El 11 de abril de 2019, la policía británica sacó a rastras a Julian Assangefundador de WikiLeaks, de la embajada de Ecuador en Londres. El periodista era expulsado a empujones del que había sido su refugio durante casi siete años, después de que en 2012 el entonces presidente ecuatoriano, Rafael Correa, le otorgara el asilo diplomático. Una condición que finalmente le retiró su sucesor en la presidencia, Lenin Moreno. Más tarde, también suspendió la nacionalidad ecuatoriana que el australiano había adquirido en 2017.

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La prisión de alta seguridad de Belmarsh (Reino Unido) fue la última parada de la escalada de tensión entre el Gobierno ecuatoriano y el periodista, que detonó a principios de 2019 con la filtración de los Papeles INA, que involucraban al presidente ecuatoriano y a su familia en una red de corrupción y de la que el mandatario creía que WikiLeaks era el último responsable.

Dos meses después, Moreno retiró el asilo a Assange alegando que el australiano había violado los protocolos de convivencia, transgredido los convenios internacionales de asilo y amenazado al Gobierno ecuatoriano durante su estancia en la embajada ecuatoriana. Por su parte, Kristinn Hrafnsson, editor jefe de WikiLeaks, acusó al gobierno de Ecuador de espiar a Assange y de cooperar con el gobierno de Estados Unidos para llevar a término su extradición.

18 delitos y una orden de extradición

Cuando Assange se refugió en la embajada ecuatoriana, dos países solicitaban su extradiciónEstados Unidos, que requiere procesar al periodista por delitos informáticos cometidos en su territorio; y Suecia, donde existía una investigación preliminar contra el sueco por violar de una mujer y abusar de otra. En 2017, el país europeo archivó esta causa, por lo que la orden de detención de este país decayó.

Estados Unidos está, en cambio, a un paso de conseguir la extradición de Assange. En junio de 2022, Reino Unido dió luz verde a la entrega del fundado de Wikileaks, donde será procesado por 18 delitos relacionados con conspiración para la intrusión informática y revelación de documentos clasificados. Ante esta decisión, la defensa ha presentado un recurso. De desestimarse este, a Assange le quedarían otros dos por delante: la Supreme Court y, "de ser necesario, un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos", explica Aitor Martínez, abogado de Assange.

Por el momento,  relata Martínez, es en la High Court donde se debatirán "los elementos jurídicos nucleares de este caso." Por ejemplo, "lo relativo al principio de doble incriminación, es decir, si la Ley de Espionaje de 1917 de Estados Unidos sería aplicable en Reino Unido a un periodista simplemente por publicar información veraz proveniente de fuentes legítimas. O lo relativo al principio de proporcionalidad, con potenciales penales de 175 años de cárcel simplemente por ejercer el periodismo de investigación", explica el abogado.

En 2010, WikiLeaks publicó más de 400.000 reportes de la guerra de Irak, 90.000 de la guerra de Afganistán, 800 de Guantánamo y más 250.000 cables diplomáticos entre EEUU, según informa la BBC. Esta información permitió conocer el asesinato indiscriminado de civiles en Irak y Afganistán por parte de soldados estadounidenses, entre otros hallazgos.

La repercusión de aquellas publicaciones fue inmensa, especialmente para la imagen de Estados Unidos. A estas se sumó, tres años después, la protagonizada por Edward Snowden, extrabajador de la CIA que reveló la utilización de programas de vigilancia masiva por parte de la agencia.

Ahora, coincidiendo con el cuarto aniversario del encarcelamiento de Assange en Belmarsh, se ha conocido otra filtración de documentos clasificados de Estados Unidos sobre la guerra de Ucrania, que el Gobierno de Biden ya está investigando. A pesar de que aún no se ha descubierto quién o quiénes son los autores de la filtración, los investigadores no descartan la posibilidad de que se trate de partidarios prorrusos. Además, consideran esta filtración como uno de los ataques más graves a la seguridad del país desde las publicaciones de WikiLeaks, según recoge France24.

Los documentos filtrados a través de redes sociales evidencian la influencia de EEUU y la OTAN en el curso de la guerra en Europa, y detallan futuras entregas de armas, las unidades de tropas ucranianas y planes militares (...)