Amerindia en la Red 24/12/21
La Navidad cristiana comenzó a celebrarse a principios del siglo IV como cristianización de la fiesta pagana del natalicio del Sol, a la que terminó por suplantar hasta imponerse en toda la cristiandad. Hoy es la fiesta más celebrada en el mundo occidental. Para justificar la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre se recurrió a textos de la Biblia que presentaban a Cristo como 'sol de justicia', 'luz del mundo,' astro que nace de lo alto' (Cf. Floristán, Las navidades. Símbolos y tradiciones, Madrid, 2001). El buddismo Theravada celebra también con gran solemnidad el nacimiento, 'el despertar' y la muerte del Buda en una sola fiesta, que coincide con la luna llena del mes de Vaisaka (finales de mayo o principios de junio) y es la mayor del año. Similar solemnidad tiene entre los hinduistas la fiesta del nacimiento de Krishna y de Rama.
El proceso de secularización ha vaciado la Navidad cristiana de su sentido religioso y le ha dado un tono comercial y vacacional. Lo que queda todavía de la dimensión religiosa son los aspectos más folclóricos -algunos, asentados en una mentalidad mítica- y costumbrista, que están muy arraigados en el imaginario colectivo y son parte de las tradiciones populares: el belén, el árbol de navidad, los regalos, los villancicos, etcétera. Son fiestas plenamente integradas en el consumo e incluso legitimadoras del mismo. Ofrecen una imagen idílica de la sociedad, de la familia y de las relaciones humanas, que encubre los conflictos de fondo y las causas que los provocan.
Algunas personas que siguen celebrando la Navidad cristianamente tienden a orientar el sentido religioso a través de prácticas caritativas para con las personas menesterosas, unas veces desde una auténtica sensibildad solidaria, otras para tranquilizar la conciencia, pero, frecuentemente, con una actitud asistencial que no va a la raíz de los problemas ni contribuye al cambio de las estructuras que generan las situaciones de indigencia que se quieren remediar.
No pocos de los motivos de la Navidad proceden de los evangelios apócrifos y de los relatos de la infancia de Jesús, recogidos en los evangelios de Mateo y Lucas, que no son narraciones históricas propiamente dichas, si bien ofrecen algunos datos fiables (...)
Escrito por
Juan José Tamayo España
Teólogo vinculado a la teología de la liberación. Es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría”, de la Universidad Carlos III, en Madrid, y secretario general de la Asociación de teólogas y teólogos Juan XXXIII. Conferencist internacional y autor de más de 70 libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario