Emilia G. Morales 20/8/2025
Israel es el tercer exportador del mundo del fruto de la palmera. Una parte se cultiva en las tierras que los colonos llevan años arrebatando ilegalmente a los palestinos. Los supermercados españoles están entre sus compradores.
Foto de archivo de niños palestinos que tratan de recibir comida preparada por una ONG, , en el norte de la Franja de Gaza.
Es mediodía en el supermercado del barrio. De cualquier barrio. Los clientes se amontonan, carrito en brazo, frente a una de sus neveras gigantes. Ahí, entre la albahaca cultivada en invernadero y la fruta cortada, hay una caja de plástico que contiene, exáctamente 15 dátiles. Precio: desorbitado. Origen: Israel. En 2025, es difícil saber a cuántos kilómetros de tierra se refiere el significante "Israel". Mientras en la Franja de Gaza se produce uno de los mayores genocidios del siglo XXI, en Cisjordania los colonos israelíes avanzan en la conquista de tierras palestinas y en la expulsión de sus habitantes autóctonos.
En esas tierras sus nuevos ocupantes levantan verjas, casas, jardines y huertas en las que cultivan, entre otras cosas, palmeras. A veces, esas porciones de tierras arrebatadas a las familias palestinas son registradas por las autoridades israelíes como parte del país. Otras veces permanecen en un limbo legal. La ONU y los estados miembros alineados con sus preceptos consideran que todas ellas –es decir, cualquier tierra anexionada por Israel más allá de los límites que ocupaba antes de la guerra de los Seis Días de 1967– son asentamientos ilegales. Por eso, la Asamblea General de Naciones Unidas ha emitido múltiples resoluciones en las que pide a Tel Aviv que respete el mandato que en su día acordó el Consejo de Seguridad.
Pero Israel lleva años ignorando al organismo multilateral. Mientras tanto, las palmeras continúan arraigando y sus frutos viajan de un extremo al otro del Mediterráneo hasta llegar a la nevera gigante del supermercado, entre la albahaca cultivada en invernadero y la fruta cortada. El movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS) lleva años denunciando la comercialización de este producto en España. La primera campaña fue lanzada en 2013 bajo el eslogan "Dátiles del apartheid", con un escaso éxito.
Según la estadística de exportaciones del World Integrated Trade Solution (WITS) del Banco Mundial, Israel fue el tercer país del mundo que más dátiles exportó en 2023, último año con datos disponibles. Encabezando el ranking están Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. En el puesto número ocho del listado se encuentran las 15 toneladas de dátiles exportados desde los Territorios Palestinos Ocupados en Cisjordania al resto del mundo.
Según ha explicado a Público la activista del BDS Euskal Herria, Gladys Giraldo, la mayoría de las plantaciones se concentran en varias colonias del Valle del Jordán y del área del Mar Muerto, así como dos del Golán. Giraldo cita como fuente un artículo elaborado por Rescop (Red de Solidaridad con Palestina). En dicho texto también se afirma que los "los dátiles son una de las principales fuentes de ingresos de estas colonias y contribuyen decisivamente a su viabilidad".
Es especialmente llamativo el caso de Turquía, a donde las empresas israelíes que explotan los territorios palestinos enviaron cuatro toneladas de dátiles en 2023. Ankara es uno de los muchos valedores que tiene Hamás en Oriente Medio. Una cercanía que ha quedado patente en varias ocasiones, como cuando el presidente turco, Recep Tayyip Erdogán, se reunió en 2024 con Ismail Haniya, antiguo líder político del grupo armado palestino, asesinado poco después en Irán por la inteligencia israelí. De hecho, según reveló el periódico Haaretz, actualmente Turquía estaría presionando a Hamás para que entregue las armas y reanude las negociaciones para un alto al fuego en Gaza.
De las colonias al 'súper' español
En tanto que importador de este producto, España cuenta con una red de empresas que distribuyen esta mercancía. "Una de las principales empresas productoras y exportadoras del ente llamado Israel que exporta dátiles al Estado Español se llama Hadiklaim", asegura Giraldo. Esta comercializa los dátiles bajo las marcas Jordán River o King Salomón, "que es la que vende la cadena de supermercados Lidl". Según las pesquisas de la activista, también pueden encontrarse bajo la marca El Monaguillo, "envasados por una empresa de Valencia".
Giraldo cree que cambiar la etiqueta de la marca o no poner el lugar de origen en ella es una estrategia para evitar el boicot. Algo que "incumple con la normativa del etiquetado". En definitiva, abunda Giraldo, "casi todos los supermercados en el Estado español (Mercadona, Eroski, BM, Carrefour, Alcampo, Lidl o El Corte Inglés) venden dátiles procedentes de Israel".
De las 42,8 toneladas de dátiles que llegaron a España en 2023, el 13% –es decir 2,1 toneladas– provenían de Israel. Esto los convierte en el cuarto Estado que más importa este producto a España. Los Territorios Palestinos Ocupados tienen un puesto mucho más bajo en el listado. Desde las tierras usurpadas a palestinos llegaron a España 43.120 kilos de dátiles.
Es necesario evidenciar aquí que el mapa de lo que Israel considera oficialmente su territorio no para de crecer y que, por tanto, cabe la posibilidad de que algunas de las importaciones desde lo que se considera Israel provengan, en realidad, de los Territorios Palestinos Ocupados. Desde 1998, Israel ha estatalizado 5.375,7 hectáreas de tierras palestinas, según los datos que ofrece la ONG israelí Peace Now.
De acuerdo a los cálculos de Público, el 87,57% de ellas, es decir, unas 4.706,3 hectáreas, se han nacionalizado durante los mandatos de Benjamín Netanyahu, quien ha sido primer ministro durante 20 años no consecutivos. En 2025, la anexión de las tierras palestinas se ha acelerado.
Es decir, que de acuerdo al Consejo de Seguridad de la ONU, dichos territorios y también aquellos que Israel no ha colonizado todavía, pertenecen a la Palestina histórica. Por ello, este periódico no puede afirmar de manera tajante que las exportaciones de dátiles que provienen de lo que en las estadísticas del Banco Mundial se ha registrado como "Territorios Palestinos Ocupados" sean las únicas que realmente se producen.
Pese a que Israel es el cuarto importador de dátiles a España en lo relativo a cantidad, escala al primer puesto en sí se habla de dinero. Sus importaciones movieron un total de 15,6 millones de dólares en 2023, más que los países que trajeron cantidades mayores de este producto, como Túnez o Francia.
El mayor importador de dátiles a España en 2023, según su valor, fue Israel
Según explica a Público Gladys Giraldo, la enorme diferencia de precio se debe a que los dátiles procedentes del Magreb son de la variedad deglet nour, mucho más barata que la medjoul, que es la que llega desde Israel y la Palestina ocupada. Esto genera enormes beneficios a las empresas productoras. Es decir, a quienes se han instalado de manera ilegal en los territorios palestinos expulsando a su población o relegándoles a la marginalidad.
Un normativa que no se cumple
En 1995, Israel y la UE firmaron el acuerdo de asociación que flexibilizaba el comercio entre ambas potencias y otorgaba al país mediterráneo ciertas prebendas para participar en el sistema de contratación pública de los veintisiete. Desde que el texto entrara en vigor en el año 2000, es el marco legal que hace posible la compraventa de dátiles –así como de cualquier otro producto o servicio– con Israel.
Dicho acuerdo contiene, en su artículo 2, la obligación de ambas partes de respetar los derechos humanos. Después de un año y medio de genocidio en la Franja de Gaza, algunos países de la UE han comenzado a plantear la necesidad de revisar el cumplimiento de dicho artículo. El pasado mes de mayo, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, aceptó la petición de España, Irlanda, Eslovenia y Luxemburgo de revisar el acuerdo en base a este artículo.
Kallas elaboró un informe en cuyas conclusiones confirmaba que existían "indicadores de que Israel ha violado sus obligaciones en materia de respeto de los derechos humanos". Sin embargo, la reunión entre los ministros de Exteriores europeos, en la que se debía evaluar y confirmar la suspensión del Acuerdo, o aprobar sanciones contra Israel, terminó sin ningún consenso. El acuerdo, pese a los indicios de graves violaciones de derechos humanos en la Franja, sigue vigente y funcionando.
La UE ha demostrado anteriormente que puede ajustar su normativa al cumplimiento del derecho internacional. Lo hizo, por ejemplo, cuando prohibió que los centros académicos israelíes asentados en los territorios ocupados, accedieran a los fondos Horizon Europe. Con ellos se financian proyectos de investigación científica entre universidades europeas e Israel, además de otros países ajenos a la UE. Aún así, Israel lleva años siendo el país externo a los veintisiete que más ayudas –y más cantidad de dinero– recibe de este programa e incluso ha recibido más ayudas que otros países de la propia UE.
Estrategias de boicot
Dado que ni la UE ni el Gobierno español han detenido el flujo de productos que llegan desde los Territorios Palestinos Ocupados, así como tampoco han sido capaces de detener el colonialismo o el genocidio en Gaza, la sociedad civil ha optado por movilizarse de manera autónoma.
El BDS lleva desde el 2005 promoviendo campañas de concienciación y boicot contra empresas, universidades y entidades culturales que colaboran con la normalización de las prácticas de ocupación, apartheid y exterminio impuestas por Israel a los palestinos. Las campañas cuentan con una estrategia que apunta a quienes tienen una mayor complicidad con estas prácticas y quienes tienen negocios en varios nichos de mercado, entre otras cuestiones. En este sentido, las empresas que cultivan los dátiles no cumplen con todos los requisitos para considerarse un objetivo prioritario.
Aún así, recuerda Gladys Giraldo, las campañas también "responden a la proximidad de ciertos productos o empresas, como es nuestro caso en Euskal Herria con la CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), empresa vasca con sede en Beasain". En este sentido, el hecho de que en España sea tradición comer dátiles en Navidad ha hecho de estas fechas el momento idóneo para el lanzamiento de la campaña. Sin embargo, por el momento, el BDS no ha logrado que cale como sí lo han hecho las campañas contra CAF o HP, relativamente conocidas por la población.
Giraldo cree que "los resultados de esta campaña quizás serían mejores si, en vez de lanzarla en la época navideña para que los consumidores eviten los dátiles de esta procedencia, se enfocara a las cadenas de supermercados para que los pedidos que acuerdan en verano para la navidad del 2025 los hagan con proveedores de otros países".
Esta fue la línea que siguieron en 2023 "para parar las importaciones de patata de Israel, léase territorios ocupados, por la cooperativa de productores y envasadores UDAPA" y que terminó siendo "un éxito". En números, este éxito provocó el descenso de las importaciones de patatas en un 23% y en un 21% en lo relativo a su valor económico, explica la activista.
De momento, los datos que maneja el BDS hablan de un crecimiento en la importación de dátiles a España entre 2023 y 2024. Sin embargo, Giraldo considera que es pronto para sacar esta conclusión, ya que cree que el producto adquirido anteriormente puede estar almacenado a la espera de salir a la venta en la próxima campaña de navidad. Es entonces cuándo, según la activista, se podrá medir el impacto de la campaña.
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