8 feb 2025 Público
Más de 2.000 personas toman las calles para pedir la absolución de 'Las seis de La Suiza' La CNT ha convocado una marcha este sábado en Madrid contra "la criminalización del sindicalismo y de quienes luchan por un trabajo digno". El sindicalismo tampoco está exento del acoso judicial.
El sindicalismo tampoco está exento del acoso judicial. El Tribunal Supremo ha rechazado este verano el recurso de la CNT, condenando a prisión a Las seis de La Suiza, las trabajadoras de una pastelería asturiana perseguidas por defender a una compañera que denunció acoso laboral y sexual. En este contexto, 2.000 personas se han movilizado este sábado en Madrid y han "levantado la voz" en defensa de las activistas, según cifras del sindicato.
La CNT y la Plataforma Madrid por Las 6 de La Suiza han convocado una marcha para pedir la absolución de las activistas y denunciar "la criminalización del sindicalismo y de quienes luchan por un trabajo digno". Este polémico caso pone de manifiesto, según los organizadores, una realidad alarmante: "La lucha por la dignidad de los trabajadores se ha convertido en un campo de batalla en el que los intereses del capital parecen siempre salir victoriosos".
La indignación no se limita sólo a la condena de Las seis de La Suiza. "La propia clase trabajadora, unida en una marea de solidaridad, ha señalado este sábado lo que está en juego", insiste el sindicato en una nota de prensa. La CNT y otros sindicatos han participado en la protesta, "conscientes de las repercusiones que esta sentencia" puede tener "para cualquier trabajador que desafíe el statu quo".
La condena a Las seis de La Suiza no es un caso aislado, sino "un símbolo de un sistema que quiere callar a los que se rebelan" y de "un poder que ve en la organización de los trabajadores una amenaza para su perpetuación", reivindican las mismas fuentes.
La sentencia ha provocado desde el primer momento el rechazo del conjunto de los sindicatos de clase españoles, que advierten de la "línea regresiva" que supone la actuación judicial para la defensa de las personas trabajadoras. Este caso comenzó como una negociación sindical, cuando una de las condenadas, trabajadora de la pastelería, denunció a su jefe por un caso de acoso laboral y sexual, que finalmente fue archivado. El sindicato desplegó acciones frente al local, que acabó cerrando, según dice el Supremo, por estas movilizaciones.
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