio de la Iglesia de Galilea
donde la Biblia sitúa el milagro de los panes y los peces.
A pesar del reciente endurecimiento del
discurso oficial, el crecimiento de estos grupos, pero sobre todo su
impunidad, es debido en gran parte a la laxitud con la que el gobierno y
las instituciones policiales, militares y judiciales han venido
actuando durante años. El 85% de las denuncias palestinas por ataques de
colonos fanáticos judíos acaban en nada, según la ONG israelí Yesh Din.
Más aún, la sociedad israelí, cada vez
más polarizada y propensa a respaldar políticas intolerantes y
extremistas, debido al estancamiento del proceso de paz y lo que
perciben como radicalización del movimiento palestino, se ha mostrado
evasivo ante el fenómeno extremista. Estos días, el ensayista Edgar
Keret denunciaba valientemente la tibieza con que la ciudadanía israelí
convivía con estas expresiones de odio. Reprochaba a los medios que
inflaran el número de asistentes a la manifestación convocada para
condenar los últimos atentados (1).
Ciertamente, Israel se desliza cada vez
más hacia posiciones intransigentes y contrarias a la reconciliación y
la paz con los palestinos. Los movimientos progresistas que gozaron de
gran vigor incluso después del ciclo de guerras contra los enemigos
árabes, se han ido debilitando durante la agudización del conflicto con
los palestinos, desde la primera Intifada, en los años ochenta, hasta el
actual estancamiento del dudoso proceso de paz o la permanente amenaza
de operaciones militares en Gaza.
EL MALESTAR ALEMÁN
En Alemania, el movimiento neonazi,
aunque muy residual y estrechamente sometido a control, se está
aprovechando del inquietante incremento de la intolerancia frente al
fenómeno de la inmigración. La xenofobia adquiere, por lo general unos
modos carentes de manifestaciones violentas, como el que representa el
movimiento Pégida, o en su dimensión más política, el partido
Alternativa por Alemania, que ha conseguido captar al 10 por ciento del
electorado germano.
A pesar de que no haya motivos sólidos
para caer en el alarmismo, en lo que va de año la policía alemana
registró 173 ataques de contenido de racista contra centros de acogida
de inmigrantes y demandantes de asilo, una cifra tres veces superior a
la del año anterior. Es decir, un ataque por día. La mayor parte de
estas acciones terroristas se han producido en territorio de la antigua
RDA, donde anidaron grupos de extrema derecha tras el hundimiento del
régimen comunista. Los grupos neonazis han firmado muchas de estas
acciones criminales.
Los políticos alemanes, como los
israelíes, afrontan el fenómeno de la violencia racista con
disgusto, malestar o incomodidad. Pero no todos con la misma intensidad.
Los dos grandes partidos, CDU y SPD se esfuerzan por sintonizar sus
mensajes de condena. Sin embargo, la rama bávara de los democristianos,
la Unión Social Cristiana, acompaña su discurso de repulsa con otro de
oposición al “abusivo sistema de asilo”.
(1) “Does Israelies still about Justicie?”. NEW YORK TIMES, 3 de agosto.
(2) DER SPIEGEL, 24 de Julio. Fuente: http://www.nuevatribuna.es/articulo/mundo/neonazis-y-judios-paradojicas-simetrias-odio/20150806185916118869.html
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