Sebastiaan Faber 5 feb. 2021
El franquismo confiscó la memoria de los soldados que lucharon en
las filas sublevadas durante la Guerra Civil. Al convertirlos en héroes
y mártires de la Cruzada, borró identidades y experiencias históricas
que fueron bastante más diversas y menos positivas que la imagen
difundida por el régimen.
Muchos de los soldados de Franco lo fueron por la fuerza –los primeros
reclutamientos forzosos en zona sublevada ocurren apenas tres semanas
después del golpe de Estado–, e incluso los que se alistaron como
voluntarios muchas veces lo hicieron menos por ideología que por motivos oportunistas o como táctica de supervivencia.
En los años de la guerra, las autoridades militares controlaron a sus
tropas mediante una combinación de propaganda, vigilancia y castigo.
Y aunque, en la posguerra, el régimen adoptó políticas pensadas
para beneficiar a los excombatientes, esas políticas fueron mal
gestionadas, al mismo tiempo que los veteranos militares –por más
que llegaran a aceptar o apoyar la dictadura– tuvieron que lidiar con
las estelas de la violencia que sufrieron o perpetraron en el frente.
Para muchos, la memoria de la guerra era una fuente de vergüenza
más que de orgullo.
+ Búscame en el ciclo de la vida 4/3/21 PUBLICO.ES
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