Siete hombres haciendo cola para penetrar el cuerpo inconsciente de una niña de 14 años, es una violación, no sólo del cuerpo de esa mujer, sino de sus derechos humanos más básicos
(...) El plan del chico funciona a la perfección y la muchacha acaba perdiendo el conocimiento. En ese momento, ante ese cuerpo inerte y sin voluntad, el chico, en lugar de llamar a las amigas de la niña para que la llevaran a casa, llamó a sus amigos para que se organizaran en fila y violar a la niña de 14 años por turnos de 15 minutos cada uno. Entre ellos se controlaban que no se pasaran del tiempo, con la consigna de “tienes 15 minutos, date prisa que luego me toca a mí”.
Hasta 7 tíos (según la sentencia), la violaron durante horas, repetidamente. Hagan la cuenta. Si cada violador la violó dos veces, como mínimo, fueron al menos dos horas y media seguidas de violación ininterrumpida.
(...) En un acto de valentía absolutamente titánico en una niña de 14 años, y después de haber pasado por una violación salvaje en grupo, la chica contó lo sucedido y acudió a denunciar. Cualquier mujer que haya tenido que pasar por el penoso trámite de intentar denunciar una agresión, más aún, una agresión sexual, en una comisaría, sabe que no se trata de algo fácil, porque lo único que se mantiene siempre es la puesta en duda de todo lo que dice la víctima.
Aún así ella lo hizo. Con 14 años. Tras una violación múltiple. Sin recursos. Con acoso y amenazas. Lo hizo.
Es curioso que este caso, que para mí es incluso más grave que le caso de la violación de Pamplona (sólo en términos estrictamente jurídicos, por supuesto), al ser la víctima menor de edad, y al haber más número de agresores, pasó por la prensa casi sin pena ni gloria. Excepto en algunos colectivos en Catalunya y en momentos puntuales, nadie ha tenido a bien en la prensa explicar el horror de este caso, coloquialmente conocido como la “Manada de Manresa”. La jauría es mucho mejor término para estas ocasiones.
No es la única violación múltiple obviada por los medios y las autoridades. Tenemos casos similares en los últimos 2 años en Molins de Rei, Málaga, y así hasta 37 violaciones en jauría sólo en 2019.
(...) De los siete chicos juzgados, ninguno ha sido sentenciado por violación, puesto que, primero la audiencia provincial de Barcelona y después, la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, han concluido que, como la chica no opuso resistencia, no existe agresión sexual, sino sólo abuso. Esto, obviando que es difícil que un cuerpo inconsciente pueda oponer resistencia alguna, y en contra de la doctrina más que clara del Tribunal Supremo tras la sentencia del caso de Pamplona.
(...) Si esta niña quiere que se aplique en justicia, lo que ya determinó en su momento el Tribunal Supremo, y que también ha referido el presidente de la Sala Penal del TSJC en un voto particular, en contra de sus dos compañeras de sala, las dos juezas que no ven violación ni agresión en los hechos que les acabo de relatar, tendrá que seguir su batalla legal, con toda la escasez de medios y con el desgaste físico y mental que esto debe suponer para esa mujer.
Y que se le aplique la justicia que reclama es no es más que, que se determine que siete hombres haciendo cola para penetrar el cuerpo inconsciente de una niña de 14 años, es una violación, no sólo del cuerpo de esa mujer, sino de sus derechos humanos más básicos.
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OTRA COSA: La desaparición de la mujer. Obra de la fotógrafa iraní Shadi Ghadirian.
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