El precio es el primer factor que se considera en España a la hora de comprar o alquilar una vivienda. Después van el estado de conservación y el tamaño, según una encuesta de 40dB. Renunciar a cierto confort por pagar un poco menos o por no tener que permanecer más tiempo en una búsqueda inmobiliaria que resulta angustiosa es una tentación habitual. El parque de vivienda en España tiene una antigüedad media de 45 años y su calificación en eficiencia energética es tipo E, es decir, cinco escalones por debajo de lo óptimo, según un estudio del portal inmobiliario Idealista.
Las viviendas envejecen, pero el precio, en cambio, no para de renovarse al alza, generando una dinámica que lleva a los inquilinos a vivir en peores condiciones y no motiva a los caseros a hacer reformas, advierte un informe de la asociación inmobiliaria Provivienda. “La vivienda a precios accesibles debe ser también una vivienda adecuada”, apunta Gema Gallardo, directora general de la entidad, que incide en que esta situación empeora la vida de los más vulnerables (...)
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