Vía Jorge Marco
Qué hacer con la memoria de los muertos de la guerra y la dictadura en España
"Una nueva memoria cívica lo que debe hacer es arrebatar los discursos del franquismo, dotarles de un nuevo significado, y situarlos en un nuevo marco narrativo"
Por un lado, una parte de la derecha social, mediática y política ha asumido un discurso negacionista sobre los crímenes del franquismo, mientras que otra se refugia en el discurso de la “reconciliación nacional” de la Transición para denunciar que este tipo de leyes reabren heridas y, por lo tanto, que no es necesario remover el pasado.
El ejemplo más claro de esta segunda versión fue la decisión del nuevo Ayuntamiento de Madrid de retirar, en 2019, las placas con los nombres de todas las personas fusiladas por la dictadura de Franco en el cementerio del Este entre 1939 y 1944 del memorial que había construido el consistorio anterior, y sustituirlas por una inscripción que dice “El pueblo de Madrid a todos los madrileños que, entre 1936 y 1944, sufrieron la violencia por razones políticas, ideológicas o por sus creencias religiosas. Paz, piedad y perdón”.
1) invisibilizaba (una vez más) a las víctimas de la dictadura de Franco, 2) humillaba a estas víctimas y provocaba un mayor sufrimiento en sus descendientes, 3) difuminaba las lógicas de violencia que operaron durante el conflicto armado español, hasta el punto de equipararlas, y 4) reproducía un discurso de “reconciliación nacional” elaborado durante la Transición que está poblado de silencios, olvidos e impunidad. Bajo la apariencia de reconocer a todas las víctimas por igual, en realidad la decisión del nuevo Ayuntamiento de Madrid provocaba un mayor enquistamiento del conflicto de memorias por cuatro motivos fundamentales:
Por otro lado, la izquierda social, mediática y política ha tendido a asumir la teoría de que existen dos tipos de memoria: una “apología memoriae” de las víctimas asesinadas en la zona republicana y una “damnatio memoriae” de las víctimas del franquismo.
La teoría de la “damnatio memoriae” sostiene que las víctimas del franquismo fueron estigmatizadas, negadas y olvidadas durante la dictadura franquista y, lo que es más grave, durante el periodo democrático tras la muerte de Franco. Por ese motivo es tan importante dignificar la memoria de las víctimas del franquismo. De este modo, además, se reforzaría nuestra cultura democrática al establecer un claro cordón umbilical (y sanitario) entre la experiencia democrática de los años 30 y el presente.
Desde mi punto de vista, la primera premisa es innegable y no se puede reconstruir una memoria cívica sin reconocer el carácter subalterno que han tenido estas víctimas desde 1936 hasta la actualidad. Ochenta años de negación e invisibilidad colocan a estas víctimas en una posición subordinada, aspecto que debe ser tenido en consideración a la hora de construir una memoria cívica (...)
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