sábado, 26 de diciembre de 2015

Todos los caminos llevan a Alemania

¿Por qué países como Grecia y Macedonia son la ruta principal para los refugiados? Por dos factores: la geografía y la porosidad de las fronteras. Buscan el camino más rápido hacia el 'paraíso' del norte
25.08.2015 http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-08-25/para-los-refugiados-todos-los-caminos-llevan-a-alemania_986381/ 
 

Puede apostar a que, si pudieran elegir, casi ninguno de los inmigrantes que llegan a Grecia elegirían quedarse en el país. Puede que ni siquiera quisieran pasar. O por Macedonia o por Serbia.
Y no por odio cerval a estos países. Las decenas de miles de personas que han llegado este año a las costas helenas -en masa este verano- buscan la ruta más rápida hacia el paraíso del norte: Alemania, Suecia, Noruega… Cruzan los Balcanes porque no hay más remedio. Con tan mala suerte que su camino de salida de la pobreza y la guerra está trazado en una de las parte más agrestes de Europa.
Un refugiado sirio, tras una ardua travesía por Turquía, debe atravesar Grecia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia y Serbia hasta llegar a Hungría, donde la mayor parte del Parlamento está ocupado por diputados más o menos xenófobos (Fidesz, el de Víktor Orbán o directamente los paramilitares fascistas de Jobbik) y en cuya frontera Sur se está levantando un vallado para evitar su entrada. Todo para solo llegar a la UE y ello si tiene suerte de no encontrar demasiados obstáculos en forma de, por ejemplo, grupos de cabezas rapadas.
Solo el mes pasado llegaron a Grecia 50.000 migrantes, muchos de ellos refugiados de guerra, que forman parte del total de 160.000 que han arribado desde enero.
Este verano las imágenes de desesperación y falta de medios han llegado de islas como la de de Kos, desbordadas por la avalancha de refugiados y, ahora, encontramos escenas similares en enclaves como el erial de Gevgelija, la primera localidad tras cruzar la frontera con Macedonia. Según las estimaciones de las organizaciones internacionales, que obviamente aumentan cada día, hasta 42.000 personas habrían tratado de cruzar la frontera griega hacia el norte.
Y si Atenas por un tema de opinión pública y de sensibilidad de un Gobierno de izquierdas intenta al menos maquillar la situación, Skopie, que no está ni en proceso de la adhesión a la UE, no guarda siquiera las formas. Su policía hizo uso de los medios más expeditivos a su alcance, tanto que ACNUR expresó su preocupación por lo ocurrido.

Buenas palabras y mano dura con los inmigrantes

Macedonia, sumergida una crisis política que dura meses y otra económica casi desde su fundación, ha dejado claro que empezará a expulsar a los inmigrantes que no pidan asilo en 72 horas. El ministro de Exteriores del país, Nikola Poposki, dijo a la prensa británica que la situación se ha deteriorado “drásticamente”: “En los últimos días ha habido un incremento de la llegada de inmigrantes y hemos llegado a 3.000 o 3.500 diarios lo que, obviamente, para un país de dos millones de habitantes, no es algo manejable en el día a día”.
Los refugiados que han conseguido superar la frontera norte de Grecia han visto traducido este mensaje de desamparo lanzado por las autoridades de Skopie (a las potencias europeas) en violencia policial. Una violencia que muchos ya vivieron en la isla de Kos, donde varios centenares fueron encerrados en un estadio de fútbol en condiciones infrahumanas. Los antidisturbios macedonios se emplearon ‘a fondo’ en los primeros días contra los inmigrantes, llegando a usar granadas aturdidoras y golpeando a varios de ellos. Médicos Sin Fronteras tuvo que atender a 10 heridos, algunos graves.








Refugiados intentan atravesar el cordón policial en Gevgelija, Macedonia (Reuters).
Refugiados intentan atravesar el cordón policial en Gevgelija, Macedonia (Reuters).
¿Por qué dos países tan poco preparados como Grecia y luego Macedonia son la ruta principal para los refugiados? ¿Y por qué no otros países como Bulgaria? Sergio Maydeu, experto en Relaciones Internacionales y analista de migraciones, explica a El Confidencial que la elección viene marcada por dos factores: la geografía y la porosidad de las fronteras.
“Depende de dónde vengas”, explica Maydeu. “Si coges la lista de nacionalidades que la OIM (Organización Mundial para las Migraciones) o ACNUR o los propios gobiernos griegos e italianos puedes entender la lógica geográfica. Si eres eritreo te es más 'fácil' llegar a Libia. Si eres sirio, a Turquía [y de ahí a Grecia, ndlr]. Aquí entran también las mafias, a las que les resultan más fáciles las rutas cortas que largas. El factor geográfico evidentemente es un plus, y resulta más sencillo y barato llevar una zodiac a la costa turca y que, en pocos minutos, llegue a cualquier isla griega que exponerse a encontrar un barco pesquero libio y aventurarse a que se hunda a los pocos minutos frente de la costa de Libia”.
Según Maydeu, “los propios migrantes acaban sabiendo cuáles son las rutas más seguras y cuáles menos”. “Evidentemente un nigeriano o un burundés o un sur sudanés tiene pocas opciones”, matiza. El caso de la entrada masiva por Macedonia tiene su razón de ser: “la porosidad de las fronteras, que hace más fácil el movimiento de los traficantes, y es la vía más rápida para llegar a Hungría”.



Dos afganas se abrazan momentos después de alcanzar la isla griega de Lesbos, cercana a Turquía (Reuters).
Dos afganas se abrazan momentos después de alcanzar la isla griega de Lesbos, cercana a Turquía (Reuters).

Tras el infierno del viaje, el infierno burocrático

De los llegados a Grecia la mayor parte son sirios, y por lo tanto candidatos al estatus de refugiados. Aunque, como recuerda Maydeu, “nadie” tiene garantizado el asilo: “Otra cosa es que sabiendo el país de origen es altamente probable que acabe siéndolo [como el caso sirio]. Por eso es fundamental la identificación de la persona que hace la solicitud”. Y ni siquiera tras la odisea por mar y tierra esta solicitud es algo fácil: “Cada país tiene su propia reglamentación al respecto. Toda persona no comunitaria, que en suelo de la UE, que se niega o no puede regresar a su país de origen porque teme ser perseguido por motivos de religión, raza, política, nacionalidad o pertenencia a un determinado grupo social”, puede pedir el asilo, explica.
“Una vez esta persona inicia el procedimiento, el Estado que lo acoge está obligado a proporcionar asistencia a esta persona hasta que se resuelva su trámite”. Aquí es donde también empieza el problema de los migrantes en países balcánicos como Grecia o Macedonia: “Proporcionar asistencia implica alimentación, alojamiento, algo de dinero en efectivo, etcétera. En Alemania por ejemplo también hay clases de alemán. Cada país decide qué asistencia proporcionar. ¿Por qué los sirios que llegan a Grecia no quieren quedarse en el país y prefieren irse a Alemania? En la asistencia hay una respuesta: qué puede dar Grecia ahora y qué Alemania. Además, una vez eres refugiado puedes buscar trabajo en el país que te ha acogido. ¿Dónde puede resultar más fácil encontrar trabajo?”, elabora Maydeu.








Una refugiada siria sostiene a su bebé bajo la lluvia en la frontera entre Grecia y Macedonia (Reuters).
Una refugiada siria sostiene a su bebé bajo la lluvia en la frontera entre Grecia y Macedonia (Reuters).

Las cuotas exiguas de la UE no logran nada

El flujo incesante de personas va a desbordar el sistema de acogida, ya de por sí exiguo, si no hay reformas a nivel europeo. Por ejemplo, a pesar de que se haya publicado el dato de que Alemania aceptará 800.000 solicitudes de asilo este año, no significa que todas sean para los llegados por Grecia o Italia. O su mayor parte. Es el número total de kosovares, albaneses, serbios, ucranianos… que también pedirán ese estatus. Es por tanto imposible que todos los que llegan a Alemania sean legales, apostilla Maydeu.
¿Dará el otoño o el invierno una tregua a Grecia? “Viajar siempre viajan”, aclara, “otra cosa es que en verano sea el momento punta porque el buen tiempo ‘favorece’ la navegación. Este año será relevante ver qué pasa en otoño e invierno y si este flujo se reduce (especialmente en Grecia). En Libia será lo más probable, pero la poca distancia entre Turquía y Grecia me lleva a pensar (en lo contrario)”, dice Maydeu.
Cifras sobre cuántos inmigrantes más llegarán a las costas griegas ha habido muchas, reconoce, y todas se han quedado cortas conforme se actualizaba el recuento. La última estimación de la OIM era que se esperaban 300.000 llegadas a Grecia hasta finales de año y ya han llegado a fecha de hoy cerca de 150.000.
Y hay poco que se pueda hacer presionando a Macedonia o a Turquía para que controlen sus fronteras, dice Maydeu, aunque no se ha escuchado “ninguna voz dentro de la UE para que Turquía gestione mejor sus fronteras, o atienda a los 1,8 millones de refugiados sirios que hay en su territorio. Ni tan siquiera para que luche contra las mafias en su territorio”. “Macedonia ya ha pedido ayuda a la UE”, concluye, “pero Grecia la pidió hace semanas y está llegando muy lentamente, imagina a un país que no es de la Unión”.
Skopie ha conseguido que la Comisión le otorgue 90.000 euros en ayuda humanitaria, una cifra que ya se antoja insuficiente para todos los migrantes que siguen llegando a sus fronteras.


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