SERGIO RAMIRO 21/11/202
El centro de primera acogida de Hortaleza atraviesa momentos muy complicados de exceso de aforo
La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la inauguración de Digitaliza Madrid. EP.
138 menores hacinados en un centro con capacidad para acoger a 35. Cinco turnos para comer y todas las habitaciones del edificio destinadas a poner camas o colchonetas, eliminando por completo los espacios comunes. Imposibilidad de utilizar los baños. Desplazamientos de 20 minutos andando para ir a aprender a leer. Son algunos de los problemas que relata a ElPlural.com Juan Calle, secretario general de la sección de menores de UGT, y que se han cebado de pleno con el centro de acogida de Hortaleza, uno de los centros de la Comunidad de Madrid, junto con el de Casa de Campo, que sirve también como infraestructura de primera acogida. Esta instalación es de gestión pública, y su situación se encuentra en la cuerda floja.
"Es una pasada lo que está ocurriendo allí. Es un centro pensado para 35 personas, y a unas malas, y como había mucha gente acudiendo, se aumentó administrativamente su capacidad de 35 a 72 plazas, pero sin cambiar absolutamente nada, sin poner más edificios ni aumentar los medios a su disposición", arranca Calle. "Había días que llegaban hasta 100 personas y esta semana se han llegado a registrar 138 personas", continúa.
"Esto ha supuesto que todo lo que eran las salas de uso común, para ocio y actividades, han ido desapareciendo. Todo se ha llenado de literas o ni siquiera de eso, sino de colchonetas en el suelo que es donde algunos están durmiendo. Había unas aulas de un colegio que pertenecía al centro para alfabetización básica que también han desaparecido y se ha llenado de camas y ahora los chavales van a la alfabetización a 20 minutos andando", enumera el secretario general de la sección de menores de UGT.
Cinco turnos para comer y niños sin alfabetizar
"Además, a la alfabetización solo pueden ir 45 niños, por lo que quedan muchísimos fuera. Eso supone también que muchos de ellos no tienen actividades y que en la hora de la comida haya hasta cinco turnos. La cocina está preparada para 35 comensales, y a unas malas, los trabajadores y trabajadoras se multiplican y hacen comida para los 120 o 130 que haya en ese momento, pero tiene que haber cinco turnos", lamenta.
La misma situación afecta a los espacios de higiene del centro: "Las duchas y los servicios son los que había para un centro de 35 personas. Hay ocho duchas y ocho baños para más de 130 personas. Organizar las duchas o simplemente ir al baño es prácticamente imposible". "Además, lo que se supone que habría que hacer, un triaje educativo, de dónde vienen, cuál es su origen y destino y demás, todo ello es prácticamente imposible, porque el personal no da abasto. A lo máximo que llegan es a apagar fuegos, a poner un poco de orden y llevarlos de acá para allá evitando conflictos y llevarlos a la escuela a los que pueden ir", señala Calle.
"Además, se supone que el máximo de estancia es de tres meses al ser un centro de primera acogida, pero hay chicos que llevan ahí desde febrero al no tener dónde ir. Es un conglomerado de problemas que hacen que sea un agujero dentro de la red de acogida", denuncia también.
"Los trabajadores también son víctimas del estado del centro"
Por otra parte, Calle también pone el foco en la situación laboral de los profesionales del centro, desbordados ante el enorme volumen de trabajo al que tienen que hacer frente: "Hay algunas asociaciones que intentan preocuparse por el interés de los chicos, pero terminan tirando piedras sobre el tejado de las personas que los ayudan, que son los trabajadores. Ellos denuncian que hay niños en situación de exclusión y que están por la calle, pero ellos están por la calle porque no tienen nada que hacer en el centro. Podrían estar ahí perfectamente, pero no tienen nada que hacer dentro, por eso prefieren estar en el parque o en cualquier otro sitio".
"La manera en la que estas asociaciones trabajan es protestando frente a los centros, cargando contra los trabajadores del mismo cuando ellos también son víctimas de esta situación y son ellos más que nadie, además de los propios chavales, los que viven el hacinamiento en sus propias carnes. Los medios no están adaptados para la situación actual. Además, muchos de los trabajadores están esperando a ser cesados porque se está resolviendo una estabilización de empleo de gente que lleva muchos años trabajando ahí", explica.
Al ser preguntado por el momento en el que esta situación empieza a intensificarse, Calle señala el último año y medio como fecha clave: "Del último año para acá esta siendo cuando más se ha ido a peor, sin ver esperanza en el futuro. Algunos trabajadores están con crisis de ansiedad, medicados, y causando un importante nivel de bajas. Me llegan testimonios completamente demoledores. El verano pasado empezó el declive: se han construido nuevos centros, pero es insuficiente ante el nivel de acogidas existente".
Vox propone que los emigrantes menores de edad no puedan sentarse en las marquesinas
Por otra parte, Vox, en otro de sus episodios no puntuales de racismo y deshumanización de los niños migrantes, propondrá este jueves que no puedan sentarse en las paradas de autobús. Lo harán durante el pleno de la Junta de Distrito de Hortaleza, presentando una iniciativa "para que se tomen medidas inmediatas ante la ocupación inapropiada por menores no acompañados de los bancos de espera en las paradas de autobuses de la EMT aledañas al Centro de MENAS".
La formación de extrema derecha atribuye a los inmigrantes "un aumento de la inseguridad e intimidación entre los vecinos y usuarios del transporte público, sobre todo a niñas y personas mayores, así como un incremento de basura, bolsas y suciedad, que afecta a la imagen y al uso del espacio público en la zona". Así lo defienden en su propuesta, además de exigir una mayor presencia policial en los alrededores del centro.
Al respecto, Calle sostiene que "es una lástima ver cómo empieza la utilización y la vejación por parte de la extrema derecha". "Utilizan esta clase de argumentos para dar carnaza a sus seguidores y deshumaniza por completo a los chavales. El caso de las marquesinas es literalmente una estupidez, porque ni siquiera tienen razón, pero sirve de ejemplo para escenificar su modus operandi", sentencia.
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