14/7/2024 SERGIO SANGIAO
La Eurocámara contará esta legislatura con ocho familias parlamentarias distintas: tres de ellas de extrema derecha. Si se unieran en un solo grupo, se quedarían a un solo escaño de la primera fuerza, los populares.
Tras las elecciones europeas del pasado mes de junio ya se empieza a vislumbrar cómo va a ser el nuevo Parlamento Europeo. El pasado miércoles se anunció la creación del grupo de la Europa de las Naciones Soberanas (ESN). Así pues, la Eurocámara contará finalmente con ocho grupos parlamentarios, tres de ellos de extrema derecha: el de ESN, liderado por Alternativa por Alemania; el de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR); y Patriotas por Europa.
Esos tres grupos suman 187 eurodiputados. Si hubieran sido capaces de unirse en uno solo, serían segunda fuerza a un solo escaño de la primera, que son los populares (EPP). De todos modos, también hay eurodiputados de extrema derecha fuera de esos tres grupos ultras. 11 que, al menos por ahora, no están afiliados a ninguno y otros siete que engrosan las filas de los populares europeos. Si se suman todos, la ultraderecha representa 205 escaños: el 28,47% de los asientos de la Eurocámara.
De todos modos, la ineficacia de los partidos de la extrema derecha para unirse, principalmente por sus divisiones ideológicas en temas como el apoyo a Ucrania o Rusia en la guerra, ha hecho que el grupo ultra más numeroso se quede en el tercer puesto de la Eurocámara. Ese grupo es Patriotas por Europa. Lo lideran las formaciones de Marine Le Pen y Viktor Orbán, está formado por 13 partidos y contará con 84 escaños. Bastante lejos de los 187 eurodiputados de los populares, pero también de los 136 de los socialdemócratas (S&D).
El cuarto grupo más numeroso es ECR, el único grupo de extrema derecha que se mantiene de la anterior legislatura. Patriotas podría considerarse una continuación de Identidad y Democracia (ID), la otra familia ultra que había en la anterior Eurocámara, pero se ha constituido como uno nuevo, con otro nombre y sumando a varios partidos nuevos, como el Fidesz de Orbán o Vox. Los de Abascal han abandonado ECR para unirse al grupo de Le Pen. ECR es la familia europea que lidera la presidenta italiana, Giorgia Meloni. Esta legislatura contará con 20 partidos distintos que suman un total de 78 escaños en Bruselas.
La baza de Meloni es presentarse como una corriente ideológica más moderada y menos euroescéptica que los otros grupos parlamentarios de extrema derecha. De hecho, ECR y la propia Meloni han apoyado a Ucrania y se han mostrado abiertamente a favor de la OTAN. Mientras, el grupo de Patriotas por Europa cuenta con varios partidos prorrusos y está liderado por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que se reunió hace solo unos días con el presidente ruso, Vládimir Putin. Esta diferencia entre unos ultras y los otros ha servido a los de Meloni para acercarse a los populares europeos. De hecho, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en campaña descartaba pactos con Le Pen, pero no con ECR.
Tras el ECR de Meloni se encuentran el grupo de los liberales (Renew), con 77 eurodiputados; los verdes (Greens/EFA), con 53; la izquierda (GUE/NGL), con 46; y ESN, con 25. ESN es el grupo de extrema derecha que ha creado Alternativa por Alemania tras haber sido expulsados al final de la anterior legislatura de ID, el grupo que lideraba por aquel entonces Le Pen.
Un tercer grupo de extrema derecha
Desde hace algunas legislaturas ya había en Bruselas dos grupos parlamentarios de extrema derecha, pero en esta habrá, por primera vez, tres. El tercer grupo nace como consecuencia de la expulsión de Alternativa por Alemania de ID en plena campaña electoral, cuando su candidato blanqueó a las SS nazis. Ante esta situación, y después de unos buenos resultados, la ultraderecha alemana no se ha resignado a engrosar las filas de los eurodiputados sin afiliación parlamentaria.
Así, este mismo miércoles Alternativa por Alemania anunciaba que había conseguido formar un nuevo grupo: la Europa de las Naciones Soberanas. Una nueva familia política europea que se sitúa a la derecha de la extrema derecha —valga la redundancia—. Además de 14 eurodiputados alemanes, habrá representantes búlgaros, checos, eslovacos, polacos, franceses, húngaros y lituanos.
En el grupo se han integrado, por ejemplo, los tres eurodiputados del partido búlgaro Renacimiento o tres de los seis que consiguieron los polacos de la Confederación Libertad e Independencia —de los otros tres: dos rechazaron unirse y al sexto no se le ofreció, según explica Notes from Poland—. Otro partido que parece dividido es la extrema derecha eslovaca de Movimiento de la República. Su cabeza de lista, Milan Uhrík, se ha unido al nuevo grupo, pero no así el otro eurodiputado de la formación, Milan Mazurek.
En el nuevo Parlamento Europeo han obtenido representación un total de 184 partidos o coaliciones. 44 de estos son de extrema derecha o forman parte de uno de los grupos de esta ideología. Dentro de estos, Movimiento de la República es posiblemente uno de los más ultras. Para muestra el historial del propio Mazurek, que ha llegado a negar el holocausto nazi y formó parte de una turba que insultó y lanzó piedras a una familia musulmana que paseaba por el centro de Bratislava en 2015.
Uhrík ha asegurado en rueda de prensa que Mazurek se unirá al grupo más adelante porque los eurodiputados de la nueva familia necesitan primero "conocerse mejor los unos a los otros", según explica el medio eslovaco Denník N. Por ahora, eso sí, Mazurek engrosa la lista de eurodiputados no adscritos. Son 33 parlamentarios que a día de hoy no forman parte de ninguno de los grupos, aunque en los próximos días, semanas o meses podrían acabar uniéndose a alguno de los ya existentes. Entre ellos hay cuatro eurodiputados españoles: los tres del nuevo partido de Alvise Pérez, Se acabó la fiesta (SALF), y el parlamentario de Junts, Toni Comín.
Los eurodiputados de Alvise
El pasado miércoles, un rato antes del anuncio oficial, Toroczkai László, líder del partido húngaro Movimiento Nuestra Patria —de extrema derecha aunque opositor al actual Gobierno del Fidesz de Orbán, de la misma ideología—, avanzaba la creación del nuevo grupo en su perfil en X —antiguo Twitter—. En su tuit el político aseguraba que la familia contaría con 28 eurodiputados de nueve países distintos y adjuntaba un mapa en el que se podía ver el logo de SALF en el caso de España.
Finalmente, el grupo fue anunciado con solo 25 eurodiputados de ocho países. Se caían así los tres eurodiputados del partido del ultra y desinformador Alvise Pérez. Con anterioridad, la prensa europea ya había hablado de la posible creación de este grupo y SALF entraba en las quinielas para formar parte del mismo. Alvise Pérez no se ha pronunciado públicamente sobre por qué no han acabado formando parte del grupo. El líder del eslovaco Movimiento de la República ha asegurado que su número dos se unirá en un futuro junto a otros eurodiputados, pero no ha especificado quiénes podrían ser.
Por tanto, lo único seguro es que a día de hoy Alvise y los otros dos eurodiputados de la nueva formación ultra española forman parte de la Eurocámara como parlamentarios no adscritos. Es el mismo caso que el del eurodiputado de Junts, Toni Comín. Comín ya formó parte en la anterior legislatura del grupo de no adscritos junto a los otros dos eurodiputados que tenía su formación, Carles Puigdemont y Clara Ponsatí.
No adscritos y vetos cruzados
Entre los 33 eurodiputados no adscritos que hay actualmente se encuentran 21 que pertenecen a partidos políticos que en la anterior legislatura no tenían representación y otros 11 de formaciones que estaban en la Eurocámara, pero ya actuaban como independientes. La delegación de mayor tamaño entre todos ellos es la de la Alianza Sahra Wagenknecht por la Razón y la Justicia (BSW), que ha conseguido seis escaños en las elecciones. El partido es una escisión de Die Linke y está liderado por Sahra Wagenknecht, quien da nombre a la propia formación.
Sahra Wagenknecht no mostró int (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario