Mateo Santamarta Paniagua ha compartido un enlace en el grupo Todos Contra la Violencia. 9 de octubre · cadenaser.com
El reseteo alcanza a cuestiones que creíamos tan elementales como quién manda en la democracia de un Estado de derecho…
España necesita una reseteo, en esto podemos estar de acuerdo la
mayoría. La sorpresa de estos días es que el reseteo alcanza a
cuestiones que creíamos tan elementales como quién manda en la
democracia de un Estado de derecho. El prior del Valle de los Caidos, por ejemplo, no lo tiene claro y pretende obstaculizar todavía la decisión del gobierno y el Congreso avalada por la Justicia: sacar a Franco del Valle de los Caídos. El prior se lo ha dicho por carta al gobierno y un monje de su comunidad se lo ha argumentado a José Antonio Marcos en Hora 14
con explicaciones que provocarían simplemente una carcajada si no fuera
porque los restos de Franco todavía están en el monumento donde
comparte sepultura con sus víctimas. Se llama Joaquín Montull y dice que España es una república bananera y que le da igual lo que diga el Vaticano.
La divina providencia. Hemos conocido a tantos curas buenos, tantos católicos entregados a causas sociales, que nos habíamos casi olvidado, de esta otra iglesia y parte de su jerarquía que no vio ninguna violación de derechos humanos en 40 años de dictadura, ni en las cunetas llenas de asesinados ni en la sepultura del verdugo con sus víctimas. Pero estaban, y siguen estando.
Como la familia Franco, que lejos de la discreción que se espera de quien hereda, sin mayores problemas, la fortuna de un dictador cuyo capital inicial era el sueldo de un militar de carrera, lejos de la discreción, aún pretenden torcerle el brazo a la democracia que su abuelo nos hurtó.
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OTRA COSA: Mar Menor. La máquina del regadío
La divina providencia. Hemos conocido a tantos curas buenos, tantos católicos entregados a causas sociales, que nos habíamos casi olvidado, de esta otra iglesia y parte de su jerarquía que no vio ninguna violación de derechos humanos en 40 años de dictadura, ni en las cunetas llenas de asesinados ni en la sepultura del verdugo con sus víctimas. Pero estaban, y siguen estando.
Como la familia Franco, que lejos de la discreción que se espera de quien hereda, sin mayores problemas, la fortuna de un dictador cuyo capital inicial era el sueldo de un militar de carrera, lejos de la discreción, aún pretenden torcerle el brazo a la democracia que su abuelo nos hurtó.
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OTRA COSA: Mar Menor. La máquina del regadío
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