Carmela Negrete Berlín , 28/01/2023
¿Por qué cree que es importante oponerse al envío de armas a Ucrania?
El envío continuado de armas a Ucrania solo prolonga el sufrimiento, la muerte de personas y la destrucción de Ucrania. La guerra en Ucrania no es una guerra de Rusia contra Ucrania o al contrario, sino una guerra de Estados Unidos contra Rusia. Es una confrontación geoestratégica que ya en los años 90 fue anunciada por políticos como Henry Kissinger. Los ucranianos son tan solo las víctimas de esa confrontación estratégica que pagan con sus vidas y la destrucción de su país.
¿El rearme de Alemania debe preocuparnos como europeos, por ser el país que llevó a Europa a la Segunda Guerra Mundial?
Ese miedo es infundado. Mucho más importante es la pregunta de si Alemania quiere seguir siendo un protectorado de los Estados Unidos, ya que las decisiones militares que comportan el peligro de una guerra nuclear en el territorio europeo son tomadas únicamente por los Estados Unidos, y los europeos no tienen nada que decir. La preocupación fundamental de los europeos debe ser cómo liberarse de la tutela estadounidense.
No se puede comprender cómo el partido de los Verdes (Die Grünen) se haya convertido en el partido de la guerra
Esta es la tesis que usted defiende en su libro Ami, it’s time to go, que se ha convertido en un bestseller. Los medios, sin embargo, nos dicen continuamente que Estados Unidos gasta más en defensa y que nos protege de nuestros posibles adversarios. ¿Es una idea errónea?
Los Estados tienen intereses y defienden dichos intereses. El interés de EE.UU. no es defender a Europa, sino tener a Europa como avanzadilla disponible para sus intereses como potencia mundial. En este momento Estados Unidos es el gran ganador de la guerra de Ucrania. Es el proveedor de armas en grandes cantidades a sus socios, como los alemanes y los polacos; han desplazado de Europa el gas barato ruso y ahora pueden cumplir por fin lo que deseaban desde hace años: vender su gas de fracking en Europa, obtenido a través de técnicas muy perjudiciales para el medio ambiente. Y han conseguido lo que Kissinger propuso hace muchos años: confrontar a Europa con Rusia bajo el principio de “divide et impera” (divide y vencerás) para asegurar su poder. Creer que los americanos quieren protegernos no solo es una ingenuidad, sino que es perjudicial. Para Alemania se da la circunstancia de que la energía más cara de los terminales de gas licuado afecta a su industria, y no pocas empresas quieren, por ello, desplazar su producción a otros países, entre ellos los propios Estados Unidos.
El gas de Rusia es muy importante para Alemania y para Europa; sin embargo, el ataque a los gasoductos rusos Nord Stream ha desaparecido del discurso público, incluso antes de haber sido esclarecido.
No hay nada más que aclarar al respecto. Podemos creer al presidente estadounidense, Joe Biden, que dijo que si los rusos marchaban sobre Ucrania terminarían con dicho gasoducto. Todas las especulaciones de que sea otro país quien haya provocado dichas explosiones son irrisorias y muestran el estado en el que se encuentra Europa. El ataque contra el gasoducto fue un acto terrorista que podría considerarse un acto de guerra y el Gobierno alemán, vasallo, calla al respecto.
Entretanto un ministro de los Verdes ha decretado el prolongamiento de la vida útil de las centrales nucleares y reabierto decenas de centrales de carbón. ¿Cómo se ha llegado a esta absurda situación?
Esta es una consecuencia directa de la decisión de Alemania de apoyar la agresiva política estadounidense, que ha llevado a que la guerra económica contra Rusia, que se preparó durante mucho tiempo antes, impida el envío de gas a Alemania. En 2017, ya se había diseñado un embargo para el gas ruso. En ese sentido, el intento de transformar la economía alemana para llegar a cubrir las necesidades con energías renovables, con un periodo de transición apoyado en el gas natural, ha fracasado estrepitosamente. Ahora nos vemos obligados a producir electricidad a base de carbón. No se puede comprender cómo el partido de los Verdes (Die Grünen), que surgió del movimiento por la paz y que tuvo como bandera la defensa del medioambiente, se haya convertido en el partido de la guerra.
En EE.UU. no son pocos los políticos que creen que una guerra nuclear sería justificable y que sería posible asimismo reducirla a Europa
¿Cómo de peligrosa es para nosotros, los europeos, la situación en Ucrania?
El peligro para los europeos consiste en que la escalada bélica sigue aumentando porque EE.UU. ha decidido que quiere mantener esta guerra hasta que Rusia esté claramente debilitada. Este aspecto es importante a la hora de hacer pronósticos, ya que cuando EE.UU. asegura que quiere que esta guerra termine pronto es poco creíble. Joe Biden fue vicepresidente con Barack Obama, que fue el presidente que financió el golpe de Estado del Maidán. Por otro lado, su propio hijo parece estar envuelto en la corrupción en Ucrania. Los trabajadores del Departamento de Exteriores de Biden, entre ellos Victoria Nuland, continúan con su estrategia de provocar a Rusia y, al parecer, no atienden ni siquiera al Pentágono. El propio presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, la mayor autoridad militar después del presidente, ha propuesto buscar negociaciones de paz, pero al parecer no está siendo escuchado en la Casa Blanca. Por desgracia, en EE.UU. no son pocos los políticos que creen que una guerra nuclear sería justificable y que sería posible asimismo reducirla a Europa. Por eso es tan necesario que Europa persiga una política de defensa propia y se libere de la fatal política de agresión estadounidense. Los europeos deberían recordar cada día que no hay tropas rusas o chinas en la frontera estadounidense de México o de Canadá, sino que son las tropas estadounidenses las que están por todas partes en las fronteras rusa y china (...)
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