Monsanto es una Empresa que desarrolla cultivos modificados genéticamente (OGM) y los herbicidas asociados a ellos, alegando que son necesarios para ayudar en la “alimentación del mundo”.
Pero los 5 jueces del
Tribunal Monsanto han dictaminado que lejos de contribuir en favor de la
seguridad alimentaria, la Empresa Monsanto está “afectando seriamente la disponibilidad de alimentos para las personas y las comunidades”.
El Tribunal se reunió
el pasado mes de octubre en la Haya, y se escucharon los testimonios de
28 testigos de todo el mundo, cuya salud y sus medios de subsistencia
habían sufrido como resultado de los productos y las actividades de
Monsanto.
Estos jueces son
reconocidos por su trabajo en favor de los derechos humanos y el derecho
internacional. Al frente de dicho tribunal se encontraba la jueza belga
Françoise Tulkens, ex vicepresidenta de la Corte Europea de Derechos
Humanos.
El pasado 18 de abril,
estos jueces del Tribunal Monsanto emitieron un veredicto de condena,
basándose en una serie de consideraciones. En primer lugar, consideraron
que Monsanto está interfiriendo en la capacidad de las personas y las
comunidades para alimentarse directamente de los productos obtenidos de
sus tierras de cultivo.
Los jueces dijeron: “Las
actividades de Monsanto han causado y están causando daños al suelo, el
agua y al medio ambiente en general, reduciendo así las posibilidades
productivas para la obtención de alimentos adecuados”.
Y añadieron: “Las
actividades agrícolas comunales, así como los bosques que proporcionan
recursos alimenticios, están siendo devastados por la extensión de los
cultivos modificados genéticamente, que utilizan grandes cantidades de
herbicidas, tales como el glifosato [Roundup]. Estas actividades de
Monsanto están interfiriendo en el derecho a producir alimentos”.
“Las actividades de Monsanto han causado
y están causando daños al suelo, el agua
y al medio ambiente en general, reduciendo así las
posibilidades productivas para la
obtención de alimentos adecuados”.
Objetivos y alcance del Tribunal Monsanto
El veredicto de este
tribunal no es jurídicamente vinculante. Tales tribunales se encargan de
examinar las normas jurídicas aplicables a aquellas situaciones
problemáticas que afectan directamente y son motivo de grave
preocupación para las personas, los grupos y la sociedad en su conjunto.
Su objetivo es doble: alertar a la opinión pública, las partes
interesadas y los responsables de elaboración de políticas antes
actuaciones que se consideran inaceptables e injustificables de acuerdo
con las normas jurídicas, y así contribuir a la mejora del derecho
nacional e internacional.
Los jueces del Tribunal
Monsanto dijeron que no tenían ninguna razón para dudar de la
sinceridad o veracidad de aquellas personas que ofrecieron su testimonio
ante el tribunal. Sin embargo, debido a que su testimonio no fue hecho
bajo juramento o verificado mediante un contrainterrogatorio, y porque
Monsanto declinó participar en dicho proceso, el Tribunal no estaba en
condiciones de emitir ningún dictamen sobre algunas de las acusaciones
realizadas contra la Empresa. Más bien, con el propósito de responder a
las preguntas planteadas para su consideración, el tribunal asumió que
los hechos y las circunstancias descritos por los testigos serían
probados ante el tribunal.
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Monsanto impide que los agricultores empleen libremente las semillas
Además, los jueces
dijeron que Monsanto está interfiriendo en el derecho a la alimentación
al impedir que los agricultores accedan a las semillas.
Los agricultores de los
países que utilizan cultivos transgénicos han visto como se restringían
sus posibilidades de acceder a las semillas. Las semillas no
transgénicas están siendo retiradas del mercado, lo que conlleva una
menor diversidad en la elección de semillas.
Los jueces añadieron que “el
empleo de cultivos transgénicos en todo el mundo está minando la
capacidad de los agricultores para acceder a las semillas y de este modo
está perjudicando la producción agrícola de las comunidades. Esta
situación también está afectando a la soberanía alimentaria, lo que
implica una prioridad del derecho de las personas a la alimentación y producción de alimentos, por encima de los intereses de las Corporaciones”.
Las actividades de
Monsanto también están amenazando la biodiversidad, dijeron los jueces,
ya que cada vez un mayor número de agricultores utilizan semillas
transgénicas para cultivar los mismos monocultivos: “Al reducir la
biodiversidad de los cultivos y plantas locales, Monsanto está
interfiriendo en el derecho a la alimentación y además perjudica la
seguridad alimentaria y socava la resistencia de los sistemas locales de
producción de alimentos”.
Otra dimensión de
derecho a la alimentación que fue expuesta por los testigos, fue el
impacto de las semillas transgénicas en los derechos de propiedad de los
agricultores. Por ejemplo, los agricultores que no han comprado o
utilizado intencionalmente las semillas de Monsanto han visto sus campos
de cultivo contaminados por dichas semillas transgénicas. En algunos
casos, los agricultores se han visto obligados a pagar cuantiosos
derechos a Monsanto y se les ha impedido vender sus productos como
ecológicos o libres de transgénicos. Los jueces agregaron: “Monsanto
ha empleado de manera agresiva tácticas de intimidación, dañando la
estructura de las comunidades y provocando ansiedad y afecciones
mentales”.
“Monsanto ha empleado de manera agresiva
tácticas de intimidación, dañando la estructura
de las comunidades y provocando ansiedad
y afecciones mentales”.
Las patentes sobre las semillas atentan contra los derechos humanos
En la condena por parte del tribunal de las patentes sobre las semillas, los jueces dijeron que éstas [las patentes] “atentan
contra el principio del derecho humano a la alimentación, aquél que
garantiza el acceso a la alimentación, una necesidad básica de todo ser
humano. Los derechos de propiedad intelectual deben ser respetados, pero
cuando las Empresas están controlando las fuentes de nuestra
alimentación, deben estar sometidas a una investigación más exhaustiva”.
La conservación de semillas está siendo amenazada por la agresiva comercialización de semillas transgénicas
Los jueces señalaron que la “agresiva comercialización de semillas transgénicas está
interfiriendo en el derecho a la alimentación al forzar el empleo de
unos métodos agrícolas que no respetan las practicas tradicionales de
cultivo”.
“Los agricultores
que han sido víctimas de las tácticas agresivas y fraudulentas de
Monsanto se han visto obligados a comprar semillas año tras año y han
perdido su capacidad de guardar las semillas. Desde los orígenes de la
agricultura hace miles de años, los agricultores han estado guardando
las semillas para cultivar la próxima temporada. Esta práctica de
cultivo ha permitido la diversidad y la resiliencia en períodos de
sequía o contra las plagas. Pero la difusión de las semillas
transgénicas por parte de Monsanto ha negado a los agricultores la
capacidad de mantener una agricultura de acuerdo con sus prácticas
tradicionales de cultivo. Debe haber un sistema de semillas no comerciales y extenderse, asegurando que los agricultores tengan la capacidad de preservar sus cultivos tradicionales”.
Al ampliar la perspectiva más allá de la Multinacional Monsanto, los jueces afirmaron que “el
actual modelo agroindustrial dominante es muy problemático, no sólo
porque depende de productos químicos peligrosos, sino también por sus
efectos negativos sobre el cambio climático, su impacto en la
biodiversidad y la incapacidad para garantizar la soberanía
alimentaria”.
“El actual modelo agroindustrial dominante es muy problemático,
no sólo porque depende de productos químicos peligrosos,
sino también por sus efectos negativos sobre el cambio climático,
su impacto en la biodiversidad y
la incapacidad para garantizar la soberanía alimentaria”.
Las actividades de Monsanto podrían constituir un Ecocidio
Los jueces consideraron
la cuestión de si Monsanto podría ser considerado como responsable de
un delito de Ecocidio, que puede definirse como causante de un daño
sustancial y duradera a la biodiversidad y los ecosistemas, afectando a
la vida y la salud de las poblaciones humanas, pero es algo que de
momento no está recogido en el Derecho Internacional. Decidieron que las
actividades de Monsanto podían constituir un delito de Ecocidio,
basándose en la introducción en la agricultura industrial de gran
cantidad de productos químicos peligrosos. La producción y cultivo de
cultivos modificados genéticamente exponen a las comunidades y a las
personas a un mayor riesgo por el uso de pesticidas y herbicidas, y
contaminando de forma severa las plantas, suelos y agua.
Otro futuro es posible
Los jueces señalaron
que hay modelos agrícolas alternativos frente al modelo agroindustrial,
algo no sólo deseable, sino también práctico. Refiriéndose al informe
IAASTD, patrocinado por la ONU y el Banco Mundial, sobre el futuro de la
agricultura (1), dijeron: “ Un aumento en las prácticas de la
agricultura ecológica en muchos lugares nos permite saber que es posible
una agricultura con menos o sin pesticidas, herbicidas y otros
productos químicos peligrosos. Los estudios han indicado que la
agroecología es capaz de producir rendimientos suficientes para
alimentar a toda la población mundial y garantizar que las personas se
alimenten adecuadamente”.
“Los estudios han indicado que la agroecología
es capaz de producir rendimientos suficientes
para alimentar a toda la población mundial
y garantizar que las personas se alimenten adecuadamente”.
Destrucción innecesaria
En conclusión, los cinco eminentes jueces del Tribunal Monsanto encontraron que Monsanto:
– Ha interferido en el derecho de las personas a alimentarse con los productos de la tierra
– Ha contaminado el suelo y el agua, reduciendo así el potencial de producir alimentos
– Ha impedido el acceso
de los agricultores a las semillas al comercializar y patentar las
semillas modificadas genéticamente, que no pueden guardarse y que por
tanto tienen que comprarse año tras año.
– Ha promovido la
expansión de los monocultivos transgénicos, que dañan la biodiversidad y
socavan las resistencia de los sistemas locales de producción de
alimentos.
– Ha introducido el
empleo a gran escala de productos químicos peligrosos junto con los
cultivos transgénicos que están asociados a ellos, exponiendo así a las
personas y el medio ambiente a cantidades cada vez mayores de pesticidas
que amenazan la salud.
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Lo que más llama la
atención entre las conclusiones de los jueces del Tribunal Monsanto es
que ninguno de estos métodos de cultivo o productos son necesarios, ya
que el mundo puede alimentarse usando métodos agroecológicos.
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OTRA COSA: Poema: Los gemidos de mi madre, de Amelia Díaz Benlliure
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OTRA COSA: Poema: Los gemidos de mi madre, de Amelia Díaz Benlliure
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