20/4/23
Vendiendo humo: Chaves, el crimen y la inseguridad
(Luis Paulino Vargas Solís)
Las propuestas que el gobierno presentó se centran en el endurecimiento de diversas leyes. Eso, más la promesa de poner más policías en las calles, pero sin ninguna seguridad en el sentido de que esos policías tendrán las condiciones mínimas para trabajar decentemente. Además, sacrificando días de descanso, lo cual, al cabo, puede ser realmente peligroso: policías fatigados y estresados pueden ser una amenaza, antes que una protección, para la población, y más aún puesto que nada se nos dice sobre mejorar los procesos de educación cívica que reciben.
Algunas otras omisiones, muy graves, son las siguientes:
1) Una vez más, no se quiere reconocer que Costa Rica está siendo víctima de la infame “guerra contra el narco”. Era algo totalmente previsible, y, perdonen ustedes, en su momento, hace ya muchos años, yo mismo traté de hacerlo ver. La experiencia de otros países -México, por ejemplo- ya nos lo advertía. Esa infausta “guerra” es un excelente negocio para la industria del armamento, y, a la vez, un poderoso combustible para las mafias del narco, precisamente porque estas se alimentan de la violencia, y la violencia les proporciona el dopaje que les permite echar músculo.
2) Igualmente se elude reconocer que hay una serie de condiciones sociales, económicas y culturales, que refuerzan la violencia y les facilitan tremendamente las cosas a las mafias. Para ponerlo en términos similares a los que utilizó el mismo Rodrigo Chaves: somos un país donde los problemas del empleo y la precarización, siendo agudos en sus manifestaciones, han devenido crónicos en virtud de su persistencia.
3) Deberíamos reconocer -pero no existe la humildad para hacerlo- que hemos permitido que se asiente una atmósfera cultural e ideológica, que privilegia el consumismo inmediato y el individualismo egoísta, y que aplaude y reverencia el poder del dinero. Los valores de la solidaridad han sido apropiados por el marketing, para rentabilizar las desgracias que la gente vive, sin jamás cuestionarse sobre los motivos de fondo que las generan ¿Cómo no va prender la violencia en un contexto social intoxicado por esa visión distópica de la vida?
4) Un aspecto en particular me llamó la atención en el discurso del presidente: tratándose de la juventud, su único compromiso fue endurecer la Ley de Justicia Penal Juvenil (No. 7576). La realidad es que, todos los días, muchachos muy jóvenes están siendo asesinados. Lo cierto es que, como país, hemos convertido a nuestra juventud -sobre todo la más pobre y marginalizada- en carne de cañón a disposición del crimen organizado. Sobre esto Chaves no tiene nada que decir. No le preocupa y, desde luego, jamás podría sentirse conmovido.
5) Es necesario darle educación y empleo a nuestra juventud. Pero no hay políticas de empleo, y, en materia educativa, lo que tenemos es una ministra firmando convenios con su prima, para mercantilizar la educación.
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