NUEVATRIBUNA.ES ALFONSO ROLDÁN PANADERO 29 NOV. 2020
Felipe, Guerra, Cebrián, los jarrones y las fotos
Hasta Dios ha muerto en este 2020 con la desaparición de Maradona, el último mito popular planetario. Aquí en España tuvimos otro dios, que se convirtió en jarrón chino y que ahora quiere renacer de sus cenizas como Ave Fénix. Paradójicamente en ese renacer parece acompañado por quien fuera su escudero. Y con pluma, más de “agitpro” que de reflexivo académico, un casi octogenario periodista se une en la conformación del trío, sin dejar muy claro quién es el Padre, quién el Hijo y quién el Espíritu Santo.
Ni Pablo Casado, ni Isabel Díaz Ayuso suponen un verdadero peligro a corto plazo para el Gobierno de PSOE-UP. El griterío de las tres derechas son tormentas de superficie por mucho que crispen la atmósfera. Tormentas que, por otra parte, ciertamente terminarán erosionando las instituciones democráticas. El verdadero mar de fondo de la temperatura política viene de la vuelta a la actualidad de Felipe González, Alfonso Guerra y la retahíla de artículos de Juan Luis Cebrián.
Al inicio de los noventa, los primitivos teléfonos móviles empezaron a jugar malas pasadas y el 26 de abril de 1991 nos enteramos que para Txiki Benegas, secretario de organización del PSOE, Felipe González era “Dios”, aunque no a nivel Maradona, se ve que era uno de los motes que le daban al presidente los más destacados militantes del PSOE. Con el tiempo, este Dios local que indudablemente lideró su partido y España acabaría perdiendo unas elecciones frente a José María Aznar, víctima de su propia soberbia. En ese instante hizo mutis por el foro y reconoció que los expresidentes son como un jarrón chino en un apartamento pequeño, que aunque tengan valor, puede terminar en el suelo fácilmente.
Alfonso Guerra, el mejor “poli malo” que pueda existir en política, siempre tuvo una lengua de morderse y envenenarse. Era la suya mano de hierro en la disciplina del PSOE, haciendo famosa aquella máxima de “quién se mueve no sale en la foto”. Máxima que desde luego en la actualidad no se aplica porque quien más se mueve es él mismo y el propio González en permanentes ataques a Pedro Sánchez y al Gobierno de coalición (...)
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