lunes, 13 de mayo de 2024

CTXT. Y ahora, a legislar. Por CTXT

 29/04/2024

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Pedro Sánchez, durante su comparecencia esta mañana en La Moncloa para anunciar que no dimite. / RTVE




Tras cinco días de mutismo, encierro y suspense, Pedro Sánchez fue a ver al rey a La Zarzuela, volvió a La Moncloa y anunció que sigue, que no dimite, que se queda. Es un punto y aparte, advirtió el presidente tras agradecer el apoyo de su partido en las calles, que le anima, dijo, a trabajar con más fuerza si cabe para frenar la degradación de la política, el odio, las mentiras, y emprender la regeneración de la democracia.

El contenido regeneracionista del mensaje chocó frontalmente tanto con el tufillo populista del discurso como con la puesta en escena: desde la escalinata de La Moncloa, Sánchez leyó una declaración institucional en la que no aceptó preguntas de la prensa ni anunció una sola medida. Como primer síntoma para reverdecer el vertedero informativo, la imagen fue poco creíble, casi contraproducente.

Es cierto también que el enésimo golpe de efecto del manual de resistencia de Sánchez ya ha tenido una primera consecuencia positiva. Durante su retiro, el debate sobre las cloacas mediáticas y judiciales coordinadas (y alentadas y financiadas) por la derecha y la extrema derecha ha llegado a todos los rincones del país. Miles de ciudadanos han salido a las calles, otros han dado su opinión en redes sociales y 12.700 personas (entre ellas centenares de periodistas) han firmado el manifiesto contra el golpismo judicial y mediático impulsado por esta revista

Además, algunos políticos, reporteros y medios implicados en ese entramado antidemocrático se han visto obligados a defenderse o a tratar de dar explicaciones, aunque lo hayan hecho con más desfachatez y cinismo que fortuna.

Tienen razón quienes, como los líderes catalanes y los de Podemos, han recordado que este debate llega con años de retraso, y que muchos que ahora se escandalizan fueron durante largo tiempo espectadores y beneficiarios de ese sistema, y no han reaccionado hasta que les ha afectado directamente a ellos. Es sabido que la cloaca policial y mediática funciona a pleno rendimiento desde 2014, y aunque es cierto que, como ha dicho Sánchez, su familia fue uno de los objetivos de la policía patriótica desde el principio, también lo es que el líder socialista hizo mal uso, cuando le convino, de informaciones falsas para tratar de perjudicar a Podemos [el presidente asumió esta autocrítica en la entrevista concedida por la noche a RTVE]. 

Es un primer paso. Pero ahora toca comprobar el grado de compromiso real del Gobierno de coalición con esta complicada tarea, porque Sumar ha guardado silencios estruendosos a cambio de un trato mediático más favorable, y porque la reflexión de Sánchez parece todavía demasiado verde como para cambiar realmente algunas cosas importantes. Y por eso nos gustaría sugerir algunas medidas concretas que pueden ayudar a la opinión pública a separar el grano de la paja y a mitigar (en parte) el infecto clima ayusista que preside la esfera pública. 

La primera es una nueva Ley de Publicidad Institucional, o el desarrollo de un reglamento que corrija y sancione las trampas y maldades toleradas hasta ahora. Se trata en primer lugar de impedir a las instituciones excluir a las publicaciones no afines y premiar a las afines en base a criterios sectarios y puramente ideológicos, como hace el PP. Y también de prohibir financiar con dinero público a los medios o pseudomedios que no sean transparentes en sus cuentas, que no cumplan las leyes laborales y de igualdad de género, que hayan sido reiteradamente condenados por insultar y/o difamar, que publiquen noticias falsas, mentiras o bulos sin rectificación o que incumplan de forma sistemática o recurrente las normas deontológicas básicas. Esto sanearía bastante un ecosistema mediático dopado y lleno de intrusismo partidista, que en buena parte depende de las inyecciones de dinero público procedente de los impuestos que pagamos todas. 

La segunda propuesta es promover el debate profesional y social para la creación de una Ley de Garantía de la Información, que defina los derechos y deberes de la profesión periodística (incluido el sistema para su acceso), los mecanismos de salvaguarda de la cláusula de conciencia en el seno de las redacciones y los de defensa de la ciudadanía frente a los posibles excesos de los medios. En todos los países existen organismos independientes encargados de velar por la autorregulación profesional. En ese sentido, en España está pendiente la constitución de un Consejo General de Colegios de Periodistas, que debería haberse creado hace al menos dos décadas, cuando empezaron a ser aprobados por los parlamentos autonómicos esos órganos de derecho público. 

La tercera medida es la abolición definitiva y urgente de la ley mordaza.

Sobre el golpismo de algunos jueces, la propuesta que nos parece más necesaria y plausible es la ruptura inmediata de la negociación con el PP para desbloquear el Consejo General del Poder Judicial, y la aprobación de una ley que obligue a la dimisión automática de sus miembros cuando caduque el mandato, y a que en caso de bloqueo el Congreso pueda nombrar a la mayor parte de los miembros del CGPJ mediante mayoría absoluta, garantizando la correcta representación también de la oposición.

Para otras propuestas, apelamos como siempre a nuestra comunidad lectora y suscriptora: háganos llegar sus ideas a info@ctxt.es. Los comentarios solo están abiertos para las personas suscritas. 




domingo, 12 de mayo de 2024

CTXT. Ante la crispación, ¿qué hacer?, de Jesús López-Medel

 Jesús López-Medel 10/04/2024

Es legítimo defenderse y contraatacar con críticas. Pero no me agrada ver que desde el partido que debe dedicarse a gobernar se baja tanto el nivel. Especialmente cuando esas frases de cuchillo son lanzadas por ministros

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Ya sabemos que el PP tiene no un mal perder, sino un malísimo perder. Eso no es nuevo. En los últimos veinte años se ha repetido el cliché de no aceptar, ni con ni sin elegancia, los resultados electorales. Ello conduce a algo grave en democracia: cuestionar la legitimidad del gobierno resultante. ¿Es esto talante democrático?

De ahí el modo que tienen de ejercer la oposición. La exageración de argumentos y las críticas exacerbadas no son malas por sí mismas. La lucha política es, con frecuencia, dura, y aunque a veces se digan barbaridades o mentiras y el perjudicado se rebele, con razón, hay límites fundamentales que no se deben traspasar ni por quien inicia esa deriva lamentable, ni tampoco por quien replica.

Me refiero a los ataques personales, a los insultos particularmente gruesos, a las cargas llenas de furibundo odio y maldad e, incluso, a la extensión a personas vinculadas a los políticos por parentesco cuando no hay nada más que bulos. Las difamaciones son frecuentes. Fue al principio de su andadura cuando el Tribunal Constitucional consagró un todo vale en la contienda política a pesar de que la Constitución expresa que “se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”. 

En este caso, a diferencia de otros, no se utiliza como sujeto el ‘todos’, por lo que parecería –que no es así– que ‘algunos’ no tienen derecho al honor si reciben ofensas gravísimas. En cambio alguna persona del famoseo ha conseguido de los jueces indemnizaciones altísimas e incluso penas de prisión a quienes encargaron alguna foto robada en topless

Los que piensan en dedicarse a la política, además de otras cuestiones –desnudez total de su patrimonio e ingresos, incluyendo coche y su antigüedad, plaza de garaje, herencia recibida, plan de pensiones, hipotecas, acciones, colegio de los hijos, etc.–, han de saber que sufrirán una presunción de deshonestidad brutalmente injusta por lo general. Y que pueden ser insultados o injuriados impunemente pues, según doctrina de los tribunales, eso “forma parte de la contienda política”. 

No es novedosa la existencia de la crispación en la política española que se ha intensificado desde 2004 en la que tuvieron, y tienen, especial protagonismo ciertos medios y periodistas. Ahora se ha exacerbado, porque, como bien explica Miguel Mora, es muy abundante la proliferación de la pseudoprensa, chiringuitos de trinchera y de creación y expansión de bulos que colocan en la diana y disparan contra políticos y familiares.

Tristemente hoy son muchos los que, más allá de ese pseudooficio o de un escaño, se dedican a la invención de mentiras propagadas con fervor a través de los ‘medios’ subvencionados o las redes. Hay profesionales del ‘macarrismo’ que, además de esas funciones oscuras y en la sombra, a veces salen al exterior para mostrar el alma de matones que llevan dentro. Hay alguno que ahora ha vuelto a ser noticia pero que realmente tiene mucha historia y oficio. Yo mismo, hace ya 13 años y muy lejos de la política, fui objeto de su impulso golpeador y su excitación televisiva

En la actualidad se guardan gruesos misiles de racimo para las Cámaras, a las que se ha perdido todo el respeto. Nunca el decoro parlamentario había sido tan agraviado. Es vomitivo escuchar las sesiones de control. Alguna emisora las pone en directo y me parece un error, pues se convierten en altavoces de un show deplorable. Y no me estoy refiriendo a la crítica, incluso gruesa, sino al tono, el volumen del grito, el chillido, el insulto. En algunos, en su mirada, encuentras algo más que teatralización: odio. En eso tiene especial responsabilidad, sin duda, el Partido Popular. Una organización que volverá a autocalificarse como partido moderado en las próximas elecciones, pero cuyo todo vale ha logrado superar al de la ultraderecha.

No solo son estos los tendentes a la bronca, sino también otros quienes traspasan límites. Es el caso de los de enfrente, que también embisten. La palabra del 2023 elegida por los académicos –cuyo conservadurismo en lo tocante a la lengua y también a otros ámbitos es de sobra conocido– es “polarización”. Aunque es socialmente aplaudida, no es de mi gusto, pues parece aludir a que existen dos polos extremos y no es así. Ciertamente sucede a nivel ideológico, pues el PP se ha derechizado mucho, pero si hablamos de crispación o griterío no están ni mucho menos en el mismo plano.

Pretendo diferenciar lo que es crítica política, incluso dura, y lo que es el tono o contenido ofensivo a nivel personal, la generación de mentiras replicadas por panfletos que acaban lanzando frases breves, como titulares, en las paredes del Congreso. Esos cuchillos abochornan a millones de españoles, pero ellos siguen lanzando puñales a mansalva.

Pero tampoco me gusta nada, y creo que es un error, cuando desde el otro lado se reacciona igual. Es legítimo defenderse y contraatacar con críticas o frases contundentes. Pero a veces se va más lejos. No me agrada ver que desde el partido que, sobre todo, debe de dedicarse a gobernar –es una equivocación haber desistido de elaborar un presupuesto, y se traduce en perder la iniciativa en la agenda–, se bajan escalones. Especialmente cuando esas frases de cuchillo son empleadas por ministros. No procede y, sobre todo, representa una aproximación al modo de hacer política desde la derecha radicalizada.

Hay algo que detesto particularmente y es que se consolide en la sociedad la idea de que ‘todos son iguales’. Así sucede también con la corrupción y la deshonestidad. Esto es una pretensión de los que enfangan el escenario para que en la pelea todos queden igual de embarrados. Y hay que evitarlo, aunque haya provocaciones. No hay que bajar escalones a nivel de acidez –otra cosa es la contundencia– porque enseguida te arrastran a su lodazal y ahí te ganan siempre (...)

Bernardo Vergara. El festival Eurovisión: 34.000 muertos y una canción.

El festival  Eurovisión: 34.000 muertos y una canción.

OTRA COSA:  La ley puede poner coto al impacto ambiental de la ropa de usar y tirar y Francia está intentándolo, de Raúl Rejón


Francia blinda por ley a los agricultores contra las quejas de los urbanitas que se mudan desde las grandes ciudades, de Amado Herrero


Miles de personas protestan en Malmö contra Israel: “No puedo disfrutar de Eurovisión mientras hay un genocidio”, de Òscar Gelis Pons

 Òscar Gelis Pons   Malmö (Suecia) — 

sábado, 11 de mayo de 2024

Pueblos Vivos Cuenca Boletín

 5/5/2021

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Una macrogranja porcina gana la batalla judicial al Ribera del Duero

La Justicia avala la construcción de una macrogranja porcina frente a viñedos en Burgos al no considerarla una instalación industrial y negar que dañe la producción

"Teníamos previsto hacer un mirador donde se vieran los viñedos; al final he tenido que desechar el proyecto porque el mal olor que genera es tremendo" dice José Zapatero, director de la bodega El Lagar de Islilla.

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Un artículo en la revista académica Nature Food indica que la mayoría de los fondos de ayuda a la producción de la Política Agrícola Común de la UE (PAC) se destina a la industria ganadera industrial, la que más contribuye al calentamiento global: el 38%, de forma directa y el 44% para la producción de piensos

Según los autores de este artículo, este apoyo desproporcionado favorece a los productos animales y establece un campo de juego desigual en el que los productos animales son más baratos de lo que serían en un mercado más justo. “Hace que las frutas, verduras y frutos secos parezcan relativamente más caros que la carne o los lácteos”.

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Los datos subrayan la necesidad de distinguir, tanto en las estadísticas oficiales como en los discursos políticos, la producción ganadera industrial de la extensiva

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Recibe el premio Goldman (el “Nobel” del ecologismo) Teresa Vicente, que promovió la ley que da personalidad jurídica al Mar Menor


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Desde Valdeolivas hasta San Quílez y la piedra Molón, en la Alcarria de Cuenca

Destaca Valdeolivas por la bonita torre campanario de su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de origen románico y declarada Bien de Interés Cultural.

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