viernes, 25 de septiembre de 2015

Los refugiados de Palestina, abandonados por la comunidad internacional

 La ayuda humanitaria para los refugiados de Palestina juega el rol del analgésico. A un cáncer como la ocupación no se le puede combatir sólo con analgésicos, pero éstos son necesarios para la supervivencia de la víctima: el pueblo palestino.
  • Hoy en día, esta supervivencia elemental no está garantizada debido a la inacción de la comunidad internacional y a su falta de compromiso con el envío de la ayuda humanitaria.
Articulo de Manu Pineda, Publicado en


La ONU es, en gran medida, por acción u omisión, responsable del sufrimiento del pueblo palestino. David Ben-Gurión proclamó la creación de forma unilateral del “estado de Israel”. Esta declaración se realizó utilizando de forma torticera la resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, que “recomendaba” la creación de dos estados en los territorios históricos palestinos: uno judío y otro árabe. Si bien es cierto que esa resolución no da base legal a la acción del movimiento sionista, también lo es que la ONU no hizo nada para mantener la paz o evitar la masacre que era totalmente previsible que ocurriera al finalizar el mandato británico. Y sobre todo no ha hecho nada para establecer el estado palestino ni para acabar con la ocupación israelí a lo largo de casi siete décadas.
La Asamblea General de la ONU creó la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina, UNRWA, en 1949 por un mandato de tres años para atender a la población refugiada existente tras las masacres que sufrieron los palestinos a manos de organizaciones sionistas en 1948. Esta agencia no fue dotada de una financiación regular sino que desde sus inicios se ha tenido que nutrir de las contribuciones voluntarias de los estados miembros de Naciones Unidas, los cuales han tenido que renovar sucesivamente su mandato debido a su incapacidad de encontrar una solución justa y duradera para los 5,2 millones de refugiados que hoy en día se encuentran en una de las situaciones más críticas del planeta.
UNRWA debería de haber dejado de existir dado que fue creada para un periodo de tres años, tiempo necesario para haber garantizado el derecho al retorno de los refugiados reconocido en la resolución 194 de la ONU. Pero lo cierto es que ese derecho no ha sido permitido y en la actualidad UNRWA ha cumplido 65 años.
La ONU tiene la responsabilidad de cubrir las necesidades básicas de los refugiados hasta que Israel les permita volver a sus tierras. Mientras esto no se cumpla UNRWA es absolutamente necesaria para garantizar sus derechos y cubrir sus necesidades. Sin embargo, en la actualidad la comunidad internacional no solo no se esfuerza en buscar una solución política, sino que tampoco destina los fondos necesarios para mantener los servicios más básicos de esta población, dejando hoy en día a UNRWA desprovista de financiación y poniendo en riesgo el mantenimiento de sus servicios.
La ONU tiene la responsabilidad de cubrir las necesidades básicas de los refugiados hasta que Israel les permita volver a sus tierras. Mientras esto no se cumpla UNRWA es absolutamente necesaria para garantizar sus derechos y cubrir sus necesidades
En la actualidad UNRWA atraviesa la mayor crisis económica de su historia con un déficit de 100 millones de dólares. Si la comunidad internacional no hace nada para paliar el déficit, hay un serio riesgo de que las escuelas de UNRWA, donde se educan 500.000 niños refugiados de Palestina a lo largo de Oriente Medio, no puedan abrir el próximo mes de septiembre. Este hecho no solo implicará graves consecuencias para los niños refugiados de Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria, si no que agravará la seguridad y la estabilidad de una región actualmente ya en crisis.
La importancia que tiene la educación para los palestinos hace que bajo las peores circunstancias continúen dedicando todos sus esfuerzos para mantener los niveles educativos más altos de Oriente Medio. Frente a la diáspora y la desposesión, la educación les permite mantener un sentido de comunidad y unidad. Es, en definitiva, el único legado que pueden dejar a sus hijos.
La crisis financiera afecta a todos los frentes de UNRWA, no sólo a sus programas de salud y educación, sino a los programas de emergencias. La agencia lanzó a principio de año una llamada de emergencia para Siria de 415 millones de dólares y solo ha recibido el 34% de lo solicitado. Esta falta de fondos le ha forzado a reducir a la mitad sus programas de distribución de ayuda en efectivo a los habitantes. En la actualidad, la población refugiada sobrevive en Siria con menos de 1 dólar diario debido a la falta de fondos. En Líbano, la población palestina huida de Siria sólo recibe 100 dólares mensuales de la Agencia para poder afrontar los precios de alquiler de vivienda que se han disparado por la crisis siria. Es posible que a finales de este mes la ayuda para alquiler tenga que cortarse y las familias refugiadas tengan que vivir en la calle.
En Gaza, tras la devastadora ofensiva militar israelí del pasado verano que  dejó más de 2.200 víctimas, entre ellas 551 niños y niñas, así como más de 160.000 casas dañadas o destruidas, la comunidad internacional prometió 5.400 millones de dólares para su reconstrucción. De ellos, 720 millones estaban destinados a UNRWA para reconstruir las casas de los refugiados y para pagar alquileres mientras se reconstruían sus hogares. En la actualidad, ha recibido menos del 25%, por lo que ni una sola casa se ha podido reconstruir y el programa en sí ha quedado paralizado, dejando a muchas familias sin posibilidades de seguir pagando el alquiler de las casas donde se encontraban alojadas.
La reducción de servicios de UNRWA, junto a la inestabilidad en la región, esta forzando a un creciente número de refugiados palestinos a elegir entre quedarse y poner en riesgo su vida y la de sus familias o huir de la región a través de las peligrosas rutas del Mediterráneo. La comunidad internacional tiene la responsabilidad colectiva de hacer frente a la situación de los refugiados palestinos. La solución debe ser política, pero también deben tener en cuenta las necesidades humanitarias y el desarrollo de esta población. No obstante cabe resaltar que la ayuda humanitaria nunca debe de ser tomada como un sustituto de los derechos y dignidades que la legislación internacional otorga a la población refugiada de Palestina.
UNRWA está formada por 32.000 trabajadores, refugiados de Palestina en su casi práctica totalidad. Los trabajadores de UNRWA viven en su mayoría en los campos de refugiados y sufren igualmente la ocupación israelí y la guerra siria y ponen constantemente en riesgo su vida para seguir manteniendo en marcha los servicios de la agencia. No debemos olvidar que 11 de ellos fueron asesinados el pasado verano en Gaza por la ofensiva israelí. En Siria, desde el 2012, 14 trabajadores han perdido la vida mientras trabajaban. Además, 107 trabajadores de UNRWA han estado detenidos o desaparecidos durante periodos determinados. De 24 de ellos se sigue hoy sin saber nada. Al igual que el resto de la población, estos trabajadores han visto como sus casas han sido bombardeadas y han sufrieron la pérdida de familiares y amigos.
La UNRWA podía hacer la cosas mejor de lo que las hace y por supuesto comete errores. Tampoco le ayuda que se le relacione con una institución tan justamente desprestigiada como la ONU, pero UNRWA y sus trabajadores son un factor estabilizador en la región, han contribuido al desarrollo humano de los refugiados a través de la educación, pero sobre todo son el testigo incómodo que sirve para recordar a la comunidad internacional el incumplimiento del derecho de los refugiados de Palestina a regresar a sus hogares y a recibir una indemnización de acuerdo con la resolución 194 de la Asamblea General. Dejar a UNRWA sin financiación para continuar con su mandato, no es sólo dejar a 32.000 refugiados de Palestina sin salarios, sino a una población palestina desprovista de esperanza y de futuro. En definitiva significa dejar una bomba de relojería que estallará en cualquier momento en los 59 campamentos de refugiados de Palestina en Oriente Medio.
Tenemos que exigir a la ONU y a sus estados miembros que asuman su responsabilidad con los refugiados palestinos, que obliguen a Israel a cumplir la resolución 194 para que puedan ejercer su derecho al retorno y que reciban sus indemnizaciones, pero mientras tanto tienen que garantizar los servicios básicos para su supervivencia y, por lo tanto, dotar de fondos a la agencia destinada a este fin. Mientras UNRWA exista, los refugiados de palestina no caerán en el olvido

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