EL ART. ES DE HACE UN AÑO, PERO VALE COMO ESPEJO: PAQUITA
El sector turístico representa el 11% del PIB y acapara casi el 13% del empleo. Pero ¿hasta cuándo podremos mantener ese ritmo de crecimiento? ¿Podemos llegar a gripar ese motor? Y la respuesta es sí: por falta de agua
Mientras los españoles hemos alcanzado un alto nivel de ahorro de agua hasta situarlo en los 127 litros por persona y día, la media de consumo de un turista va de los 450 hasta los 800 litros diarios. José Luis Gallego 2/09/2016
http://www.eldiario.es/zonacritica/agua-turista_6_554754536.htmlEl sector turístico representa el 11% del PIB y acapara casi el 13% del empleo. Pero ¿hasta cuándo podremos mantener ese ritmo de crecimiento? ¿Podemos llegar a gripar ese motor? Y la respuesta es sí: por falta de agua
Mientras los españoles hemos alcanzado un alto nivel de ahorro de agua hasta situarlo en los 127 litros por persona y día, la media de consumo de un turista va de los 450 hasta los 800 litros diarios. José Luis Gallego 2/09/2016
España está batiendo sus
propios récords de visitantes año tras año. En los siete primeros meses
de 2016 el número de turistas que visitaron nuestro país aumentó más de
un 11% hasta alcanzar la cifra récord de 42,4 millones. Un porcentaje
que se va a disparar a la que añadamos los datos de este mes de agosto,
que en algunos destinos ha sido apoteósico. Así que lo más probable es
que el anterior récord histórico de turistas, alcanzado en 2015 con 68
millones de visitantes, se vea superado incluso por encima de las
previsiones oficiales del 3,8%.
Excelentes noticias
para un país donde el sector turístico es uno de los principales motores
de la economía: factura casi 125.000 millones de euros, representa el
11% del PIB y acapara casi el 13% del empleo. Pero ¿hasta cuándo
podremos mantener ese ritmo de crecimiento? ¿Podemos llegar a gripar ese
motor? Y la respuesta es sí: por falta de agua.
Mientras batimos récords de turistas el país atraviesa
una de las peores sequías de los últimos años. Aunque no salga en los
telediarios, aunque no ocupe espacio en los digitales ni se hable de
ello en las tertulias de radio. Media España está en alerta y las
previsiones de lluvias a corto plazo no dibujan un panorama demasiado
esperanzador para las comunidades más afectadas, como Cataluña,
Comunidad Valenciana o Región de Murcia. Incluso Galicia, pese a no
estar en alerta, está sufriendo el verano más seco desde 1873.
La situación es tan seria que incluso nuestro principal comodín, el del
agua embalsada, podría quedarse corto si tenemos que echar mano de él
si no empieza a llover pronto y de manera generalizada. Porque tenemos
los embalses al 57%, en torno a la media es cierto, pero por debajo del
año pasado.
Con 350 embalses y una capacidad de
almacenamiento de 56.000 hectómetros cúbicos de agua, nuestras reservas
suponen aproximadamente la mitad de la suma total del caudal de nuestros
ríos. Tenemos pues una buena cantimplora. Pero hasta las cantimploras
más grandes se pueden quedar vacías si las usamos sin moderación. Y eso
es lo que hace el turismo: malgastar el agua de nuestra cantimplora.
Porque mientras los españoles hemos alcanzado un alto nivel de ahorro
de agua hasta situarlo en los 127 litros por persona y día, la media de
consumo de un turista va de los 450 hasta los 800 litros diarios. Lo más
acollonante es que ese mismo individuo, ya sea holandés, alemán o
sueco, consume en su domicilio incluso menos agua que nosotros. ¿Dónde
está la explicación? ¿Por qué los turistas tienen barra libre para
consumir agua en nuestros campings, hoteles o apartamentos?
La respuesta está en la desidia y la falta de responsabilidad del
turista de sol y playa al que la situación del agua en España le importa
un bledo. El retrato robot de esos 70 millones de turistas que nos
llegan cada año es medioambientalmente espantoso. Por eso deberíamos
actuar de manera inmediata para atajar el alto derroche de agua del
sector turístico, y la mejor manera de hacerlo es la aplicación de una
ecotasa turística variable. Un canon como el que regula nuestro consumo,
donde el ciudadano ahorrador paga el agua más barata y el derrochador
la paga mucho más cara. Lo mismo debería ocurrir con los turistas.
La cosa es tan simple como poner un contador por habitación y a la hora
de saldar la cuenta en recepción hacer los cálculos. ¿Qué el cliente ha
demostrado ser un tipo responsable y se ha ajustado al consumo medio?
Hasta pronto, ha sido un placer. ¿Qué ha pasado de todo y ha tirado de
grifo como si estuviera a orillas del Amazonas? Zasca: a pagar.
O eso o esperar a que nuestro modelo colapse. Porque las previsiones
van a peor. El cambio climático es un muro contra el que el sector
turístico español va de cabeza y a toda velocidad. Y lo peor de todo es
que parece no verlo. Ni el retroceso de las playas, ni el aumento de las
temperaturas, ni la saturación: el mayor obstáculo es que no tenemos
agua para tanto turista, y menos para este tipo de turistas.
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OTRA COSA: Las mentes menos lúcidas de mi generación ocupan cargo público
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OTRA COSA: Las mentes menos lúcidas de mi generación ocupan cargo público
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