No pretendo convencer a nadie, me parece que somos lo suficientemente adultos como para pensar por nosotros mism@s. Respeto todas las posiciones que cuestionan el bipartidismo reinante en nuestro país, critican la opción del poder político en favor de los poderosos, “los mercados”, y son conscientes de la crisis que está sufriendo la democracia por la falta de credibilidad y por el desprestigio que se ha ganado a pulso.
He leído diversas propuestas de participación votando a partidos minoritarios, voto en blanco y voto nulo. No pienso optar por ninguna de ellas ya que tengo decidida la abstención.
No quiero delegar mi voto en nadie, quiero conservar mi capacidad de decisión para actuar a través de las actuaciones del movimiento 15M y de mi inclusión en un sindicato minoritario en el que llevo muchos años.
No quiero participar con mi voto dando credibilidad a un sistema político que me ha dado la espalda y está castigando mi salario, mis condiciones de trabajo y la valoración de mi trabajo (en la enseñanza).
Por no hablar de las tasas elevadas de paro que padecen personas muy cercanas a mí, entre ellas, mi hijo mayor (dadas las altas tasas de paro juvenil existentes).
No me molesto en razonar sobre que mi abstención sea producto de la desidia por desplazarme a unos metros de casa a depositar una papeleta en una urna, dado que he recorrido kilómetros para asistir a todas las movilizaciones convocadas en los últimos meses, he pegado carteles en mi centro de trabajo y estamos intentando organizarnos sin cobertura sindical para luchar por la calidad de la enseñanza pública.
Podría seguir dando razones para defender la abstención activa y la lucha por una democracia real pero quizás lo interesante es la posibilidad de un debate que si nos apetece podemos entablar.
La imagen está tomada de google.