sábado, 20 de abril de 2019

Cómo los 'superpatriotas' de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado

Pelayo Martín ·   marzo 20, 2019
Tenía yo una densa mata de pelo negro en la cabeza cuando se demostró que en España, la derecha en general es antes vasca, catalana o española que de derechas… lo que ahora (ya calvo y medio) se está demostrando es mucho más trágico... que a la izquierda vasca y catalana le ocurre lo mismo, antes vascos o catalanes que de izquierda.
Lo que me tiene preocupado es que esas izquierdas crean que el resto del país somos españoles antes que ninguna otra cosa. Lo que me mata es que este identitario agujero negro que lo absorbe todo termine por ser el centro de nuestras vidas, y ya no podamos ni respirar sin él.


Una visión bastante extendida entre los partidos de izquierdas independentistas o próximos al independentismo catalán es percibir al movimiento independentista actual como una continuación del movimiento de los indignados o 15M, justificando así su apoyo al primero, presentándolo como continuación del segundo. La realidad, sin embargo, no avala tal supuesto. Las derechas catalanas gobernantes, que hoy hegemonizan el movimiento independentista, al sentirse amenazadas por el 15M (cuando este apareció en Catalunya) estimularon y promovieron las movilizaciones independentistas como manera de parar y sustituir al 15M. Veamos la evidencia que así lo muestra.
El origen del 15M: un movimiento contestatario que exigía la democratización de la política en España (incluyendo Catalunya)
Cualquier persona con capacidad de análisis objetivo del pasado reciente de nuestro país concluiría que el 15M fue un movimiento popular de protesta frente al establishment político-mediático español (que incluía también el establishment político-mediático catalán), el cual, a través de la aplicación de políticas públicas neoliberales (tales como las reformas laborales encaminadas a debilitar el mundo del trabajo y los recortes de gasto público social de los servicios públicos del Estado del Bienestar, a fin de debilitar y desempoderar a las clases populares, las clases sociales más dependientes de tales servicios), estaba causando un gran sufrimiento entre la mayoría de la población, y muy en particular de las clases populares de este país. Tales políticas neoliberales se estaban imponiendo sin mandato popular, pues no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes (el PSOE y el PP en España, y Convergència, gobernando en aquel período en alianza con Unió Democràtica en Catalunya). De ahí que el eslogan del movimiento de los indignados fuera una denuncia contra la falta de democracia del Estado (incluyendo de la Generalitat de Catalunya), gobernado por partidos que no seguían el mandato recibido de la ciudadanía. Su eslogan “No nos representan” se extendió por todo el territorio español (incluyendo el catalán), alarmando con ello a aquellos establishments político-mediáticos que dominaban la política y medios de información del país. El poder y legitimidad de tales establishments estaban siendo cuestionados por un movimiento (el 15M) altamente popular (...) 
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OTRA COSA:   A todos los que, con sus palabras, me dotaron de luz para sobrevivir a los infiernos, de Marisa Peña (4 textos)


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