Esta laguna, uno de los ecosistemas más singulares de nuestro territorio, sufre desde hace más de una década un grave proceso de degradación debido al desequilibrio provocado en su biodiversidad. La laguna salada más grande de Europa, antes rebosante de vida, sufre tal presión agraria y urbanística que ha sucumbido a una grave crisis ecológica y social.
Este jueves 4 de noviembre, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha anunciado que se llevarán a cabo 35 medidas para recuperar el Mar Menor con una inversión de 382 millones de euros hasta 2026. El Gobierno ha presentado un documento de medidas a científicos y dirigentes para la que es, según ha asegurado Ribera, la mayor inversión para regenerar un enclave natural en España.
“La verdad cae por su propio peso”, afirmó a National Geographic España David Verdiell Cubedo, biólogo y asesor científico técnico en proyectos de conservación de la naturaleza. “La comunidad científica lleva décadas advirtiendo sobre este problema y las administraciones responsables no han hecho nada”.
A pesar de los avisos de la comunidad científica, el 85 por ciento de la vegetación marina que habitaba la laguna ha desaparecido desde el 2014, según el Instituto Español de Oceanografía, y los problemas de eutrofización han llevado a la acumulación de más de 300.000 toneladas de nitratos en el acuífero del campo de Cartagena. Además, los cultivos ocupan el 60 por ciento de los tres primeros kilómetros de franja litoral y el 25 por ciento del regadío es irregular (...)
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