martes, 9 de julio de 2024

CTXT. ¿Quiere Feijóo ser el líder del PP?, de Gerardo Tecé

 Gerardo Tecé 25/06/2024

Si el presente es sacar dos escaños más que “el peor presidente de la historia”, el futuro es un callejón del que solo se sale desprendiéndose de lo que en Argentina llamaron Triple A: Ayuso, Abascal y Alvise

Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, en la sesión plenaria del 19 de junio. / Congreso de los Diputados


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Un año después de fracasar en las elecciones que iban a encumbrarlo como presidente del Gobierno, Núñez Feijóo parece haber llegado a la fase final del duelo. La psiquiatra Kübler-Ross, autora de la teoría de las cinco fases, estaría orgullosa de un líder gallego que ha cumplido, con rigurosidad de ratón de rueda, su hoja de ruta. Negación –voy a gobernar porque he ganado las elecciones–, ira –esto es un fraude–, negociación –déjenme gobernar al menos dos años-, depresión –no soy presidente porque no quiero– y, por fin, la aceptación. Aceptar es aprender a vivir con el daño sufrido y abrir la puerta a volver a sonreír a pesar de todo. Feijóo parece estar haciéndolo en estos momentos, lo que supone un interesante movimiento de tierras en la finca del Partido Popular.

Si Feijóo tiene buenos amigos –o incluso buenos asesores–, estos le habrán recomendado al líder de la oposición comenzar una nueva hoja de ruta que, en este caso, no solo lo lleve hasta la aceptación de la realidad, sino también hasta La Moncloa. El paso primero sería tomar posesión del Partido Popular. Tras dos años supuestamente al frente ya iría siendo hora. La tarea no es fácil, porque mandar supone arrebatarle el poder a quien lo ostenta y no querrá dejarlo escapar. Esta pasada semana ha sido un buen ejemplo de ello. Cuando Feijóo se intentaba presentar por enésima vez como el líder moderado que España necesita, la lideresa del PP le montaba una fiesta sorpresa y sacaba a Milei de la tarta. Cuando Feijóo abría la puerta –por enésima vez también– a renovar el CGPJ, la lideresa del PP le advertía de que, si el secuestro judicial cesa, se pondría en peligro la democracia. Aun así, en la calle Génova aseguran estar dispuestos a dar el paso. Que en la calle Génova aseguren estar dispuestos a algo no significa nada, pero lo que ocurra al final de esta semana sí tendrá importantes lecturas políticas. Si Feijóo vuelve a paralizar la renovación de la Justicia con una nueva excusa –no sé, exigir el alto el fuego de Óscar Puente en Twitter–, no será a él a quien aplauda la grada de animación del partido, sino a la lideresa que, de nuevo, renovará el cargo. Si en esta ocasión Feijóo dice la verdad y la disposición a acabar con el secuestro judicial es sincera, el gallego tomará posesión del partido inaugurando una nueva etapa en la que su principal enemigo político no será ya precisamente Pedro Sánchez.

Que la derecha cumpla la Constitución y deje de controlar el gobierno de los jueces es una declaración de guerra a quien hace una semana respiraba aliviada porque la Justicia se había vuelto a negar a investigar el abandono de las residencias madrileñas. Es también una declaración de intenciones contra quien vive en un piso reformado de forma ilegal a nombre de un testaferro junto a una pareja que está a punto de desfilar por los juzgados. Según Ayuso se pondría en peligro la democracia, pero lo cierto es que se pondrían en peligro algunas cosas más que le tocan muy de cerca. Renovar el CGPJ, además del inicio de una guerra interna, supondría también para el PP inaugurar  una nueva estrategia que se muestre más eficaz que vender moderación de la mano de Abascal alzando gloriosamente el brazo. Si en 2023 no funcionó, ¿por qué tendría que funcionar cuando, en unas próximas elecciones, además de Abascal, a la moderación de Feijóo se sume Alvise puesto de Red Bull? En el PP saben bien que la linde se ha acabado. Que si el presente es sacar en las elecciones europeas dos escaños más que “el peor presidente de la historia España”, el futuro es un callejón sin salida del que solo pueden escapar desprendiéndose de lo que en Argentina llamaron la Triple A: Ayuso, Abascal y Alvise. La tesis de un PP con capacidad de robarle a Sánchez no sólo el favor de Junts y PNV, sino también el relato de “yo o el fascismo”, está sobre la mesa.

En las últimas horas, los dos periodistas de cabecera del Grupo Atresmedia, Carlos Alsina y Vicente Vallés, han criticado en sus medios los últimos movimientos de Ayuso, a la que acusan de torpedear cada paso que da Feijóo. Hay movimientos de placas tectónicas que no suceden porque sí y esta semana podría comenzar oficialmente uno que acabe en futuro terremoto. Si finalmente hubiera acuerdo para la renovación del CGPJ, vayan mirando una buena mesa bajo la que protegerse.

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