Sean mis primeras líneas para disculparme con la mafia italiana por los paralelismos que, en lo sucesivo, se plantearán respecto de su organización. Sean estas líneas, además, el testimonio vivo de quienes saben que la estructura corruPPta de la Región de Murcia ha colapsado, de los que necesitan poner término a la espiral de silencio en la que nos han pretendido sumir sin desistimiento.
Los hombres que han proscrito la dignidad en Murcia tienen nombre propio: Ramón Luis, Miguel Ángel, Pedro Antonio, José, Fernando y, por supuesto, Teodorico. Todos ellos han urdido, manipulado, mentido, transgredido, usurpado y enfangado. Todos ellos han chapoteado como los porcinos más inmundos en su propia excrecencia. Todos ellos han servido y prestado obediencia ciega a un grupo de poder, a una familia, “la Familia”.
Muchos compatriotas de fuera de la Región juzgarán hiperbólicas las palabras que nacen de la tinta irredenta que brota en este espacio, pero quienes han vivido y sufrido al sicariato de lo público pueden atestiguar que, en esta Región, quien no perteneciera a “la Familia” estaba tácita y explícitamente contra ella. Y es que ni siquiera el silencio te libraba de sus garras pútridas, pues ellos te querían siempre dócil y arrodillado. Miserables.
Permítame el lector este prefacio un tanto abrupto que sale de mi garganta a borbotones, pero la verdad es amarga y quiero echarla de mi boca. No se entienda, sin embargo, como un esputo, pues quienes nos han escupido en la conciencia son los que guardan hoy su saliva para lustrar los zapatos del amo. Esos, los prosternados, los que limpian la sangre de sus rodillas porque no alcanzan a levantar ni su cabeza, tiritan hoy en el descampado de la miseria, la humana, la intelectual, la ética.
Cuando C’S y el PSOE anunciaron sendas mociones de censura en la Región, los poderes del pesebre se echaron las manos a la cabeza. Toda una red clientelar no podía quedar desvalida y las estructuras de poder pusieron sus engranajes a funcionar. Las chequeras pueden contener ceros o cargos, euros o promesas, prebendas o sinecuras que hacen las delicias de liliputienses infra-cerebrales que venderían a su madre por cuarto y mitad de un plato de lentejas (...)
+ Ricardo Rodríguez Camino 15M - 25S 12/3/21 LAVERDAD.ES
No hay comentarios:
Publicar un comentario