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Una aproximación a la historia apenas contada de las mujeres protagonistas, también, de los hechos que originaron la celebración del 1º de Mayo. El recuerdo necesario de los nombres propios de luchadoras, más allá de ser parejas o compañeras de los mártires de Chicago, enterrados en ese olvido patriarcal que inunda todas las orillas.
“El 11 de Noviembre se ha convertido en un día de importancia internacional, acariciado como un día de martirio en los corazones de todos los amantes sinceros de la libertad. En este día fueron sacrificados, en el cruel árbol de la horca, unos mártires a causa de sus ideales, como jamás antes había sucedido en la historia. Los escritores habrán de reconocer que la generación actual está muy poco informada acerca de los detalles que condujeron al 11 de Noviembre, a causa de las muchas ocupaciones que hay en esta época. Veinticinco años es mucho tiempo para recordar los detalles de cualquier suceso, por muy importante que sea”.
Con estas palabras iniciaba Lucy E. Parsons el memorial publicado con motivo del 25 aniversario del ajusticiamiento de los conocidos como “Mártires de Chicago”, los cinco hombres ahorcados el 11 de noviembre de 1887: George Engel, Adolf Fischer, Albert Parsons, August Spies y Louis Ling, este último muerto por su propia voluntad (según informó la policía) la víspera del ahorcamiento mediante la explosión de una cápsula de fulminato en su boca. Un juicio amañado les llevó a un veredicto equivocado, pues eran inocentes. No se condenaron los hechos por los que se les juzgaba, sino sus ideas anarquistas y socialistas, así como su relación con la prensa obrera, que tanto auge tenía en aquellos días. Su historia la sabemos de sobra y sabemos que el 1º de Mayo se lo debemos a su sacrificio. Lo que apenas se nos ha contado es la historia de quienes compartieron su lucha y estuvieron con ellos hasta el final y más allá: sus esposas, sus madres, sus hijas, unas compañeras sentimentales cuyo protagonismo y nombre fueron arrastrados por el fuerte oleaje de la relevancia masculina, hasta quedar enterrados en la playa del olvido donde se oculta la historia de las mujeres (...)
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