lunes, 5 de mayo de 2025

Un día sin electricidad: así fueron 12 horas de oscuridad en España y Portugal. Por Rob Picheta, CNN

 

29/4/2025

Luis Ibáñez Jiménez circulaba por una autopista del este de Madrid cuando España se quedó sin electricidad.



“De repente, no había semáforos”, declaró a CNN el residente de la capital. Los autos se amontonaban y nadie tenía preferencia de paso. “Estaba parando para que la gente pudiera pasar […]. Vi venir un autobús enorme y tuve que acelerar mucho para adelantarlo”, dijo. “Era una especie de jungla”.


Jiménez acababa de presenciar cómo el suministro eléctrico de su país se interrumpía en cuestión de segundos. Se apagó la luz en ciudades, pueblos, aeropuertos y estaciones de tren; las pantallas de ordenador y las terminales de pago se apagaron en un instante. La confusión y la preocupación se extendieron por España y Portugal. Y para los funcionarios de ambos países, se desató una carrera contra la puesta del sol.


Era una batalla que las naciones vecinas perderían. Pasarían varias horas hasta que se restableciera definitivamente el suministro eléctrico; al anochecer, las familias se reunieron a la luz de las velas e intercambiaron anécdotas de un lunes memorable.


“Definitivamente fue uno de los días más extraños de mi vida”, dijo Jiménez, de 29 años, director de Operaciones de una empresa de formación profesional.


El apagón fue desconcertante y, un día después, sigue sin conocerse la causa. En tan solo cinco segundos, 15 gigavatios de energía se interrumpieron repentinamente del suministro eléctrico español, según informaron a CNN fuentes del Gobierno español —el equivalente al 60 % de la electricidad consumida en ese momento—, y como resultado, toda la red eléctrica española colapsó.


El suministro eléctrico se había restablecido prácticamente por completo para el martes por la mañana, pero la confusión aún se extiende por España. “La investigación de las causas continúa”, declaró una fuente gubernamental. “Todas las hipótesis siguen abiertas y se conocerán más detalles en las próximas horas”


Caos, confusión y pagos en efectivo


Alanna Gladstone, editora de cine de 40 años, había aterrizado en Lisboa, la capital de Portugal, en un vuelo procedente de Nueva York horas antes del apagón. Se registró en su Airbnb y echó una siesta; al despertar, la tecnología que el país da por sentada se había apagado. 


“No sabía qué estaba pasando”, dijo la neoyorquina. Salió a buscar provisiones, con dos euros y US$ 10.    


“hubo un caos  una energía frenética”, declaró Gladstone a CNN. Los supermercados estaban cerrados, así que las filas serpenteaban por la calle hacia los mercados de frutas, donde a un comprador tras otro se le decía que no podían pagar con tarjeta.


Pasó un tiempo antes de que los españoles y portugueses comprendieran la magnitud de lo que estaba sucediendo. “La gente se preguntaba: ‘¿Es esto un ataque informático ruso? ¿Es un acto de terrorismo?’”, dijo Gladstone.Ellie Kenny, una turista en el aeropuerto Humberto Delgado, de Lisboa, dijo que cientos de personas hacían cola en la oscuridad, sin aire acondicionado ni agua corriente. Las tiendas solo aceptaban efectivo, según declaró a CNN. 


Horas después, con el corte de luz aún vigente y la jornada laboral cerca de finalizar, la gente se adaptaba a una nueva y extraña realidad. La Policía dirigía el tráfico con señales manuales. Las principales ciudades estaban congestionadas y las aceras estaban repletas de gente que intentaba encontrar el camino a casa.


Jiménez condujo a casa con cuidado. “La gente fue sorprendentemente amable y bien coordinada”, dijo. “Pero toda la ciudad estaba bloqueada alrededor de las 4 p.m.”. Su viaje, que suele durar 30 minutos, duró dos horas.


Gladstone tenía otro problema: regresó a su apartamento con la compra, pero los teclados electrónicos que permitían el acceso al edificio y a su apartamento no funcionaban. Tras golpear la entrada principal sin éxito, un vecino encontró la manera de entrar en su propio apartamento y la recibió.


Los bomberos de Madrid realizaron cientos de “intervenciones en ascensores” en toda la ciudad el lunes, dijo su Oficina de Información de Emergencias; miembros de la Guardia Civil de España llevaron a una anciana en silla de ruedas a su apartamento en el sexto piso, dijo la agencia.


Al anochecer, con el sol poniéndose y aún sin electricidad en la mayor parte de España y Portugal, la desinformación se extendió por internet y en persona. “Los rumores se disparaban”, declaró a CNN. Circulaba la falsa teoría de que toda Europa se había quedado sin electricidad, y con el acceso a teléfono e internet intermitente, a muchos les resultaba imposible comprobar si era cierto.


El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, instó a los ciudadanos a utilizar los teléfonos de forma “responsable”, a realizar llamadas solo cuando sea necesario y a que sean breves para aliviar la carga sobre el sistema.

Al anochecer, no quedó más que refugiarse en la camaradería. “La gente aprovechó para ‘liarse’ […] Se veía gente bebiendo cerveza por todas partes”, invitando rondas de tragos hasta que se agotó la batería de las máquinas de pago con tarjeta, dijo Jiménez. “Todas las terrazas estaban llenas”.

En Lisboa, las luces se encendieron cerca de las 22:30, hora local. Para entonces, los vecinos de Gladstone ya se habían hecho amigos. “Pasamos la noche hablando de la vida y de lo extraño que es todo”, dijo. “Prepararon comida con una linterna Mag-Lite y bebimos vino”.

“La amabilidad de los extraños nunca deja de sorprender”.


Eve Brennan y Gerardo Lemos, de CNN, contribuyeron con el reporte.

domingo, 4 de mayo de 2025

El punto más profundo del mar Mediterráneo ya contiene muchos desechos marinos de origen humano

 

Francisco Martín León    12/3/2025

Un grupo de científicos ha estudiado los desechos generados por los humanos en la zona más profunda del Mediterráneo y se han encontrado objetos de todo tipo: plásticos, vidrios, metales, etc., de forma muy numerosa.

Mosaico de imágenes de lo encontrado en el punto más profundo del Mediterráneo. Crédito: Universidad de Barcelona  


Los residuos generados por las actividades humanas han alcanzado el punto más profundo del Mediterráneo: el Abismo Calipso, a 5.112 metros de profundidad, en el mar Jónico. Se han identificado en el fondo un total de 167 objetos —principalmente plásticos, vidrio, metal y papel—, de los cuales 148 son residuos marinos y otros 19 son de posible origen antropogénico. Estos resultados representan una de las mayores concentraciones de basura marina jamás detectadas a grandes profundidades.

Estos hallazgos se presentan en un artículo publicado en el Marine Pollution Bulletin.

Para llegar al fondo de la fosa —el aspecto más crítico de todo el estudio—, el equipo utilizó un submarino tripulado de alta tecnología, el Limiting Factor, un vehículo de inmersión profunda (DSV). Las imágenes proporcionadas por el Limiting Factor confirman que, además de acumularse en las costas, aguas superficiales y fondos menos profundos, la basura marina también llega a los puntos más profundos y remotos del Mediterráneo, un mar especialmente afectado por las actividades humanas.

Residuos marinos en las profundidades del Mediterráneo

El Abismo de Calipso es una depresión ubicada a 60 kilómetros al oeste de la costa del Peloponeso, en Grecia, dentro de la llamada Fosa Helénica, con varias depresiones similares pero menos profundas. Ubicada en una zona de alta sismicidad debido a fallas activas, está rodeada por un relieve bastante escarpado y escalonado, con pendientes de miles de metros y un fondo prácticamente plano. La parte interior de la fosa, de más de 5000 metros de profundidad, tiene forma de riñón y mide aproximadamente 20 km por 5 km.

Origen de los residuos

Los restos del fondo del Abismo Calipso «provienen de diversas fuentes, tanto terrestres como marinas. Podrían haber llegado por diversas vías, incluyendo el transporte a larga distancia por las corrientes oceánicas y el vertido directo», explica Miquel Canals, catedrático del Departamento de Dinámica Terrestre y Oceánica y director de la Cátedra de Economía Azul Sostenible de la Universidad de Barcelona.

Algunos residuos ligeros, como los plásticos, provienen de la costa, desde donde se filtran al Abismo Calipso, a solo 60 kilómetros de distancia. Otros plásticos, como las bolsas, flotan justo por encima del fondo hasta quedar parcial o totalmente enterrados, o se desintegran en fragmentos más pequeños, explica.

También se han encontrado evidencia de que los barcos arrojaban bolsas llenas de basura, como lo revela la acumulación de diversos tipos de residuos seguida de un surco casi rectilíneo. Desafortunadamente, en lo que respecta al Mediterráneo, no sería erróneo decir que no hay ni un solo centímetro limpio», advierte el experto.

La Fosa de Calipso atrapa y acumula los materiales antropogénicos que llegan a su fondo.

"Se trata de una depresión cerrada, lo que favorece la acumulación de detritos en su interior. Las débiles corrientes de la fosa —de unos 2 centímetros por segundo y, excepcionalmente, de 18— también facilitan la deposición de detritos ligeros en el fondo", señala el investigador.

Las corrientes transportan residuos flotantes principalmente del sur del mar Jónico y de zonas marinas más al sur. También tienden a formarse remolinos superficiales, que concentran los residuos tierra adentro.

Cuando estos remolinos se ubican sobre la Fosa de Calipso, algunos residuos tienden a caer lentamente al fondo, ayudados por mecanismos de degradación y procesos de lastrado que aumentan su densidad. Las corrientes superficiales también pueden transportar residuos desde el mar Adriático hacia el norte, a través del estrecho de Otranto, y desde las aguas del noroeste de Grecia, añade Canals.

El factor limitante: tecnología de vanguardia para la exploración de aguas profundas

Acceder a las cuencas marinas más profundas es un gran desafío que requiere el uso de tecnología de vanguardia. En este caso, la innovación reside en el submarino Limiting Factor, construido por Triton Submarines. Este vehículo, que se despliega desde buques nodriza especialmente preparados, es capaz de transportar dos pasajeros a las fosas oceánicas más profundas. Durante la inspección del fondo marino, este singular dispositivo tecnológico se mueve lentamente, a unos 1,8 kilómetros por hora, para obtener imágenes de alta calidad.

En Calypso Deep, el Limiting Factor fue capaz de cubrir una distancia equivalente a 650 metros en línea recta, durante una permanencia de 43 minutos cerca del fondo.

En cada inmersión, se suele dedicar más tiempo a descender y ascender el vehículo de vuelta a la superficie que a inspeccionar el fondo. Cada inmersión completa suele durar varias horas, señala Canals.

Esta tecnología ha permitido calcular la densidad de basura marina en el fondo de la fosa, aunque no se han detectado impactos significativos en la vida marina, ya que esta se encuentra particularmente empobrecida en esta sima del mar Jónico. Las imágenes sólo revelaron la presencia de la especie Coryphaenoides mediterraneus, un pez de la familia de los macróuridos, y del decápodo Acanthephyra eximia.

El Mediterráneo es uno de los mares más contaminados por los desechos marinos

La primera evidencia de desechos en el fondo marino del mundo data de 1975, en el estrecho de Skagerrak, en el Atlántico Norte. Los cañones y montes submarinos son los principales puntos de acumulación de desechos, que pueden quedar enterrados, desmoronados o desplazados por la gravedad, las corrientes oceánicas y otros factores oceanográficos.

Hoy en día, el Mediterráneo es una región marina particularmente afectada por este problema ambiental. Un estudio de 2021 ya había identificado el estrecho de Messina como la zona con la mayor densidad conocida de basura marina del mundo. Se trata de un verdadero foco de contaminación donde se acumulan grandes cantidades de residuos.

El Mediterráneo es un mar cerrado, rodeado de humanidad, con un intenso tráfico marítimo y una actividad pesquera generalizada. La evidencia aportada por esta investigación debería impulsar los esfuerzos globales, y en particular en el Mediterráneo, para mitigar el vertido de residuos, especialmente plásticos, en el medio natural y, en última instancia, en el mar, de acuerdo con el Tratado Mundial sobre Plásticos de la ONU contra la contaminación por plásticos, aún pendiente de aprobación.

Más de 400 pescadores gallegos recogieron 623 kilos de basura marina en el 2024

 La Voz de Galicia   11/3/2025

La actividad humana sigue alterando el equilibrio natural de nuestros océanos. Toneladas de residuos acaban depositándose cada día en los fondos marinos, una realidad que no solo supone un riesgo para la salud de las personas, sino también una amenaza para la biodiversidad. Para revertir esta situación, en el 2015 la Fundación Ecoalf puso en marcha Upcycling the Oceans, proyecto al que se sumó Ecoembes un año después y en el que trabajan conjuntamente desde entonces para avanzar hacia un futuro sin residuos. En el centro de esta iniciativa están los pescadores, quienes trasladan los residuos atrapados en sus redes a tierra firme y los depositan en los contenedores de los puertos para que puedan ser reciclados y convertidos en nuevos recursos. En concreto, en el año 2024, se han recogido un total de 623 kilos de residuos de los fondos marinos gallegos.

Esta basura se ha recuperado gracias a la colaboración de 400 pescadores gallegos de 102 barcos pesqueros, ubicados en seis puertos: A Coruña, Corme Porto, Celeiro, Burela, Sanxenxo y Combarro. Además, se han sumado al proyecto los de Marín y Vigo, siendo actualmente un total de ocho los puertos integrados en esta iniciativa en la comunidad. 

«Llevamos participando en el proyecto Upcycling The Oceans desde el 2018 porque creemos que es una iniciativa muy positiva tanto para la pesca de arrastre como para la sostenibilidad de nuestros mares —comenta Juan Carlos Corrás Arias, presidente de la Lonja de A Coruña y gerente de Pescagalicia-Arpego-Obarco—. Muchas veces se ha señalado al arrastre de forma negativa, pero con este proyecto estamos demostrando que podemos contribuir activamente a la limpieza de los fondos marinos y mejorar el estado de los caladeros. Aunque seguimos encontrando residuos, hemos notado una mejoría en las zonas donde operamos, con menos basura acumulada». 

Además, explica que este proyecto ya forma parte de su rutina de trabajo. «Durante la faena, cuando realizamos la primera selección del pescado, también separamos los residuos que llegan en las redes y los depositamos en los contenedores que Ecoembes ha puesto a bordo. Luego, al llegar a puerto, los llevamos a los puntos específicos en la lonja para su correcto tratamiento y reciclaje. Saber que estos materiales pueden tener una segunda vida nos motiva aún más a seguir colaborando». Por último, recuerda la importancia de tomar conciencia: «La solución empieza en tierra, con un mejor uso y gestión de los residuos. Gracias a proyectos como este podemos aportar nuestro granito de arena para mantener limpios los océanos y proteger el futuro del sector pesquero».

Por su parte Ramón, patrón de arrastre en Burela, participa en el proyecto Upcycling the Oceans desde el 2017 con el objetivo de visibilizar el problema de la basura marina: «Recoger residuos del mar no es algo nuevo para nosotros, los pescadores llevamos haciéndolo desde siempre. Lo que ha cambiado con este proyecto es la gestión de esa basura, que ahora podemos separar y depositar correctamente gracias a los contenedores específicos en el puerto». Más allá de la recogida, Ramón destaca la importancia de concienciar sobre esta problemática: «Seguramente, las cantidades de residuos que sacamos no sean enormes en comparación con todo lo que hay en el mar, pero cada acción sirve para visibilizar el problema y demostrar que existe. Si no lo mostramos, parece que no pasa nada, y no es así».  Para reducir el impacto de la basura marina, apuesta por el consumo responsable y el reciclaje: «Es clave reducir el uso de envases siempre que sea posible y, sobre todo, asegurarse de que los residuos se depositan en los contenedores adecuados. Si cada persona pone de su parte, podemos evitar que esta basura termine en el mar».

Desde la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático agradecen este compromiso y la concienciación del sector pesquero con el cuidado del medio ambiente. «Solo se tarda un segundo en tirar una bolsa al mar, pero tienen que pasar cuatro siglos para que esa bolsa se degrade», recuerda la directora Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade, María José Echevarría, para dimensionar el problema. El trabajo realizado al amparo de este proyecto se suma al de otras iniciativas impulsadas desde el Gobierno gallego para luchar contra la basura marina y sus efectos. 

Nieves Rey, directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes, insiste por su parte en que «construir un futuro sin residuos y avanzar hacia una economía circular real solo será posible si se trabaja de manera colectiva». «Más allá del reciclaje, es fundamental impulsar gestos como la reducción y la reutilización para evitar que los residuos terminen en el mar. Los pescadores juegan un papel esencial al retirar de los océanos los desechos que los amenazan, pero su esfuerzo debe ir acompañado del compromiso de toda la sociedad. Cada residuo recogido, gestionado correctamente y reciclado representa un paso adelante en la protección del ecosistema y refuerza la importancia de este proyecto en el reto de la circularidad. La clave para mantener los fondos marinos libres de basura está en la prevención, una acción imprescindible para minimizar nuestro impacto en el medio ambiente».

Andrea Ruzo, directora de la Fundación Ecoalf, resalta la importancia del proyecto Upcycling the Oceans como un ejemplo claro de cómo la colaboración puede generar un impacto positivo en el planeta: «Este proyecto no sería posible sin la increíble labor de los pescadores voluntarios, quienes cada día no solo salen a faenar, sino que también recogen los residuos que encuentran en el mar, convirtiéndose en verdaderos agentes del cambio. Su compromiso demuestra que la protección de los océanos es una responsabilidad compartida y que, cuando unimos fuerzas, el cambio es posible».