viernes, 20 de julio de 2018

Nos estamos volviendo más tontos que antes (pero eso no tiene por qué ser una mala noticia)

15 de junio · Mikel Tar Orrantia Diez  Nos estamos volviendo más tontos que antes (pero eso no tiene por qué ser una mala noticia) https://t.co/NK8kqqNbJG vía @magnet_es

  m.magnet.xataka.com  14 Junio 2018

¿Nos estamos volviendo más tontos? Eso parece: cada vez hay más evidencia que señala que hay una tendencia a la baja en muchos países desarrollados. En el último estudio sobre el tema, un grupo de investigadores noruegos han analizado más de 730.000 pruebas de inteligencia. Sus conclusiones son que, a partir de 1975, la cosa empezó a ir cuesta abajo. Y sin frenos.
Pero el tema es complejo. La historia de la inteligencia del siglo XX ha sido la historia de una batalla soterrada entre el efecto Flynn (el crecimiento sostenido en las últimas décadas) y una tendencia genética contra el rendimiento académico y la inteligencia (cuyos efectos empiezan a volverse a ver). Una historia que empieza a ganar la genética, pero la pregunta realmente relevante es si eso es una mala noticia.
¿Inteligencia? Empecemos por lo fundamental: Los psicólogos llamamos 'inteligencia general' a “una capacidad mental muy general que, entre otras cosas, implica la capacidad para razonar, planificar, resolver problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la experiencia”.
Ah, pero ¿es que existe de verdad? Atados como estamos a la evidencia científica disponible, sólo podemos decir que sí. Rotundamente sí, de hecho. No sólo es uno de los constructos psicológicos más estudiados, sino uno de los respaldados por más evidencia científica. Se tratan de un conjunto de habilidades cognitivas que se presentan juntas y que podemos medir con una fiabilidad, una validez y una estabilidad temporal realmente sorprendente. Y que hasta ahora predecían muy bien el éxito social, profesional y económico (incluso una vida más larga).
Cada vez somos más inteligentes: La buena noticia es que durante el último siglo nos hemos ido haciendo más inteligentes. Es lo que se conoce como efecto Flynn: un incremento importante y a largo plazo de la inteligencia (fluída y cristalizada) que ha podido observar durante décadas en las puntuaciones de los tests de muchas partes del mundo. Es decir, durante décadas cada generación era más inteligente que la anterior y eso obligaba a actualizar (y recalibrar) continuamente los test durante el siglo XX. La explicación parecía estar en la mejora de las condiciones de vida, la mejor educación y el desarrollo social.
Pero, al mismo tiempo, cada vez lo somos menos La mala noticia es que también nos estamos haciendo menos inteligentes. Los especialistas han encontrado una tendencia preocupante en varios países del primer mundo como EEUU, Irlanda o Reino Unido. En todo ellos (y probablemente en muchos más) tener un mayor rendimiento académico está directamente relacionado con tener hijos más tarde y, por eso mismo, con tener menos. La genética conductual tiene argumentos bastante sólidos para afirmar que los mismos factores que relacionan inteligencia, fertilidad y supervivencia acaban dando una selección genética contra el rendimiento académico.

¿Qué significa esto? La respuesta rápida es que no lo sabemos. Hasta ahora, parecía que ambas tendencias se contrarrestaban. El problema es que Flynn no afecta por igual a todas los componentes de la inteligencia y que, llegado un punto de desarrollo social y económico, no parece razonable que la inteligencia siga creciendo. O, al menos, no al mismo ritmo que lo hacía antes.
¿Vamos hacia el "reino de los idiotas"? Una caída de la inteligencia es, sin duda, un dato preocupante. Durante décadas hemos visto cómo las personas que puntuaban mejor en los tests de inteligencia progresaban más y mejor a lo largo de su vida. Era un hecho empírico. Sin embargo, no está claro que esto debiera a la inteligencia per se, muchos teóricos están convencidos que el éxito de la inteligencia se debía, sobre todo, a su encaje en un contexto socio-económico muy determinado: el de la modernización.
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