lunes, 19 de diciembre de 2016

LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA. José María Maravall. "Podemos es la oportunidad para que el PSOE vuelva a cobrar vida"

19/11/2016 - LUCÍA MÉNDEZ
José María Maravall (Madrid, 1942) es el padre intelectual del relato socialdemócrata que llevó a la gloria a la generación de Felipe González. Tras poner en marcha la reforma educativa más ambiciosa y duradera, el profesor volvió a la Universidad. De su magisterio han salido todos los politólogos de moda de este momento y también Pablo Iglesias. Los dirigentes socialistas atribulados acuden a él en busca de consejo.
http://www.elmundo.es/opinion/2016/11/19/582f476846163fc65a8b4578.html

El PSOE ha facilitado el Gobierno de su principal rival electoral en los últimos 40 años. ¿Qué trascendencia tiene esta decisión?
Lo que ha cambiado en España es el sistema de partidos, que ya estaba previsto cuando se diseñó la Constitución estableciendo un sistema proporcional corregido. PSOE y PP han gobernado con apoyos parlamentarios durante 22 años. Pero somos el único país junto a Malta que no ha tenido gobiernos de coalición desde 1945. Europa es el reino de las coaliciones y los socialdemócratas están en el gobierno de nueve de 17 países, en seis lo presiden.
¿Por qué somos una excepción?
Porque en España se atribuyen comportamientos ideológicos que no se corresponden con la realidad. Por los votantes, por los medios, por los propios partidos.
¿La cercanía al PP no perjudica al PSOE?
Sí. Al PSOE le viene mal. A mí no me gusta que me identifiquen con nadie del PP. Cuando dos partidos se hacen iguales no hay incentivos para votar y eso tiene sus costes. En general, genera abstención. Es una de mis especialidades y he escrito mucho sobre ello. Ese peligro existe. ¿Cuál es mi esperanza? Que ese peligro sólo dure 24 horas y que al día siguiente desde la oposición un partido como el PSOE empiece a ejercer su papel con propuestas.
¿Se puede hacer eso con una dirección provisional, sin Congreso y sin líder?
Es más difícil. Pero a quien yo le hice esa recomendación fue a Pedro Sánchez. Después del 20-D. Mi consejo fue: abstente y al día siguiente conviértete en jefe de la oposición, encabeza todas las demandas, enarbola todas las banderas, la Sanidad, la Educación, la dependencia, las pensiones... Rajoy dos no es Rajoy uno.
¿Por qué cree que Sánchez no le hizo caso?
Supongo que porque hizo sus cálculos y pensó que una repetición de elecciones podía dar lugar a un cambio. Pero el PSOE no podía gobernar, ni con 90 escaños ni después con 85. Hay muchos ejemplos en Europa de colaboración de los socialdemócratas con gobiernos conservadores. En Austria entre 1945 y 1970. En Alemania, Willy Brandt en el año 66 no tuvo inconveniente el apoyar a la CDU. No pasa nada por abstenerse para que haya Gobierno.
El miedo del PSOE tiene que ver con que le ha salido una fuerza potente a su izquierda.
Todo lo potente que tú la hagas. Si Podemos cuaja es porque el PSOE lo deja cuajar.
¿Cuál sería su fórmula para evitar que siga cuajando?
Ser un partido que tenga claros cuáles son sus objetivos, con unidad orgánica y que respete a sus dirigentes. Aquí se ha producido un cierto descuajeringue desde hace tiempo. Zapatero ganó a Bono por nueve votos y todo el mundo respetó el resultado. Rubalcaba ganó con 22 y se empezaron a producir trenes AVE en todas direcciones para conspirar. Desde entonces el partido está en ebullición.
Por el camino se ha dejado la mitad de los votos que tenía en 2008.
El resultado de las elecciones depende de la fiabilidad de un partido y del proyecto que ofrece. El escenario político se ha fragmentado. La cuestión es si esto es bueno o malo. Yo creo que es bueno que entren nuevos actores en la política porque permite su renovación.
Para el PSOE no ha sido bueno. ¿Dónde sitúa el origen de su deterioro electoral?
Hay un cansancio de la política, por la crisis y la corrupción. Había muchos españoles hartos del PSOE con buenas razones para estarlo. La principal, una muy mala explicación de la crisis de 2008. Catastrófica. Y las rotaciones de los liderazgos son siempre muy costosas. Pero es bueno para el país y también para el PSOE que hayan aparecido nuevas fuerzas. El PSOE tiene que ganar vitalidad, si no, hubiera muerto o se hubiera convertido en un partido moribundo por falta de competencia. Bienvenidos sean. Sin ellos, el PSOE iba cuesta abajo. Podemos es la oportunidad que le puede ayudar a cobrar vida.
¿Cómo puede cobrar vida?
El PSOE tiene recursos, es un partido grande, con mucha experiencia política, aunque con un liderazgo traumatizado y que ha tenido que tomar decisiones difíciles. No había más alternativa que la abstención. Al SPD le costó 16 años volver al poder, al Partido Laborista 18 tras la derrota de Callaghan y a los socialistas franceses 23 con Mitterrand. Hay que tomarse las cosas con calma.
Sus compañeros buscan recetas para revitalizar el partido. ¿Cuál sería la suya?
El PSOE de repente ha tomado conciencia de que cuando habla, por ejemplo, de igualdad, hay que preguntarse qué hay detrás de esa palabra. Recuerdo el encuentro entre un tipo de izquierdas y un dirigente socialista legendario. Éste ultimo le dijo: no quiero hablar de políticas, quiero hablar de ideas. El primero le respondió: es que tú ya no tienes ideas, sólo palabras. Hay que sustituir las palabras por nuevas ideas. Por ejemplo. ¿Podemos comprometernos a erradicar la pobreza en España? Sí. El PSOE podría comprometerse a que en 5 años no haya ninguna familia que carezca de lo que se llamaba cesta de productos básicos para una vida digna. Tendrían que presentarlo ya en el Parlamento y pueden conseguir mayoría para aprobarlo.
¿Por qué retrocede la socialdemocracia?
Se habla mucho de la crisis de la socialdemocracia desde hace 60 años. Sin embargo, la crisis afecta también a los partidos de la derecha. En las 17 democracias más asentadas de Europa, los partidos socialdemócratas han caído apenas un punto, mientras que los partidos de la derecha han perdido más de cuatro, afectados por el populismo xenófobo y reaccionario. Otra cosa es lo que hacen en el gobierno: yo creo que la singularidad de las políticas socialdemócratas está muy desgastada y corresponde un replanteamiento como se hizo tras 1945 y en los años 60. Deben contribuir a erradicar la política del miedo y eso que ahora se denominan estrategias "postverdad", que socavan la democracia.
¿Las consecuencias de la globalización afectan a esta crisis de la izquierda?
El miedo es la base política de los populismos. La globalización puede producir miedo a los sectores más vulnerables a una internacionalización de las economías. Por eso los populistas les ofrecen levantar barreras proteccionistas. Lo que Fernando Henrique Cardoso ha calificado como "utopías regresivas". Suprimir esas barreras fue un objetivo de la socialdemocracia y el Estado de Bienestar, la forma de proteger a los sectores que hubieran sido dañados por esa globalización creciente. Pero el Estado de Bienestar tiene que ser rediseñado: no puede pasar a ser un instrumento para financiar el consumo de los grupos de ingresos altos; se tiene que definir mejor qué se entiende por "igualdad", cómo eliminar discriminaciones sociales, cómo erradicar la "necesidad", cómo generar oportunidades que eviten trampas sociales.
La victoria de Trump ha encendido las alarmas sobre la extensión del populismo en las democracias occidentales.
Bobbio dijo que no encontraba explicación a por qué se producen ciclos en los que se condena la democracia representativa y se defiende la democracia directa. En 1968, vi la Sorbona llena de pancartas que pedían democracia directa, más atrás en el tiempo, entre la Comuna de París en 1871 y 1968, con las revueltas desde Estados Unidos a Francia. Casualmente, todos esos episodios acabaron en victorias de la derecha.
Aquí en el 15-M también se gritaba "no nos representan" y el resultado es que los votos de la izquierda se han dividido en dos mitades.
La pregunta que me hacen mis amigos de otros países europeos es por qué en España esa reclamación y esas exigencias dan lugar a un partido de izquierdas, mientras que en otros países surgen organizaciones de ultraderecha. La pregunta es por qué ese movimiento de protesta se canaliza vía instituciones.
¿Qué opinión le merecen los partidos surgidos del 15-M?
Los líderes de Podemos han sido alumnos míos. Buenos estudiantes. Incluso diría que tienen cierta semejanza con los socialistas cuando éramos jóvenes. Carmena me recuerda siempre que cuando ella llegó a la Facultad de un colegio de monjas yo estaba en la puerta con una pancarta impidiendo el paso. Soy el mismo, pero las circunstancias políticas cambiaron. Y sobre todo sucedió lo de Allende en Chile. En el año 80 me incorporé a la Ejecutiva del PSOE y acababa de tirar a la basura las obras completas de Rosa Luxemburgo. Ellos imitan mucho, son hábiles e inteligentes, saben debatir. En clase eran muy discutidores. La gente cree que Errejón es distinto, pero sólo es más callado. Pablo Iglesias es el protagonista de un programa de televisión. Aunque viendo a Trump ya se sabe que los programas de televisión tienen una gran eficacia.
¿Le parecen lo mismo uno que otro?
Los fenómenos son parecidos. Declaran representar al pueblo, un conjunto heterogéneo pero supuestamente sometido a una élite o casta. Las políticas que proponen son demagógicas y responden a estrategias de manipulación para hacerse con el poder, sin preocuparse mucho por cómo ejercerlo una vez adquirido.
Por eso el PSOE no se entiende con ellos.
Hombre, si el sueño de Pablo Iglesias es desplazar al PSOE es difícil que se puedan entender. No se puede poner bajo el mismo paraguas a Maduro y a Olof Palme... No me imagino un entendimiento entre ellos.
¿Puede desplazar Podemos al PSOE?
Lo veo inimaginable. Aunque quedemos 12. Quien tiene la iniciativa de la oposición es el PSOE, por eso era tan importante el no sorpasso. El otro día hablando con universitarios les dije: ¿cómo creéis que era el partido en el año 78? 4.000 militantes en toda España. La gente puede decir que detesta el pasado, pero no detesta las políticas del pasado. Lo que me sorprendió del 15-M es que defendieran la Educación y la Sanidad pública y no pidieran la vuelta del PSOE al Gobierno, que es quien extendió esos derechos a todos los españoles. En modo alguno está el futuro escrito. Es verdad que el PSOE tiene que hacer un esfuerzo enorme en la recuperación del voto joven. Aunque en último caso lo importante no es el PSOE, son las políticas socialdemócratas. El partido es un instrumento, si resulta que algún día deja de valer, pues habrá que fundar otro partido. Eso lo dijo una vez Felipe González.
¿Recuerda algún momento tan difícil para su partido?
En el 79 también el PSOE estaba en una situación calamitosa, en el fondo de un pozo. Suárez acababa de ganar las elecciones y había un cabreo tremendo por la derrota en las municipales. Felipe dimite por lo del marxismo y hubo una Gestora con dirigentes indescriptibles. Se presentó la moción de censura, se gobernó a través de Calvo Sotelo y a partir de ahí fue para arriba.
¿Qué opina de lo que sucedió en el Comité Federal que defenestró a Pedro Sánchez? Él enfrenta ahora la legitimidad de su elección por la militancia con las decisiones de los órganos del partido.
Lo que sucedió en el Comité Federal fue horrible, una pesadilla. Pero Pedro Sánchez podía haberse quedado. Nadie le obligaba a dimitir. Él decidió que jugaba a la ruptura. Confrontar a la militancia con el Comité Federal es un argumento muy malo. Esa apelación a las bases del partido por encima de los órganos intermedios de representación es una pésima manera de defender la democracia interna. La democracia no consiste en la unión de un líder con su pueblo. No me gustan los duces. El partido necesita órganos intermedios.
Fue su partido el que decidió hacer primarias.
No me gustan los plebiscitos y no me gustan las primarias. Son un mecanismo de manipulación muy grande. Las aprobó mi amigo Almunia y el resultado, que era inevitable, fue que ganó Borrell. Si tú creas un mecanismo adicional que es un plebiscito, el Congreso del partido se encuentra con un candidato apoyado por las bases, porque parece majo y los militantes le votan. ¿Qué hace el Congreso federal entonces? Lo ratifica porque no tiene más remedio. Hay políticos que se enganchan a la democracia directa y después suceden cosas como el Brexit. Las primarias pueden tener sentido en sistemas presidencialistas, pero no en sistemas parlamentarios. Se ignora lo que sabemos desde hace siglos, que en sociedades grandes y complejas, con intereses muy heterogéneos, la única democracia posible es la democracia representativa y que la democracia directa es una manipulación. La democracia no es sólo el origen del poder, es también poner límites al ejercicio del poder y si eliminas los organismos intermedios, dejas demasiado espacio para el abuso del poder.

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