24 JUNY 2014 -
e-Mail de Andalucía
Jesús Páez Ldo. en Ciencias del Trabajo
Cuando alguien de Andalucía o de España, pero también si es de Australia, India, Japón, EE.UU. Alemania, Canadá, hasta llegar a más de 100 países, compra aceite de alguna de estas marcas:
Heritage, Carbonell,
Bertolli,
Carapelli,
Hojiblanca,
Koipe,
Koipesol,
Sasso, Louit,
Friol,
Maya, está comprando aceite de oliva español, y andaluz por más señas, o aceitunas y vinagre para la ensalada, a través de la primera comercializadora aceitera del mundo DEOLEO. Una empresa, hasta hora, 100 % del país con más producción de aceite del mundo. De Andalucía que es la región que produce casi la totalidad del aceite de oliva español. Este hecho, el que el aceite oliva andaluz y español lo comercialice una empresa 100 % española, ya se ha acabado en estos días del mes de junio. Se venía gestando meses atrás pero se está rematando en este mes histórico por tantas cosas. El aceite de oliva pierde su españolidad por unos “míseros” 500 millones de euros.
Es el último favor del Gobierno de Rajoy a Andalucía, ejecutado por el ex ministro Arias Cañete que, como premio, más pronto que tarde será, si nadie lo remedia, Comisario europeo. ¿Qué quién se lleva el regalo? pues uno de esos “fondos”, sin cara ni ojos, que se dedican a la especulación a nivel planetario. En este caso el CVC Capital Partners con sede en Londres. Estos entienden de aceite de oliva lo que yo de física cuántica. Pero de especular lo saben todo. Pero no de especular en su sentido de reflexionar, meditar, raciocinar, sobre la esencia de las cosas, no, estos fondos son más prácticos que todo eso. Su especulación consiste, simplemente, en comprar algo, lo que sea, lo más barato posible, ponerlo un poco más aseadito si hace falta y, sin haber visto un olivo en su puñetera vida, vender lo comprado al mejor postor lo más caro posible.
Según todos los indicios, el aceite de oliva español, concretamente el andaluz, es de los olivos sobre los que Miguel Hernández preguntaba a los aceituneros “de quién son esos olivos”, y que se respondía que: “No los levantó la nada,/ni el dinero, ni el señor,/ sino la tierra callada,/el trabajo y el sudor”. Pues, esos aceituneros, tendrán que decir que el aceite y el nombre del mismo se lo vende una empresa holandesa y, por lo que se rumorea, muy pronto una empresa de Italia. Al parecer ya está todo enjaretado para que así sea. El mayor comercializador mundial de aceite de oliva español será Italia. En España nos quedará mirar al cielo para ver si llueve cuando tiene que llover, que no caiga pedrisco cuando la aceituna ya renegrea y recoger la aceituna, molturarla. Y, todo ello, hacerlo al precio de compra que marquen desde Londres o, lo más probable, desde Italia. Seguro que a un precio de miseria por aquello de ser competitivos o, si no se entra por uvas, quedarnos el aceite almacenado en las cooperativas hasta que se ponga rancio. Todo por gracia y ventura del Gobierno español y su “figura” principal en industria agroalimentaria el Sr. Cañete. Que estará tan ricamente en Bruselas, “peleando como un jabato” por los intereses de todos los españoles. ¿Se referirá el Gobierno a esto cuando hablan de hacer “Marca España”?
DEOLEO se la queda una empresa Holandesa que, ríanse ustedes por no llorar, tiene un capital social de un euro. No lo digo yo lo dicen ellos: “Ole Investments B.V. es una sociedad de responsabilidad limitada de nacionalidad holandesa…En esta fecha los fondos propios de la Sociedad Oferente ascienden a 141.500.000 euros, de los cualesun euro es capital social, representado por una acción, de un euro de valor nominal, totalmente suscrita y desembolsada, y el resto corresponde a prima de emisión. Y esta empresa, con ese “extraordinario” volumen de capital social, está controlada al 100%, a través de la sociedad luxemburguesa Oleum S.à.r. que tendrá otro euro de capital, controlada, a su vez, por fondos de capital riesgo asesorados por CVC Capital Partners VI Limited que, según he entendido, tiene su domicilio social en Londres. Que, claro está, “Todas las decisiones de inversión y de gestión de los Fondos CVC que controlan indirectamente el capital social de la Sociedad Oferente (Ole Investments B.V) son responsabilidad de CVC Capital Partners VI Limited”. Así se ha dejado que pasen las cosas.
Hasta ahora, como he señalado antes, Deoleo era 100% española. En la que los accionistas significativos eran: Banckia, Banco Mare Nostrum (un banco de Cajas), Caixabank, CajaSur, Unicaja Banco, Dcoop s. c. and. y D. Daniel Klein del que, por cierto, no he podido corroborar que sea el de los calzoncillos. Deoleo tiene un capital social de 438.777.620 euros (frente a un euro de la “comparadora”) y la mayor y mejor red comercial a nivel mundial, a través de las marcas de aceite de oliva con las que empezaba esta columna, que vende aceite en más de 100 países. DEOLEO factura alrededor de 1.200 millones de euros anules y pasea la “marca España y andaluza” a nivel mundial. De la información de que dispongo, toda publicada, deduzco que su problema es, ya mejor decir, era, reestructurar la financiación de su deuda: o sea disponer de unos 500 “míseros” millones de euros. Pero España está muy mal para todo lo que no sea que los bancos acumulen capital y se quiten toda la basura de encima, se justificaran unos, o Bruselas no permite a los Estados interferir en las operaciones de los “mercados”, sentenciaran otros.
¿Usted lector o lectora ha visto que esta barrabasada haya concernido a alguno de nuestros políticos? ¿Qué alguno haya levantado la voz en defensa del aceite de oliva español y, sobre todo, andaluz? Si lo ha habido yo me lo he perdido. ¡Señor, hablamos del aceite de oliva! De un patrimonio, de una riqueza, de una cultura, que empezamos a acumular desde que los “benditos” fenicios empezaron a poner los primeros olivos en nuestras tierras en el siglo XI A.C. De un alimento nutritivo, saludable, del que 30.000 años A.C. ya se firmó un primer contrato de compraventa de este producto.
¿Y la Junta de Andalucía qué ha hecho mientras todo esto se ha guisado, aderezado y dado el toque mágico con una ramita de perejil? Pues vamos a suponer, para no ser malo, que se ha “dejado el pellejo” en el intento. Resultado: cero patatero. El resultado tiene mucho parecido con lo que se hizo con las cajas de ahorro andaluzas: “¡que sí, que no, que caiga un chaparrón que rompa los cristales de la estación!” y que de todo el estropicio solo quede Unicaja y ¡vete a saber por cuánto tiempo! Y todo por 500 “míseros” millones de euros. Y qué le queda a Andalucía, pues lo mismo que, por ejemplo, con el turismo, poner precios baratos, poner mano de obra barata y, en vez de poner cemento en las playas, poner el aceite en el puerto que nos manden. Y, muy importante, estar eternamente agradecidos porque no van a arrancar todos los olivos y llevárselos, por ejemplo, a Australia o a Fernando Poo.
P.D.- La
provincia de Jaén es la mayor productora mundial de aceite de oliva, por ser el lugar con la mayor concentración de olivos y producción oleícola del mundo. Por localidades, las mayores productoras son las localidades de
Martos,
Úbeda,
Villacarrillo,
Baeza,
Villanueva del Arzobispo y
Vilches. Una mención especial merece la ciudad de
Martos, conocida como la “Cuna del olivar”, que se ganó el sobrenombre de “Primer productor de aceite de oliva del mundo”.Y la mención especial por mayor cantidad de
olivos por extensión de terreno, (sobrepasando los dos millones de plantas), corresponde a
Beas de Segura.
Apostilla. Leído lo anterior preguntémonos: ¿Qué país se dejaría arrebatar por un “fondo buitre” un tesoro productivo único y ancestral como es el aceite de oliva para España y, sobre todo, para Andalucía? La respuesta correcta es: uno como España y una Comunidad Autónoma como Andalucía. Y la Presidenta, mientras, pensando en Madrid. ¿Pero qué le vamos a hace? Pensará más de uno, ¡es el Mercado!
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