Y seguimos en la moda de hablar del cambio climático cómo mera pose, sin afrontar de verdad la recuperación de un medio de transporte limpio, cómodo, económico, sociable y estético,
En el que el tiempo se gana mientras se viaja.
Al contrario de lo que sucede en los medios por los que hemos o más bien han optado: Arriesgados, contaminantes, individualistas, caros, tiempo perdido a diario, vida desperdiciada...
En 1993 había en España 7.600 kilómetros de vía ferroviaria en desuso. Es, por poner un ejemplo, la distancia que hay en línea recta de Sevilla a Nueva Delhi. Desde entonces, la Fundación de los Ferrocarriles Españoles —financiada en gran medida con aportaciones de Renfe y Adif— ha reconvertido más de 3.100 kilómetros de trazado en caminos y pistas ciclistas: las llamadas Vías Verdes, amables senderos acondicionados que discurren lejos de las carreteras. Eso significa que aún quedan 4.500 kilómetros de vías abandonadas, que o bien han cerrado o bien nunca llegaron a abrir. La información sobre cuáles son y dónde están esas vías existe, pero no estaba unificada. El Ministerio de Obras Públicas encargó en 1993 el inventario de líneas en desuso y posibles vías verdes. "Hay algunos mapas antiguos y también hay listados que hace la gente. Pero todo lo que vi era muy incompleto", cuenta Pablo Marinas. Este joven estudiante de ingeniería informática aficionado a los trenes se puso manos a la obra hace unas semanas y creó un mapa que recoge toda la información: tanto las vías en servicio como las vías abandonadas, desmanteladas y convertidas a vía verde (...)
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