9 jul 2024 María Ramírez Oxford (Reino Unido)
Este lunes por la noche, el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, se reunió con los diputados de su partido tras la victoria histórica en las elecciones generales. Son tantos, 411 sin contar el speaker, que hacía falta un sitio grande. No cabían en el espacio habitual en el Parlamento y se juntaron en otro imponente y con mucha historia, la sede de la Iglesia de Inglaterra junto a la Abadía de Westminster.
El lugar se llama Church House porque están las oficinas eclesiásticas y también se utiliza para grandes comisiones de investigación del Parlamento. Aquí se reunieron los diputados en la Segunda Guerra Mundial y aquí tuvo lugar la primera reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en 1946. Y aquí se tomó anoche una foto para el recuerdo por el número de diputados de un único partido.
En sus primeras palabras ante el multitudinario grupo, Starmer les dijo a sus diputados que no se pongan cómodos porque queda trabajo para convencer a ciudadanos desilusionados con la política y a votantes que, sobre todo, querían castigar al Partido Conservador por 14 años de desmanes. “La gente ha puesto la confianza en nosotros ahora, pero no son conversos”, dijo Starmer. “Tenemos que volver a la política del servicio público para enseñar a los británicos que la política puede ser una fuerza para el bien. Tenemos un mandato para el cambio, un mandato para la renovación”. (...)
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