martes, 6 de noviembre de 2018

Prohibido cuestionar a Felipe VI, de Raquel Ejerique

Spanish Revolution ·    eldiario.es
La portavoz del Gobierno tuvo que hacer una inferencia triple mortal: Si se toca a Felipe VI en Catalunya quiere decir que se va a declarar la independencia, ninguneando de un plumazo el republicanismo que existe más allá del Ebro y evidenciando que tiene el poder de detectar delitos antes de que sucedan.

Al Gobierno no le ha gustado que el parlamento catalán cuestione la monarquía ni siquiera de forma declarativa. En esta carrera por ver quién es más español, ahora que el eje de voto no es izquierda o derecha sino el reduccionista España o independencia, el ejecutivo socialista insiste, contra la opinión del Consejo de Estado, en llevar al Constitucional una resolución (iniciada por cierto por los comuns, no por los independentistas) que no le agrada por el simple hecho de que no le agrada, sin que haya delito. Una cosa es que no le guste, y otra que sea ilegal cuestionar el sistema monárquico que restauró Franco y que la transición prensó y encapsuló en la carta magna del 78.
Celaá informó este viernes de un paso peligroso al abismo, un precipicio en el que cuestionar el sistema, replantear el modelo de Estado, querer formar parte de los países sin rey y expresarlo por resolución parlamentaria se podría considerar delito. Va a ser un difícil malabarismo explicar cómo el gobierno de Sánchez pretende sacar del código penal el delito de injurias al rey por "anacrónico", a la vez que manda al Constitucional una resolución legítima de un parlamento legítimo que pide el fin de la monarquía y critica la actuación de Felipe VI el 3 de octubre, una actuación de la que el propio Mariano Rajoy tenía dudas (...)

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