miércoles, 4 de enero de 2023

EL PROFESORADO EN EL LABERINTO DE LA LOMLOE, de Javier Sánchez Gutiérrez

4/12/22

Javier Sánchez Gutiérrez

EL PROFESORADO EN EL LABERINTO DE LA LOMLOE

Bueno, pues ya han llegado las evaluaciones. Los profesores y las profesoras están calificando los exámenes, actividades, cuadernos, trabajos individuales o en equipo… que han ido elaborando los alumnos. Esos productos (ahora se llaman así), resultado de las diversas situaciones de aprendizaje (otra expresión nueva), no son más que instrumentos de evaluación cuya función es valorar los saberes básicos (antiguos contenidos). Pero los saberes básicos tampoco son el objetivo. Más allá de los conceptos, procedimientos y actitudes que se trabajan en clase, están los criterios de evaluación que los enmarcan. Ahora bien, la evaluación no acaba en los criterios, sino que estos están referidos a las denominadas competencias específicas o desempeños propios de cada materia que, a su vez, están vinculados a los descriptores operativos del perfil de salida. Cada uno de esos descriptores (34 en Secundaria) tiene un peso porcentual en la calificación final. Si esta es cualitativa, será necesario vincular la nota numérica con una fórmula verbal previamente acordada. Sin embargo, los descriptores operativos del perfil de salida tampoco constituyen un fin en sí mismos. El proceso debe culminar con un informe de competencias clave en forma de rúbrica de 1 a 5 según niveles de logro que acompañará al boletín de notas, al informe individualizado y, en su caso, al programa de refuerzo y al plan de recuperación.
Como consecuencia de lo anterior, durante estos días es fácil ver a muchos profesores y profesoras deambulando por los pasillos de los centros con la mirada perdida, ausentes, desorientados, como si buscasen un misericordioso hilo de Ariadna que les permita salir del inextricable laberinto en el que los ha encerrado la LOMLOE antes de tener que enfrentarse cara a cara con el Minotauro de las reclamaciones.
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1 comentario:

Bertha dijo...

Totalmente de acuerdoy ni nos preocupan las reclamaciones para qué si van a caer en saco roto...