Un blog que nace ante el intento por parte de algunos medios de desprestigiar el movimiento 15M ubicándolo en el marco anarcoperroflauta exclusivamente, ignorando a los miles de ciudadanos que toman las calles pidiendo libertad y justicia
La
plantilla de los servicios de urgencias del hospital madrileño de La
Paz no ve fin a su desesperación: los trabajadores continúan denunciando
una carga de trabajo insostenible, a pesar de que la Dirección niega la
saturación en los pasillos y de que se llegó a vetar la entrada de
ambulancias a las urgencias del centro.
La
plantilla de los servicios de urgencias del hospital madrileño de La
Paz no ve fin a su desesperación: los trabajadores continúan denunciando
una carga de trabajo insostenible, a pesar de que la Dirección niega la
saturación en los pasillos y de que se llegó a vetar la entrada de
ambulancia...
Seis
empleados del Canal forman parte de la acusación. Han hecho un estudio
de las pérdidas económicas de la plantilla desde que en 2012 González
transformara el ente en una sociedad anónima.
Hacienda afea al Ayuntamiento que financie con 428 millones servicios que debería haber prestado la Comunidad o el Estado
Las
atención de urgencias tiene un presupuesto de 50 millones para 125.000
activaciones al año con una plantilla de 650 personas y 200 vehículos
El
Gobierno regional de Cifuentes bloqueó una norma estatal para asumir la
financiación de prestaciones educativas, sociales, sanitarias o de
igualdad
EL GOBIERNO DEL PP IMPIDE QUE CARMENA PUEDA INVERTIR LO QUE RECAUDA EN LOS CIUDADANOS .
La alcaldesa de Madrid ha defendido también destinar "cada euro que
ingresa el Ayuntamiento a mejorar la vida de los madrileños"
El Ayuntamiento de Madrid recorta 173 millones que afectan a 1.206 partidas para cumplir con Montoro
Carmena ha asegurado que en el Gobierno municipal no se sienten
solos. "¿Cómo se va a sentir sola Madrid? Madrid no es una cosa
cualquiera", ha destacado tras poner el acento en la importancia de que llegue a la calle el debate sobre los presupuestos porque es dinero de todos.
"Es sorprendente que haya una interpretación que no es lógica, que no
se acopla a las necesidades de las políticas públicas de la ciudad", ha
añadido para remarcar, a continuación, que la regla de gasto "no es una
ley sino una instrucción".
El
Gobierno niega la ayuda financiera a las autonomías si no firman un
convenio que beneficia a las farmacéuticas. Si compras genéricos,
Montoro te castiga.
El
acuerdo creado por el Gobierno y la patronal farmacéutica garantiza un
nivel de gasto público anual constante en medicamentos de marca. El
sistema desincentiva la búsqueda de tratamientos más…
Un reciente decreto del presidente brasileño Michel Temer,
que le permite al Estado explotar los minerales de una zona protegida, ha sido considerado como el peor ataque a la selva amazónica en casi 50 años, y ha causado polémica tanto entre los opositores brasileños como ambientalistas alrededor del mundo.
La selva del Amazonas es una de las regiones más diversas de todo el mundo, pero también es una de las más frágiles,
lo que hace que las zonas protegidas como la Reserva Nacional de Cobre y
Asociados (Renca) sean necesarias para la sustentabilidad de toda la
región.
Aun así, el presidente brasileño ha emitido un decreto que prácticamente extingue la reserva
al permitir su explotación minera en busca de cobre, oro, níquel y
otros minerales. La medida fue tomada como respuesta a la crisis
económica que sufre Brasil, la peor en años.
Fuente: BBC Mundo
.
La reserva de Renca queda al norte de Brasil y mide un poco más de 46.000 kilómetros cuadrados, más grande que toda Dinamarca. Además de minerales, alberga especies de plantas y animales que son importantes para el equilibrio del Amazonas.
Para demostrar lo dañinas que podrían ser estas minas, muchos
ambientalistas recuerdan que en 2015 colapsó una represa que albergaba
desechos mineros en el suroeste del país.
El resultado fue
una avalancha de lodo que causó más de 10 muertos, decenas de
desaparecidos y una considerable destrucción ambiental.
Fuente: BBC Mundo
En declaraciones ofrecidas a la BBC, el experto Antonio Donato
Nobre sostuvo que si se interfiere con los bosques de la región se
estaría interrumpiendo con el camino que lleva humedad desde el océano
Atlántico a toda la región amazónica. "Es lo mismo que tomar a una persona por el pescuezo" dijo. El senador Randolfe Rodríguez del partido Rede Sustentabilidade dijo que nadie de la región fue consultado, y que "Se trata del crimen más grave contra la selva amazónica desde 1970".
Se teme que la llegada de personas y maquinaria lleve a más
deforestación y más incendios en una de las regiones más ecológicamente
más importantes del mundo.
Vivimos una disputa intensa sobre los sentidos, valores y
prácticas de la educación. Siendo una actividad inherentemente política,
la educación no puede ser inmune o indiferente a los conflictos que se
plantean acerca de sus funciones y de los fundamentos que la definen
como derecho humano. Aunque ciertas nociones parecen tener aceptación
universal (la “calidad educativa”, la “universalización de la escuela”,
la “mejora de las prácticas docentes” o la necesidad de “evaluar” los
sistemas escolares), todas encierran un profundo debate, intensas
controversias y, muchas veces, multitudinarias movilizaciones acerca de
los significados y facultades que corresponden a cada una de ellas.
Lejos del consenso y de la unanimidad, la orientación que asume la
práctica educativa y la promoción del derecho a la educación, se ha
vuelto un campo de batalla cuyo resultado es hoy incierto y preocupante.
La defensa y la transformación democrática de la escuela pública está
en juego.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, en su Observación General Nº 11,
afirma que la educación “se ha clasificado de distinta manera como
derecho económico, derecho social y derecho cultural. [Pero ella] es
todos esos derechos al mismo tiempo. También es un derecho civil y un
derecho político, ya que se sitúa en el centro de la realización plena y
eficaz de esos derechos. A este respecto, el derecho a la educación es
el epítome de la indivisibilidad y la interdependencia de todos los
derechos humanos”.
Durante los últimos años, los debates que tuvieron lugar alrededor de la definición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular del Objetivo 4 dedicado a la educación, así como de la definición del Marco de Acción de la Agenda de Educación 2030, ambos adoptados en el 2015, pusieron de relieve un conjunto de querellas y disensos que antecedían a esas negociaciones.
En efecto, la Estrategia Sectorial de Educación 2020 del Banco Mundial
lanzada poco antes del inicio de las negociaciones sobre los ODS, ya
daba pistas sobre las grandes disputas que marcarían la agenda del
debate educativo durante los años siguientes. El documento Aprendizaje para Todos,
publicados en el 2011, sostenía que el foco central de los sistemas
educativos debía ser el aprendizaje de algunas habilidades y
particularmente la medición de estos aprendizajes, tomando como base pruebas estandarizadas internacionales y como horizonte el crecimiento económico.
El desplazamiento semántico de Educación para Todos (estrategia liderada por la UNESCO junto a otras agencias del sistema de Naciones Unidas desde 1990) hacia Aprendizaje para Todos,
subrayaba así una disputa de liderazgo y de paradigma por parte del
Banco Mundial y sus aliados. Aunque es innegable que aprender resulta
fundamental y es una de las condiciones ineludibles para que la
educación sea un derecho efectivo, el énfasis sobre las pruebas
estandarizadas y la medición de algunos resultados específicos, comenzó a
distanciarse del debate, la fundamentación y los propósitos enunciados
históricamente por la UNESCO y establecidos por el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas.
Dos años después del lanzamiento del documento sectorial del Banco Mundial, tuvo lugar el Encuentro Global sobre la Consulta Temática de Educación en la Agenda de Desarrollo Post 2015,
que presentó como planteamiento central la redefinición del eje
político asumido por las naciones en el documento del Banco Munidal, Aprendizaje para Todos. ¿Coincidencia? Parecería que no.
En este contexto, se redobló el esfuerzo de algunas agencias
internacionales, gracias también a la presión de algunos de los países
más desarrollados, en que las metas del ODS 4,
dedicado a la educación, deberían girar alrededor de los resultados
mensurables de aprendizaje en lectoescritura y matemática. Las pruebas
estandarizadas internacionales ganaron así un relieve central. La
argumentación que fundamentaba ese conjunto de planteamientos dialogaba
directamente con los principios de la Estrategia Sectorial del Banco
Mundial. Por otra parte, dicho Encuentro Global puso de relevancia
la configuración de un significativo campo de poder constituido por el
Banco Mundial, otras organizaciones multilaterales, los gobiernos de
algunas poderosas naciones y un reducido número de think tanks
conservadores que se alineaban de manera cada vez más articulada
alrededor de una concepción economicista y reduccionista de la
educación. Los principios rectores que volvieron a ganar fuerza
(o quizás nunca la perdieron) fueron: aprender para actuar
competitivamente en el mercado y medir aprendizajes para determinar el
grado de ajuste entre el sistema educativo y el desarrollo económico.
Vale destacar que, a diferencia de otros momentos en que estos
principios también quisieron ser impuestos por algunas agencias
internacionales, la definición de la nueva agenda se establecía con
reiteradas referencias a la importancia de defender el derecho de todos a una educación de calidad. Una acción que puso de relieve que, además de la recurrente disputa acerca de los significados de la “calidad” educativa, un ahora complejo debate acerca de los significados del “derecho a la educación”.
¿Derecho para quién o para quiénes? ¿Diferentes calidades de derecho
para diferentes calidades de educación? ¿Diferentes calidades de derecho
para diferentes “calidades” de personas o de naciones?
El debate sobre el futuro de la educación como derecho humano, ganó
así relevancia en el contexto más amplio del debate acerca de los
sentidos del denominado “desarrollo sostenible”. La propuesta del Banco
Mundial, asumida como guía orientadora por numerosas naciones y
organismos internacionales, al poner los sistemas educativos al servicio
del crecimiento económico, no sólo trajo implicaciones profundamente
regresivas en los contenidos, valores, prácticas y relaciones de las
prácticas educativas, sino que planteó una perspectiva que aspiraba a
contrarrestar los grandes avances democráticos y éticos que exponían los
debates y controversias acerca de los nuevos Objetivos del Desarrollo
Sostenible. La perspectiva del Banco Mundial pretende consolidar
un modelo de desarrollo educativo, económico y social que profundiza
las brechas e injusticias generadas por un mundo cada más desigual. Una
perspectiva que despolitiza el derecho a la educación y transforma a las
pruebas y los resultados de aprendizajes estandarizados en el epítome
de la calidad educativa.
El interés del Banco Mundial en la educación reducida a un sistema de
medición de aprendizajes no parece ser sólo un distorsión tecnocrática,
meritocrática o economicista. El organismo posee relación directa con
algunas de las grandes corporaciones internacionales que actúan en el
campo educativo. En la Estrategia Sectorial 2020 del Banco Mundial, por ejemplo, se afirma que “para ayudar la capacidad de entrega de educación de calidad por parte del sector privado, la Corporación Financiera Internacional
creó un departamento específico para financiar proveedores de educación
privada, y en el 2004, asumió el sector educativo como uno de sus
pilares estratégicos”. Asimismo, el hecho de que la educación sea parte
de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como el GATS y el TISA,
en donde las corporaciones tienen poder por encima de los Estados, pone
una vez más de relieve el imperativo del lucro, a la vez que pone en
jaque el rol ciudadano en el seno de democracias activas y
participativas.
Como ya se han destacado diversos analistas,
los sistemas educativos centrados en los resultados de pruebas
estandarizadas promueven competencia e individualización,
contraponiéndose a la noción de colaboración, solidaridad, colectividad y
bien común, actuando al mismo tiempo como factores que debilitan,
fragmentan y desarticulan la acción de sujetos colectivos como son los
sindicatos docentes y las organizaciones estudiantiles. Estas
perspectivas desvalorizan y deslegitiman un enorme conjunto de saberes y
alejan la cultura, el deporte y las artes de la educación; desconocen
las condiciones y los procesos de enseñanza-aprendizaje, ignorando todos
los valores, conocimientos y posturas que desde ahí se desprenden,
pasando por encima de cualquier reflexión o cuestionamiento sobre el status quo de nuestro mundo, el medio ambiente y las relaciones económicas, sociales y políticas; homogeneizan
los saberes sometidos a prueba, y con eso los estudiantes y los
docentes, quitándoles la autonomía pedagógica, deconstruyendo el
pensamiento crítico, la capacidad de crear, imaginar, discordar y
debatir; retirando y poniendo bajo sospecha el placer, la alegría y
el disfrute de la educación, mientras se introducen altísimos niveles de
presión y un mal estar que puede llegar a niveles extremos de
infelicidad, anomia o frustración.
El Comité de los Derechos del Niño, en su Observación General Nº 1, del 2001,
hace señalamientos de gran relevancia sobre la necesidad de poner en
marcha una educación coherente con los propósitos señalados en los
marcos de derechos humanos. Afirma, por ejemplo, que “los valores que se
inculcan en el proceso educativo deben consolidar los esfuerzos
destinados a promover el disfrute de otros derechos. En esto se incluyen
no sólo los elementos integrantes del plan de estudios, sino también
los procesos de enseñanza, los métodos pedagógicos y el marco en el que
se imparte la educación”. Señala también que “los conocimientos básicos
no se limitan a la alfabetización y a la aritmética elemental sino que
comprenden también la preparación para la vida activa, por ejemplo, la
capacidad de adoptar decisiones ponderadas; resolver conflictos de forma
no violenta; llevar una vida sana, tener relaciones sociales
satisfactorias y asumir responsabilidades, desarrollar el sentido
crítico, dotes creativas y otras aptitudes que den a los niños (y niñas)
las herramientas necesarias para llevar adelante sus opciones vitales”.
Apunta además hacia la importancia de una educación para el medio
ambiente, subrayando que “el respeto del medio ambiente ha de enseñarse
en el hogar, en la escuela y en la comunidad y hacerse extensivo a
problemas nacionales e internacionales”.
El Comité “insiste en la necesidad de un planteamiento holístico de
la educación que garantice que las oportunidades educativas disponibles
reflejen un equilibrio satisfactorio entre la promoción de los aspectos
físicos, mentales, espirituales y emocionales” e insiste que “debe
hacerse hincapié en que el tipo de enseñanza que se concentra
fundamentalmente en la acumulación de conocimientos, que estimula la
competencia e impone los niños (y las niñas) una carga excesiva de
trabajo puede ser un grave impedimento para (su) desarrollo armonioso
hasta realizar todo el potencial de sus capacidades y aptitudes. La
educación debe ser favorable a los niños (y niñas) y debe inspirar y
motivar a cada uno de ellos (y ellas). Las escuelas deben fomentar un
clima humano y permitir a los niños (y a las niñas) que se desarrollen
según la evolución de sus capacidades”.
Con respecto a procesos de evaluación, el Comité recuerda que debe
estar al servicio y para garantizar el respeto de los sujetos
educativos, contando con su amplia participación. En ese sentido,
reconoce “la importancia de los estudios que puedan brindar una
oportunidad para evaluar los progresos realizados, basados en el
análisis de las ideas de todos los participantes en el proceso,
inclusive de los niños (y niñas) que asisten ahora a la escuela o que ya
han terminado su escolaridad, de los maestros y los dirigentes
juveniles, de los padres y de los supervisores y administradores en la
esfera de la educación”.
Las negociaciones sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Marco de Acción de la Educación 2030
apuntó finalmente hacia un horizonte bastante más promisorio que aquél
que se dibujaba en el 2013, bajo las presiones del Banco Mundial y sus
aliados. Los Objetivos y agenda de la Educación 2030 no se estructuraron
alrededor de la búsqueda de resultados mensurables de aprendizaje y de
sus sistemas de pruebas internacionales, sino de una perspectiva
bastante articulada y en sintonía con un enfoque de derechos humanos, entendidos como principios universales, indivisibles, interdependientes y relacionados entre sí. En ese sentido, el ODS 4
adoptado por las Naciones Unidas se propone “garantizar una educación
inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de
aprendizaje durante toda la vida para todos”. Asimismo, lejos de un
enfoque basado solamente en el resultado de aprendizajes mensurables de
matemática y lectoescritura, las 7 metas y los 3 medios de
implementación aprobados por la ONU refuerzan el derecho a la educación a
lo largo de toda la vida, aspiran a garantizar 12 años de educación
gratuita, destacan la importancia de valorizar la profesión docente, la
educación para la ciudadanía, el medio ambiente y los derechos humanos.
Además, subrayan la importancia de garantizar condiciones dignas de
infraestructura e inversión pública, entre otros aspectos.
Por más promisoria que sea la conclusión de las negociaciones de los ODS y del Marco de Acción de la Educación 2030, esta también refleja las tensiones y disputas que precedieron su aprobación. Tensiones
y disputas que continúan y se han vuelto cada vez más intensas no sólo a
nivel internacional, sino también a nivel local, en las acciones de
gobiernos conservadores que se han multiplicado tanto en el Norte como
en el Sur, de la acción de parlamentos y sistemas judiciales dominados
por grupos de poder y por élites políticas reactivas a la ampliación de
la democracia y los derechos humanos, de una sistemática reducción de la
cooperación internacional destinada a promover la educación como un
derecho ciudadano, así como la acción de algunos poderosos medios de
comunicación que silencian o desfiguran los debates y las controversias
en curso, reduciendo la educación a un mero sistema de capacitación,
ajuste y disciplinamento a las necesidades de un mercado injusto,
excluyente y desigual. El desafío de afirmar los derechos humanos y de construir democracias activas y participativas no puede perder impulso. Los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la agenda de la Educación 2030, así como las Metas Educativas 2021, nos ofrecen un marco de gran valor doctrinario y operativo.
Fortalecer el espacio público es una de las condiciones imprescindibles
para resistir a los embates que se ciernen sobre los principios que
fundamentan una ética ciudadana que supera el individualismo posesivo y
apuesta a la construcción de la igualdad, la justicia social y el bien
común. El derecho humano a una educación de calidad tiene mucho que ver con estas luchas.
Su ampliación, nos ayudará a construir sociedades donde la dignidad y
el bienestar de todos los seres humanos se imponga a los intereses de
unas élites económicas y políticas que siempre han lucrado y se han
beneficiado con la injusticia y la desigualdad.
Eso
dijo la fiscal uruguaya Mariela Nuñez sobre el "muy doloroso" caso que
tiene a su cargo: el de una pequeña que fue abusada por el padre de una
amiga.
Lo que hace que este caso sea particularmente estremecedor y que esté conmocionando a la sociedad uruguaya, es que la niña "se sometió voluntariamente al abuso para obtener una prueba para que los adultos creyéramos en ella", según denunció Nuñez.
Los servicios de mantenimiento han liberado un tapón de un
kilómetro de longitud en el colector norte, y aún queda por limpiar el
tramo que va de la Ciudad de las Ciencias a Pinedo.
El
Ayuntamiento ha iniciado una campaña de concienciación y ha pedido al
Gobierno que obligue a las empresas a indicar que se deben de tirar a la
basura y no al inodoro.
La
extrema derecha avanza impunemente. Multiplican sus actos y
expresiones. Policías neonazis amparados por sus organizaciones,
manadas, manifestaciones franquistas...
¿Estamos ciegos o somos idiotas?
Aquí, mi espanto: Lamarea.com
22 noviembre 2017
...
En la noche del 20 al 21 de noviembre, hace un par de días,
centenares de franquistas, fascistas, sacaron su basura, su ser basura, a
la calle. En Madrid, con antorchas, recorrieron la M30 –lloré con este vídeo–
cantando himnos de espanto, llenos de su odio conservado en grasa,
portando banderas negras con el yugo y las flechas, con el águila,
honrando el horror, el dolor y el asesinato.
Más o menos al mismo tiempo nos enteramos de un chat donde varios policías deseaban la muerte de la alcaldesa Carmena y
otros representantes públicos alababan a Hitler y deseaban que las
chimeneas de los hornos crematorios del Holocausto volvieran a echar
humo, donde describían cómo matar a inmigrantes clavándoles balas en el
cráneo a martillazos. Y varias agrupaciones de policías los apoyan.
En estos mismos días se juzga la violación de una muchacha de 18 años
a zarpas de cinco energúmenos, uno de ellos perteneciente al Ejército y
otro a la Guardia Civil. Y medios de comunicación se cuestionan la “participación” de la víctima.
Es solo un repaso sucinto del espanto que empieza a ocupar los medios
de comunicación, nuestras calles y nuestras vidas. Un repaso tomado al
vuelo.
Si no somos conscientes de que esto no son “casos aislados”, sino los
primeros síntomas de comportamientos que empiezan a cundir en nuestra
sociedad, cuando los tengamos encima, cuando nos avasallen, será
demasiado tarde. Recuerdo a los líderes de Podemos, Zaragoza en Común,
PNV, ERC, etc. cercados por mostrencos de ultraderecha, sin auxilio
policial; recuerdo el acoso a la familia de Mónica Oltra, bajo su casa;
recuerdo demasiados episodios sucedidos últimamente sembrados de aguiluchos,
de banderas, de violencia y odio contra la diferencia, contra el bien,
contra la construcción de un diálogo sensato y el ejercicio de esta
pequeña, defectuosa forma de civilización a la que nos aferramos.
¿Estamos ciegos o somos idiotas?
Hay una frase que se repite siempre en las peores masacres, los peores terrores perpetrados por seres humanos: “¿Cómo no lo habíamos visto venir?”.
Es la frase de los ciegos, de los que son ciegos porque se tapan los
ojos. De los mudos, de los que son mudos porque se tapan la boca.
Yo sí lo veo venir.
La denuncia presentada por un agente lleva adjunto este documento
con pantallazos de los comentarios más violentos y las amenazas
El juez trata de identificar a los agentes que profirieron los comentarios para tomarles declaración
Amenazas, insultos, comentarios
racistas llenan 50 folios impresos con multitud de mensajes del chat de
WhatsApp de un grupo de policías municipales de Madrid. La
documentación acompaña a la denuncia presentada por uno de los agentes
por un delito de amenazas. Tras varios meses recibiendo comentarios como
"cuidadito conmigo que no llegas ni a la jubilación anticipada que
tanto añoras" o "parecería un accidente", este policía municipal acudió a
una comisaría a denunciar.
Adjuntó pantallazos de
los comentarios que habían realizado una media docena de agentes en el
chat, dedicado en un primer momento a tratar reivindicaciones laborales.
Con el avance del proceso independentista, el chat se llenó de comentarios vejatorios contra Manuela Carmena, otros políticos y periodistas. Hubo también deseos de cazar inmigrantes y loas a Hitler. " Estamos donde debemos, en la calle. Matar es nuestro lema", advertían.
Varios sindicatos policiales han criticado la publicación de esos mensajes por estar "sacados de contexto".
Los propios autores aseguran que era un chat con un tono gracioso. Sin
embargo, el juez ha decidido identificar a los agentes y el denunciante
tiene escolta policial por las posibles represalias.
Este es el documento aportado junto a la denuncia y que ya obra en poder
del juez. En él se incluyen los pantallazos que durante meses realizó
el agente, con los comentarios más violentos y las amenazas directas
contra él. PARA VER LOS MENSAJES ENTRAD EN EL ENLACE
LA JUNTA DE SUSANA DIAZ ECHA AL MEDCO ACTIVISTA "SPIRIMAN" DE SU TRABAJO...!!
Al médico Jesús Candel lo han retirado de los turnos que venía
realizando en el servicio de Urgencias del Hospital de las Nieves, lo
que supone directamente dejarlo sin empleo y sueldo.
Spiriman,
líder de las protestas ciudadanas de Granada por la “nefasta” gestión
sanitaria llevada a cabo por el Gobierno de Susana Díaz en la ciudad y
en otras partes de Andalucía, ha anunciado que el día 30 de noviembre
estará en las urgencias del Hospital a las 12 horas de la mañana para
exigir la dimisión de Paquita Antón, gerente del SAS y Pilar Espejo,
directora del complejo hospitalario de Granada.
El médico está sufriendo una “persecución”, en la que han “colaborado”
medios de comunicación, que reciben publicidad institucional de la
Junta, publicando una supuesta denuncia de trabajadores sanitarios
contra él, por supuesto ‘acoso’ laboral.
Al
médico Jesús Candel lo han retirado de los turnos que venía realizando
en el servicio de Urgencias del Hospital de las Nieves, lo que supone
directamente…
digitalsevilla.com
...
¿ LA PUBLICIDAD INSTITUCIONAL OBLIGA A LOS MEDIOS A POSICIONARSE CONTRA SPIRIMAN ?
No queremos poner en duda la veracidad de las informaciones publicadas
contra Spiriman, eso es algo que debe hacer cada lector, pero si nos
preguntamos una cosa. ¿Qué harían la mayoría de medios andaluces sin los
millones que invierte la Junta de Andalucía y sus empresas y
fundaciones satélites en publicidad institucional?
Sorprendentemente medios “de izquierdas” como Eldiario.es se han sumado
también a esta campaña de “acoso y derribo” contra el médico que
recientemente ha sido apartado de su puesto de trabajo por la Junta de
Susana Díaz.
“Sanitarios y
periodistas se cansan de los ataques personales de Spiriman” titulaba el
pasado 14 de noviembre el diario que dirige Ignacio Escolar en su
edición de Andalucía.
Junto al artículo aparecen varios banners
publicitarios. El primero es de “LIPASAM”, la empresa de servicios de
limpieza del Ayuntamiento de Sevilla, en el que actualmente gobierna el
PSOE de Susana Díaz.
Joseba, 42 años, mastica un bocata de jamón con rúcula en un banco al sol frente al Museo Guggenheim. Es la hora de comer y tiene una obra por aquí cerca. Cuando le pedimos un favor, que nos explique qué es para él España,
tuerce el gesto. Para empezar, la palabra no acaba de gustarle. En «el
Estado» viven familiares suyos, gente muy maja; pero (ahora sí) «España
es un país de pandereta». Corruptos, ladrones. Nada, por otra parte, que
no pudiera decirse en Benidorm, adonde este verano se irá de vacaciones.
- ¿Y el País Vasco?
- En Euskadi se vive muy bien.
Para
explorar cómo se ve hoy a España desde el País Vasco, la primera parada
podría ser cómo se le habla. Cómo se dice España. El catedrático de
Historia y ex rector de la Universidad del País VascoManuel Montero García ha dedicado al lenguaje vasco muchas horas de observación. Su libro Voces vascas. Diccionario de uso
(Tecnos, 2014) es clarificador. «España es el agujero negro del habla
vasca», afirma Montero. Así, si quiere usted integrarse en tan hermosa
esquinita del mundo sin que le miren mal, para decir «en España» utilice
mejor «a nivel del Estado español». «Con todo lo que hablamos de
nosotros mismos, ni siquiera tenemos un término indubitable para el
territorio: País Vasco, Euskadi, Euskal Herria...».
¿Cómo hablar de una mirada a España si no hay una única mirada hacia
dentro? A continuación, un breve diccionario para acercarse a la
paradoja vasca.
Televisión y veraneo
«En Euskadi existe una cosa muy curiosa», cuenta a unos pasos de allí Joseba Arregi Aranburu, el consejero de Cultura del Gobierno vasco que trajo a Bilbao su símbolo más reconocible, el museo (¡americano!) de titanio que, más allá de ETA,
puso a la comunidad autónoma en el mundo. La cosa curiosa que Arregi
-antes nacionalista, hoy bestia negra para sus ex compañeros del PNV-
detecta con sonrisa indulgente es esta dualidad: el vasco, incluido el
votante no nacionalista, suele mostrar un desprecio casi natural por lo
que significa España, pero al mismo tiempo se va de vacaciones a Cádiz.
En
sus palabras: «Hoy sigue existiendo el componente del miedo a la muerte
del euskera y con él, una identidad temática y refleja que admite una
fuerte caracterización diferenciada. Pero al mismo tiempo, ésta convive
con una identidad vivida y un consumo de cultura profundamente inmersos
en lo español».
Cuatro ejemplos: mismos o parecidos gustos musicales (sí, aquí también suena Despacito), el español predomina -el 76% de los vascos usa el castellano y no el euskera en sus conversaciones habituales-, Telecinco es
la cadena más vista y, lo dicho, siete de cada 10 vascos se van de
vacaciones a otra parte de España. Como Joseba a Benidorm. O como el lehendakari Iñigo Urkullu, que este verano ha cambiado Sancti Petri (Cádiz) por Santo Domingo de la Calzada (La Rioja).
¿Vascos o españoles?
En la Euskadi de los tópicos (el marmitako, el «aúpa», la honradez, el caserío, el borroka,
la playa y el monte), las encuestas dicen que a lo largo de los años
«la mayoría (el 68%) de la población comparte un sentimiento constante
de identidad dual vasco/española». Habla Francisco José Llera Ramo, director del Euskobarómetro.
Llera lleva desde finales de los años 70 haciendo las mismas preguntas a
los vascos y con sus respuestas tiene un dibujo que permite apuntar un
par de conclusiones sobre este complejo paisito de apenas dos millones
de habitantes.
Primera: quienes sólo se sienten vascos y no
españoles siempre han sido minoría (el 37%). Ni siquiera son más entre
los votantes del PNV. Y la tan nombrada mayoría nacionalista sólo existe
en Guipúzcoa.
Segunda: los deseos de
independencia han ido bajando y sólo los expresa el 30% de la población;
la mayoría apuesta por el actual autogobierno (33%) o su desarrollo en
un horizonte federal (34%).
Eso sí, aquí llega la tercera: el 59%
querría celebrar un referéndum de independencia. Aunque el 39% votaría
que no y sólo el 31% que sí. Estas cosas pasan. Es ahora Cataluña quien da la batalla por el derecho a decidir que inventó Ibarretxe.
¿Por
qué Cataluña sí y el País Vasco, el más históricamente antiespañol, no?
¿Qué ha ocurrido? En Euskadi ha habido una banda terrorista de signo
nacionalista que ha matado a más de 800 personas en casi 50 años y ha
desterrado a muchos (se habla de miles) no identificados con su
proyecto. El nacionalismo ha gobernado casi sin interrupción, a menudo
con los socialistas de aliados, y ha ganado la batalla del lenguaje y
casi todo el resto de los pulsos. Pero, como dice Joseba, con todas sus
sombras -como el preocupante envejecimiento de la población-, aquí «se
vive bien». El nosotros vasco entendido como somos porque vivimos bien.
Calidad de vida
Algo así viene a sostener el sociólogo Ander Gurrutxaga Abad en su último libro, Rutas nacionalistas
(Biblioteca Nueva, 2017). «La calidad de vida, la confianza en las
instituciones, el mantenimiento de unos servicios públicos buenos, que
te atiendan bien y resuelvan tus problemas cuando vas a Osakidetza [la
sanidad], la existencia de la renta de garantía de ingresos para las
personas con más problemas económicos [que el resto de España muy
probablemente no podría permitirse], que haya un buen sistema
educativo».
«Esa confianza, ese modus vivendi, explica el
mínimo denominador común que en el País Vasco, más allá de dónde se
sitúe cada uno, articula la conciencia del nosotros», sostiene
Gurrutxaga. Y explicaría el éxito del nacionalismo durante tantos años.
Aquí, resumiendo, las cosas de comer funcionan. Hay dinero y se
distribuye «razonablemente». A diferencia del nosotros español, el vasco
parece tenerse en alta estima.
«Desde la época foral, e incluso
antes, hay un sentimiento fuerte de singularidad vasca que perdura hasta
hoy», indica Antonio Rivera Blanco, catedrático de la Universidad del
País Vasco en Vitoria y viceconsejero de Cultura en el Gobierno de Patxi López.
«Pervive la idea de que somos diferentes, tenemos rasgos culturales
distintos, somos mucho más modernos (antes era más católicos)... Y no
pensamos que estamos siendo privilegiados, sino que somos una región más
rica que el conjunto de España y que España sale favorecida por
nosotros. Existe la sensación de que el dinero va de aquí para allá [«a Madrid», como suele decirse], cuando cualquiera que sepa un poco de esto sabe que no es así».
«Esto» es el Concierto Económico (el sistema por el que las tres diputaciones vascas regulan y recaudan la mayoría de los impuestos) o, más propiamente, el Cupo, el cálculo que se hace del dinero que el País Vasco debe pagar al Estado por las competencias no transferidas.
Está
extendido entre los expertos más respetados que esa valoración
económica, que se aplica por un acuerdo entre el Gobierno autonómico y
el central de forma muy opaca y dependiendo de los intereses políticos
de cada momento, beneficia, y mucho, al País Vasco. Pero de eso, en esta
tierra, no se dice ni palabra. «El único que cuestiona el Concierto es Ciudadanos», recuerda Rivera. «Y es prácticamente tratado de alienígena».
¿Las cifras? «El economista Ignacio Zubiri
calcula que con el sistema actual existe una ventaja anual de 1.000
euros por ciudadano vasco respecto a la media española, lo que implica
unos 2.000 millones de euros anuales extra», afirma el historiador.
Euskadi, tres vacas
«Euskadi
es aproximadamente un 30-32% más rico según el PIB que la media
española. Pero todos los estudios dicen que el gasto público por
habitante es superior en un 60%», precisa Arregi. A su juicio, es la
dualidad entre el vasco de superficie y el español soterrado -ese
despotricar de España e irse a Cádiz de turismo- lo que actúa como
«condición necesaria para justificar la situación fiscal y financiera
privilegiada de la sociedad vasca». Hay una canción que ya se entonaba
en la Transición y que dice así: «Siete vacas tiene Euskadi. Mientras los vascos las ordeñan, toda la leche va pa Madrid».
A Idoia Estornés Zubizarreta, historiadora y Premio Euskadi de Literatura, la encontramos en su casa del País Vasco francés,
donde, dice, envidian la autonomía vasca dentro de España. Rompeclichés
libérrima, hija del más importante editor vasco (el nacionalista Bernardo Estornés, que fundó la Enciclopedia Auñamendi), Estornés empieza así.
«Cuando,
arrastrado por la crisis financiera, estalla el gigantesco globo del
España va bien, descubrimos que la España de las autonomías ha segregado
taifas opacas. Cataluña, endeudada hasta las cejas, es víctima de su
clase más corrupta: el 3%, mordidas escalonadas, testaferros
agradecidos, cosa nostra. En cambio, en Euskadi, donde la
corrupción parece manifiestamente menor (¿gracias, entre otras cosas, a
la vigilancia de ETA y sus avistadores infiltrados?), se piensa (no se
dice): Que me quede como estoy, con un Concierto Económico bien
renovado, con una moneda fuerte».
«En ningún momento ha devenido Europa una unión de pueblos sino de Estados; no se confía ya en el declive de sus fronteras. Se alardea de crear un Mónaco, pero se vive demasiado bien para aventurar un Kosovo.
Un Estado con 500 años de reconocimiento y pasaporte privilegiado no es
mala capa. Y en la manga, el libredeterminismo doctrinal, la bambarria
declarativa, el gimoteo, según convenga», prosigue Estornés.
Difícilmente Euskadi puede sentirse agraviada. Según el INE, su índice de pobreza es el más bajo «a nivel del Estado» y los ingresos medios anuales por vasco, los más altos. San Sebastián es el símbolo de la riqueza. La ciudad más cara, con coloridas barras de pintxos a precio prohibitivo, señoras bien paseando y surfistas exhibiendo sus tablas. Bilbao, la estampa de una ciudad rehecha, capital de negocios de pasado industrial que atrae turistas. Y al sur, como se decía en Ocho apellidos vascos, está la pequeña Vitoria, capital administrativa, sede del Parlamento y el Gobierno, que carga con el sambenito de la más castellana y que tiene hasta tranvía. Ongi etorri a la España finlandesa.
Pero,
de nuevo, no hay que confundirse: ya que estamos, Euskadi es
plurinacional. Y pluriterritorial. El bilbaíno se siente más vizcaíno
que vasco, y así sucesivamente. El último Deustobarómetro, encuesta de la Universidad de Deusto,
da buena cuenta de ello. Frente a las patrias gloriosas y las
cacareadas naciones, el vasco se identifica primero con su provincia
(69,9%) y con su pueblo o ciudad (69,8%), y sólo después con el País
Vasco (64,6%). Mucho más lejos le quedan Euskal Herria (incluida Navarra, 47,1%), Europa (41,8%) y, cómo no, España (30,7%).
¿Y de qué fuentes de identidad beben? ¿Qué los hace como son? La respuesta: ni la ikurriña,
ni el euskera, ni la independencia (por debajo del 6%), sino, por este
orden, la familia, la justicia social, ¡la cuadrilla y la buena mesa!
Joseba va terminando su jamón con rúcula, que muy vasca no es, pero es que ahora en Bilbao se han puesto de moda los garitos hípsters,
dice. Los sábados suele quedar con la cuadrilla y está al día. «La
cuadrilla [en España] no es lo mismo. Aquí estás con los de siempre
desde crío. Es sagrau». Tras advertir que no quiere ver su apellido en este reportaje («es que preguntar aquí por España») y lanzar un agur,
vuelta a la obra. «Trabajadores sí somos. Esto no es el paraíso, pero
viendo lo que hay por ahí [léase ay]... Si las cosas nos van bien, o
mejor que en otros sitios, por algo será».