Vanesa Jiménez 24 Mayo 2023
Que Florentino Pérez lidere la lucha contra el racismo es un hecho extraordinario. Que los dos territorios implicados, Valencia y Madrid, sean las comunidades clave del PP en Moncloa, una oportuna casualidad
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En ocasiones suceden cosas extraordinarias. No ni ná. Como que en un país en el que la ultraderecha tiene 52 diputados en el Congreso y permite los gobiernos del PP en varios territorios se viva una colosal campaña contra el racismo que monte en el mismo barco a Podemos, al presidente de la CEOE, al partido de Núñez Feijóo al completo y hasta a Lula Da Silva a pocos días de unas elecciones. Tan extraordinario es el asunto que la campaña en cuestión está impulsada por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, jefe del Ibex y activista antirracista desde el pasado domingo, cuando uno de los grupos de racistas que campan desde hace décadas en los estadios de fútbol se comportó como lo que son, unos racistas, además de xenófobos, homófobos y machistas, que esto es un pack indivisible.
Dentro de este acontecimiento extraordinario, y por una alineación planetaria de esas que no se dan en 500 años, el activista antirracista Pérez tuvo la oportunidad de compartir su lucha con los dos candidatos del PP de Madrid que buscan revalidar gobierno en las elecciones del 28M, conocidos también por su activismo antirracista. En la recepción al Real Madrid de baloncesto, campeón de la Euroliga, el alcalde José Luis Martínez-Almeida, acompañado por la vicealcaldesa Villacís, que vistió una camiseta de Vinícius porque ella también está en la lucha, se entregó con entusiasmo: “Quiero concluir diciendo, presidente, que tenéis toda la solidaridad de la ciudad de Madrid. No al racismo. No a la xenofobia… Una institución modélica como el Real Madrid no tiene por qué soportar que se produzcan ese tipo de comportamientos. Y la mejor forma de combatirlos es la forma con la que vosotros lo hacéis”. En primera fila asentía Florentino Pérez, que antes, o después, no sé decirles, le había dado una colleja al alcalde mientras este comparecía ante los medios.
Después fue la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, quien ya en Sol agradeció “el trabajo que ha realizado tanto el club como Florentino Pérez, emprendiendo desde hace ya muchos años el poner a raya cualquier actitud violenta o intolerante tanto en vuestros partidos como en el estadio”. Ayuso es activista antirracista pero menos, porque no hace falta, porque “España no es racista. Es un país de acogida, de apertura, como lo es el Real Madrid, como lo es esta región capital, donde todos somos madrileños desde el primer día”. Todos menos Serigne Mbayé.
El asunto extraordinario del que venimos hablando se resume en que la lucha contra el racismo, una bandera de la izquierda, ha cambiado de bando a cinco días de las elecciones, al menos para la gran mayoría de los medios de comunicación, que son pieza clave en el voto. Pero, además, el asunto extraordinario contiene elementos también extraordinarios, como que Madrid y Valencia, los dos territorios en los que se disputa esta lucha antiodio, sean también las dos comunidades que el PP necesita para llegar a La Moncloa a finales de año (...)
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