Aunque se disolvió en junio de 1977, en sus tres años de existencia, desarrolló una gran labor en los cuarteles como apoyo a la reforma política en España.
Durante el período de la Transición Democrática Española, fueron numerosos los grupos que pretendieron derrocar de manera definitiva la dictadura establecida por Francisco Franco.
Este tipo de asociaciones, de carácter tanto militar como político, y de formación así legal como clandestina, tomaron la fuerza para surgir debido al precedente que encontraron en el Movimiento das Forças Armadas (Movimiento de las Fuerzas Armadas), con el que "los jóvenes oficiales de Portugal" consiguen "el derrocamiento de la dictadura en el país vecino", por lo que "se aceleran los contactos entre los militares progresistas en España", según explica Fidel Gómez Rosa, doctor en Ciencias Políticas, en su tesis La Unión Militar Democrática en la Transición Política.
Entre estos grupos, en España sobresale la Unión Militar Democrática (UMD), de la cual se celebra en 2024 el 50 aniversario de su fundación. Esta, tras una serie de reuniones clandestinas en las que se acuerdan aspectos como el nombre o la dirección, concreta su fundación "en Barcelona los días 31 de agosto y 1 de septiembre de 1974". Aunque se disolvió en junio de 1977, "en sus tres años de existencia, desarrolló una actividad en los cuarteles de apoyo a la reforma política en España", según afirma el doctor.
La UMD supuso el inicio de la transición dentro del propio Ejército español, incluso de manera previa a la muerte de Franco. Por ello, su origen supuso uno de los hechos con más peso en la Transición, ya que, hasta entonces, ningún sector del Ejército había dado ese paso. Esto comenzó a resquebrajarlo desde el interior, lo que le hizo perder la apariencia de defensa inexpugnable del régimen y por lo que estos considerados esquiroles fueron expulsados.
Según Roberto Muñoz Bolaños, doctor en Historia Contemporánea, en "La última Trinchera": El poder militar y el problema de la Unión Militar Democrática (UMD) durante el proceso de transición y consolidación democrática (1975-1986), su ideario se basaba en cuatro pilares fundamentales: el respeto por los derechos humanos, la convocatoria de unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal, la amnistía para todos los presos políticos y retorno de los exiliados y la lucha contra la corrupción.
Para la fundación de la UMD participaron 11 oficiales, entre los cuales había tres comandantes y ochos capitanes, según recopila Gómez Rosa. Los primeros fueron los Comandantes de Ingenieros, Luis Otero Fernández y Julio Busquets Bragulat; y el Comandante de Artillería, Guillermo Reinlein García-Miranda. Por su parte, los segundos estaban conformados por el Capitán de Artillería, Enrique López-Amor Ayensa; el Capitán de Infantería, José Sagrado Insúa; Capitán de Ingenieros, Santiago Perinat Maceres; los Capitanes de Infantería, Juan Diego García, Gabriel Cardona Escanero y Jesús Martín-Consuegra López de la Nieta; y los Capitanes de Ingenieros, José Julve Coll y Antonio Miralles Cañellas.
"El decimosegundo fundador, el Capitán de Caballería Julián Delgado Aguado, no pudo estar presente en las reuniones al tener que desplazarse a Alcantarilla (Murcia)", explica Gómez Rosa.
De entre los que conformaron la UMD, siete de ellos "fueron condenados en Consejo de Guerra y expulsados de las Fuerzas Armadas"; y "hasta 1986 no se produjo su rehabilitación profesional plena", cuenta el doctor en Ciencias Políticas.
Lo más relevante de la UMD fueron sus valores, donde, además de los ideales recogidos por Muñoz Bolaños, la lucha por la instauración de la democracia prevalecía por encima de cualquier aspecto.
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