CARLOTA GUINDAL, JOAQUÍN VERA 28/02/2021 LAVANGUARDIA.COM
Conversaciones, apuntes en su agenda, informes y testimonios reflejan el esfuerzo empleado desde la cúpula policial y del Ministerio para salvar judicialmente al excomisario. Si él caía, todos caían.
“Ha llegado la citación de Pepe en el caso de la loca, lo habíamos parado pero alguien lo ha reactivado”. Todos los trabajos sucios que durante años había desplegado José Manuel Villarejo empezaban a hacer aguas, a tener fisuras. Sin embargo, estaba protegido. Era un grupo con difíciles equilibrios. Desconfiaban los unos de los otros, se traicionaban, se ayudaban, se protegían. Y todos tenían algo claro: si uno caía, caían los demás. Al final, cayeron todos. O casi todos.
El mensaje de WhatsApp -con el que arranca este reportaje- fue enviado por el comisario Andrés Gómez Gordo, alias ‘Cospedín’ -por su proximidad a quien fuera la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal-, al entonces número dos de Interior, Francisco Martínez. Este mensaje es un claro ejemplo de lo que ocurrió esos oscuros años de la Policía y del Ministerio. Una época que ya es comparable por parte de los investigadores a los GAL, un grupo parapolicial orquestado desde Interior en la época de Felipe González, por la utilización de fondos reservados para fines ilegales como es la conocida 'Operación Kitchen'. ( ..)
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OTRA COSA: Julio Cortázar, de Gloria Villa
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