sábado, 8 de julio de 2017

Carta de Alfon para los amigos y camaradas de Alcobendas [Desde la prisión de Navalcarnero]

Por Los 5 de La Trinchera

Cuando le detuvieron para entrar en prisión, Alfon gritó: “Vamos, sin miedo”. Y ese grito se escucha en todas y cada una de nuestras mentes, cada vez que intentan reprimirnos para imponernos el miedo que hace que el pueblo esté sumiso, ese grito se escucha y nos da la determinación para seguir luchando.


El compañero Alfon ha escrito esta carta desde la prisión de Navalcarnero.
Él, preso por un montaje policial orquestado por la brigada de información, como el que sufrimos los jóvenes de La Trinchera, nos transmite la fuerza y la determinación que hacen que estemos orgullosos de luchar por nuestra gente, por nuestros barrios, por nuestra clase.
También nos transmite una fuerza impulsada por algo que ellos jamás sentirán. La fuerza que te transmite saber que la solidaridad de los tuyos te va a acompañar hasta el final.
Cuando le detuvieron para entrar en prisión, Alfon gritó: “Vamos, sin miedo”. Y ese grito se escucha en todas y cada una de nuestras mentes, cada vez que intentan reprimirnos para imponernos el miedo que hace que el pueblo esté sumiso, ese grito se escucha y nos da la determinación para seguir luchando. Algo que demuestra, que por mucho que nos metan a uno, a cinco, o a cien presos, siempre habrá otros tantos, que seguirán con la lucha que dejaron los que perdieron su “libertad”.
La lucha es el único camino.
Stop montajes policiales.
¡Alfon libertad!
Los 5 de La Trinchera


Prisión de Navalcarnero, Junio 2017.

Carta para los amigos y camaradas de Alcobendas.

Hoy seré yo quien se siente a dedicaros unas letras, letras que espero consigan devolveros todo el apoyo, la confianza en nuestro hacer, su determinación, la voluntad y el cariño que vosotros y vosotras me habéis hecho sentir cuando lo he necesitado.
Se lo que se siente, ese nudo en el estómago cuando te paras a pensar en que tu destino queda a merced del enemigo, esa rabia que te oprime el pecho, que se ahoga en la garganta y hace que se te salten las lágrimas. Pero os diré una cosa, aun hoy, cuando permanezco sometido a la voluntad y la arbitrariedad de todo un aparato que se opone frontalmente a nuestros intereses, echo la vista atrás y todos esos momentos de miedos, angustias y odios quedan reducidos a la anécdota, eclipsados hasta la ridiculización por todos los actos, recuerdos y lugares que dan forma al conjunto de nuestra vida, una forma que se cimienta con la honestidad, la solidaridad, el compromiso y el amor que entrañan nuestras aspiraciones revolucionarias.
Por lo tanto, en esos días o momentos en los que os asalten los demonios del que está siendo perseguido, tened en cuenta que mucho más puro y más fuerte que el suyo, es nuestro empeño, que nuestra es la verdad y la razón y que contra éstas no hay porras, celdas ni burócratas que puedan.
Que tiren lo que quieran, que tiren contra nosotros todo lo que se les ocurra, pues da igual cuanto sea, que una y otra vez se toparán con el muro de nuestra conciencia, la conciencia que construyó nuestra realidad a base de golpes y crudeza.
Hoy os lo digo yo a vosotros y vosotras que, pase lo que pase, sea como sea, no vais a estar solos/as. Después de años de militancia he podido comprobar que en la adversidad es cuando mejor se forja la unidad, y que en el orgullo que sentimos por camaradas, como a los que en estas líneas me dirijo, encontramos la fuerza para permanecer firmes.
La lucha solo tiene un comienzo.
¡Un saludo de combate!,
Alfon.

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