Adhik Arrilucea 29/05/2025
En España, cuatro de cada diez empleados se ven afectados por el estrés térmico, según la Fundación 1º de Mayo. Los expertos defienden el teletrabajo para garantizar unas jornadas cómodas durante el verano
Un obrero durante la construcción de una obra, a 10 de mayo de 2023, en Madrid.
El calor mata, literalmente. También está asociado a graves problemas de salud, malestar emocional e incomodidad. Quienes más sufren los efectos adversos de este clima son los trabajadores y las trabajadoras. El informe de la Unesco y Fundación La Caixa publicado este miércoles, ¿Quién asume el coste?, apunta a las personas en extrema pobreza como las más vulnerables ante los escenarios de cambio climático. La Fundación 1º de Mayo (F1M) reclama una mejor prevención de los riesgos laborales relacionados con la actual emergencia medioambiental, ya que las altas temperaturas afectan a cuatro de cada diez personas trabajadoras en España, según revela una encuesta realizada como parte de su proyecto Caloradapt.
El informe de la Fundación La Caixa cita a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y recoge que al menos dos mil millones y medio de trabajadores (literalmente, "2,41 billions") de todo el mundo son expuestos de manera regular a calor excesivo, una condición exacerbada por la crisis climática e insuficientes protecciones en el lugar de empleo. El informe de la OIT publicado en 2024 y titulado Ensuring safety and health at work in a changing climate, añade que esta vulnerabilidad contribuye a que sucedan accidentes laborales y muertes, cuyas cifras anuales estimadas son de casi 23 millones y cerca de 19.000, respectivamente.
"El estrés térmico laboral es preocupante", declara a Público Rodolfo Lacy, ingeniero medioambiental y autor del estudio ¿Quién asume el coste?. "Implica un peligro para la salud y exacerba los malestares de quienes ya tienen problemas, como es el caso de las personas hipertensas, por ejemplo". El experto añade que estos escenarios de riesgo aumentan cuando acaecen olas de calor, las cuales "empiezan a ser una nueva normalidad" con la actual crisis climática.
El estudio de la Fundación La Caixa subraya "la urgente necesidad de políticas laborales adaptables, de mejorar las normas de seguridad en el lugar de trabajo y de invertir a escala mundial en infraestructuras resistentes al cambio climático". La encuesta del F1M sobre el impacto del calor en el entorno laboral cuyos revela que el estrés térmico es "muy molesto" para el 40% de los trabajadores durante los meses de verano.
Los problemas de salud que causa el calor
El coautor del estudio Sergio Salas, investigador del Instituto Sindical de Trabajo, Salud y Ambiente del F1M, señala a Público que la exposición al calor puede tener afecciones agudas que van "desde sarpullidos en la piel, calambres musculares, desmayos y, en los casos más graves, golpes de calor". Cuando esta exposición es prolongada, se pueden desarrollar problemas de carácter "vascular, renal, respiratorio y neurológico", añade.
De hecho, las afecciones de salud provocadas por el estrés térmico están relacionados con las peores de las consecuencias. Un estudio de 2023 del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona con datos de 93 ciudades europeas mostró que 6.700 muertes prematuras que tuvieron lugar en 2015 pueden atribuirse al aumento de las temperaturas urbanas. La cifra representa el 4,3% de la mortalidad total durante los meses de verano y el 1,8% de la mortalidad durante todo el año.
Trabajos a la intemperie, los más vulnerables
Los riesgos aumentan en los puestos que se realizan al aire libre, como pueden ser las obras, la limpieza o la gestión de residuos. Esta clase de trabajadores "también sufren más de los pulmones durante los meses de verano", destaca a este medio Juan Fer Martín, responsable de Ciudades Sostenibles en la Fundación Renovables. Esto se debe a que "las largas horas de sol conllevan que se generen muchísimos más contaminantes atmosféricos".
Por su parte, Salas explica que en el F1M diferencian entre "trabajo manual" y "no manual" porque los primeros "en promedio se realizan más a la intemperie y requieren de una mayor carga física, lo cual también redunda en un mayor nivel de estrés térmico y en una sobrecarga de calor". La encuesta realizada por la organización como parte de su proyecto indica que "un 50% de los trabajadores manuales considera el calor 'muy molesto', frente a un 17% de los trabajadores no manuales", anuncian en un comunicado.
Desde mayo de 2023, con la entrada en vigor del Real Decreto Ley 4/2023, trabajar al aire libre durante una ola de calor puede estar prohibido. Cuando la Aemet emite un aviso amarillo o naranja por altas temperaturas, se debe interrumpir la labor, reducir la jornada, redistribuirla o fomentar la flexibilidad horaria. Sin embargo, Salas pone de relieve que esta clase de empleos no sufren solo por el ejercicio de sus funciones, sino que son también los más precarizados, con lo cual son quienes menos recursos para hacer frente a la climatología adversa. "Se juntan varios factores que se suman" a los riesgos derivados del calor en verano, remarca Salas.
En el caso de las oficinas, también existen particularidades que ponen a los empleados en el foco. Martín lo ilustra del siguiente modo: "Imagina que tienes que recorrer una hora para ir al trabajo y que no funciona el aire acondicionado en el metro, o que tienes que ir andando. Eso al final es un calor que te acaba estresando, que va estresando tu cuerpo y que te acaba provocando un montón de inconveniencias tanto para trabajar como para tu vida diaria".
Medidas para prevenir los daños del calor
"Tenemos que ser incluyentes y justos en las políticas climáticas y no orientarlas solo al negocio", defiende Rodolfo Lacy. Sin embargo, desde la Fundación 1º de Mayo lamentan que, según los resultados de su encuesta, "solo un 27% de las personas trabajadoras percibe que su empleador proporciona medidas adecuadas para protegerse del calor". De hecho, a, la mayoría de los encuestados indicaron niveles bajos (45%) o moderados (29%) de protección efectiva contra el calor. Por otro lado, un tercio de los trabajadores preguntados también afirmaron que "sus empresas no tienen un plan de acción contra el calor y que, en aquellas que cuentan con un plan, éste sería insuficiente o inadecuado para las condiciones ambientales que enfrentan en la actualidad".
La F1M ha publicado como parte de su proyecto una Guía Práctica para Adaptar el Lugar de Trabajo al Estrés Térmico. Entre las propuestas, se incluye la habilitación de aire acondicionado, proporcionar lugares de sombra y zonas de descanso, instalar puntos de hidratación, reducir la humedad o garantizar la disponibilidad de instalaciones sanitarias.
Otra de las opciones que presenta el documento son las soluciones basadas en la naturaleza. En este punto coincide con la Fundación Renovables, que apuestan por esta clase de medidas, las cuales consisten en "reverdecer las ciudades y disminuir así los efectos del calor urbano", explica Martín. "Un árbol bien puesto puede disminuir la temperatura de una fachada hasta 10ºC y la de su alrededor entre 1ºC y 2ºC", recalca.
Los expertos también abogan por el teletrabajo como una de las medidas estrella para hacer frente al calor del período estival. "Es solución buenísima para evitar los efectos más calientes del día y de las olas de calor para aquellas empresas que se lo pueden permitir. El teletrabajo es una solución ideal", enfatiza Martín. Aunque también matiza que las empresas deben asegurarse de que las condiciones de los hogares de sus trabajadores son lo suficientemente dignas para garantizar un desempeño laboral seguro.
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