De esta forma, en el Día Internacional de la Mujer, han elaborado un manifiesto común bajo el lema 'Mujeres mayores visibles en el 8M'. “Las viejas sostenemos el mundo”, han reivindicado, reclamando su derecho a tomar sus propias decisiones, es decir, “a elegir en qué asuntos o temas familiares queremos implicarnos, y en cómo hacerlo”.
En este sentido, han denunciado que su “opinión no cuenta porque son mujeres y mayores”, pero al mismo tiempo han recordado: “cuando envejecemos seguimos aportando y sosteniendo la vida en mayor medida que los hombres”.
Así pues, el repertorio de reivindicaciones es amplio recogido en sus propios testimonios: “Las pensiones de viudedad son las más bajas, aunque hayamos trabajado toda la vida y sigamos haciéndolo”; “las mujeres mayores nunca nos jubilamos porque seguimos trabajando en casa, aunque no se reconozca este trabajo”; “mientras nosotras, las mujeres mayores, estemos vivas somos personas sexuales (…) y si hablamos de nuestra sexualidad nos consideran locas o salidas”; “queremos mujeres viejas y que no respondan al canon de belleza en el cine”; “nos hubiera gustado poder estudiar cuando éramos niñas, por eso nos gusta tener la oportunidad de formarnos ahora que somos mayores”, o “las mujeres maduras tienen menos oportunidades laborales que los hombres maduros”.
Asimismo, hacen un llamamiento a los movimientos feministas y les recuerdan que ellas han reivindicado sus derechos “a los 15 años, a los 30, a los 60….”, y les reprochan su “invisibilidad”. “No hay edades para el feminismo”, insisten: “Juntas somos más fuertes”, remarcan (...)
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