Antònia Crespí Ferrer Washington DC-
La irrupción de los 'new media' nacidos al albor del trumpismo amenaza con deteriorar la función fiscalizadora de las ruedas de prensa de la Casa Blanca.
Imagen de archivo de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, durante una rueda de prensa..
El acoso y derribo al que Donald Trump está sometiendo a los medios estadounidenses en gran parte descansa sobre la seguridad de que ya existe otro ecosistema mediático con el que llegar a sus bases. En su retorno a la Casa Blanca, el magnate no solo se ha cuidado de rodearse de leales que no le pongan palos a las ruedas –corrigiendo errores de su primera administración–, sino que también se ha encargado de hacer un hueco en la sala de prensa para todos esos podcasters y new media ultraconservadores que han crecido al albor del trumpismo.
La irrupción de estos medios alineados con la agenda de Trump está minando el papel fiscalizador que tienen las ruedas de prensa diarias de la Casa Blanca. Muchas de las preguntas que responde la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, son formuladas por los periodistas de estos new media, que con sus enunciados muchas veces retroalimentan la narrativa de la propia administración. Además de dejar escenas surrealistas, como el día en que una periodista preguntó a Leavitt cuál era el secreto del presidente para conservarse tan bien a sus 79 años. Como consecuencia de ello, cada vez hay menos espacio para las preguntas del resto de periodistas de los medios tradicionales y las ruedas de prensa se están diluyendo en medio de la propaganda.
Las dinámicas mismas de los pasillos de la Casa Blanca también están cambiando debido a la irrupción de los new media. El pasado mes de febrero, durante su fatídica reunión con Trump, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski no solo tuvo que lidiar con el griterío del presidente y su segundo, JD Vance. Al inicio del encuentro en el Despacho Oval, antes de que se revelara la encerrona, una de las primeras voces que buscaron provocar a Zelenski salía del pool de periodistas. "¿Por qué no se ha puesto un traje", decía un reportero al que el ucraniano no podía ver bien, pero sí oía. El autor era Brian Glenn, periodista para el canal de televisión en streaming Real America’s Voice (RAV) y pareja de la congresista trumpista, Marjorie Taylor Greene.
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Glenn se ha convertido en la estrella de este canal que fue creado en 2018 bajo el nombre America’s Voice News, pero que en 2020 fue rebautizado como Real America’s Voice porque el presidente se confundía con Voice of America (VOA), la gran emisora internacional de Estados Unidos que emite radio y tele en 47 idiomas por todo el mundo. En su campaña de recortes federales, Trump provocó una sangría en la cadena que terminó despidiendo a gran parte de su plantilla a principios de este verano. Nada que ver con el prometedor futuro de RAV que, en medio del boom conservador, cada vez se ha hecho más notoria en el universo MAGA.
RAV ganó popularidad entre las bases MAGA cuando a finales del primer mandato de Trump la Fox dejó de cubrir algunos de los temas que más motivaban a los seguidores del republicano. De hecho, la cadena fundada por Robert J. Sigg fue una de las pocas en cubrir la campaña de Steve Bannon en El Paso para recaudar fondos con miras a construir el famoso muro con México. Por el plató de RAV desfilan cada día destacadas figuras de la extrema derecha y el movimiento ultraconservador. Incluso el asesinado Charlie Kirk era un asiduo a sus tertulias. De hecho, RAV fue el primer medio en anunciar la muerte de Kirk tras ser hospitalizado crítico por un disparo mortal. Minutos después de que lo sacara la cadena, Trump lo confirmaba vía Truth Social.
El pódcast Bannons War Room de Steve Bannon, que ahora es un referente dentro de la extrema derecha y que también cuenta con su propia reportera en la Casa Blanca, Natalie Winters, empezó emitiendo a través de RAV. Bannon fundó su programa de entrevistas en 2019, poco después de su ruptura con Trump, y aun así ha logrado mantenerse como una voz influyente dentro del movimiento MAGA. En YouTube su perfil cuenta con más de 19.000 subscriptores y su cuenta en Instagram tiene 221.000 seguidores. "Hogar de los ultra MAGA", pone en la descripción de la biografía del perfil.
Otros de los medios trumpistas más destacados y que tienen acreditación para entrar en la Casa Blanca es The Daily Wire. Mary Margaret Olohan es la corresponsal política de este medio creado y dirigido por Ben Shapiro, otra de las voces más influyentes dentro del conservadurismo de Estados Unidos. Su podcast, The Ben Shapiro Show, sigue acumulando suscripciones en YouTube a las más de tres millones que ya tiene.
En su cobertura en la Casa Blanca, The Daily Wire centra su cobertura periodística en todos aquellos temas que preocupan al movimiento conservador dentro de la guerra cultural y por los cuales Shapiro se ha hecho famoso gracias a sus afirmaciones provocadoras. En un artículo publicado en 2022 vinculado con la aprobación en Florida de la ley Don’t Say Gay –que prohibía en las aulas hablar sobre las distintas orientaciones sexuales– Shapiro acuñó el término "agresor de la guerra cultural" (cultural war agresor) para retratar la comunidad LGBTIQ+ como un bloque con poder para imponer sus valores a la sociedad, distorsionando por completo la marginalidad que ha sufrido por décadas el colectivo y que aún sigue sufriendo.
Otros medios que han crecido durante los años de interregno de Trump y que ahora tienen pase de prensa a la Casa Blanca son Lindell TV, One America News, e incluso Turning Point USA (TPUSA), la plataforma fundada por Charlie Kirk, quien, como se ha podido constatar tras su asesinato, era un icono entre los jóvenes trumpistas.
En la lista, cabe destacar también a la web Breitbart, debido a que posiblemente sea uno de los primeros new media que apareció con Trump. Breitbart ya había estado cubriendo la Casa Blanca durante el primer mandato del presidente. Aunque sufrió un período de ostracismo cuando se produjo la ruptura entre Trump y Bannon, ahora ha regresado con fuerza.
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