martes, 1 de julio de 2025

Cómo el franquismo reprimió a los vegetarianos: “El nacionalcatolicismo consideraba demoníacas sus ideas”

 

Esther Ballesteros  Mallorca — 6 de abril de 2025

La crueldad de las prácticas llevadas a cabo sobre los animales ha supuesto, en el siglo XXI, la eclosión del activismo antiespecista en España, aunque las voces contra el maltrato y la explotación animal comenzaron a alzarse mucho antes. De hecho, a finales del XIX, el clamor de parte de la prensa de la época y de algunos sectores ilustrados sentó las bases del movimiento proteccionista en algunos puntos del país con la creación de asociaciones dirigidas a velar por el bienestar animal, pero fue el libertarismo el que, desde los márgenes, aspiró al desarrollo de una forma de vida que permitiese conectar de nuevo con la naturaleza como forma de emancipación y adoptar una alimentación respetuosa con los animales, unas prácticas que el franquismo no tardó en reprimir: “No encajaban en el dogma del nacional-catolicismo”, señala Josep Lluís Barona, doctor en Medicina y catedrático de Historia de la ciencia en la Universitat de València.

A España, tales reivindicaciones llegaron de la mano del naturismo, influenciado por las corrientes filosóficas y sociales de Europa y Norteamérica. No en vano, en Inglaterra se había fundado en 1847 la Vegetarian Society y en Estados Unidos, la American Vegetarian Society en 1850. Situado entre la medicina alternativa, el romanticismo, el regeneracionismo, el higienismo, el anarquismo, las sabidurías orientales (cribadas por un esoterismo de corte teosófico) y los movimientos antiviviseccionistas, el ideal del naturismo pasaba por alcanzar una vida en armonía con la naturaleza, la autogestión alimentaria y un retorno a una existencia más sencilla que la del urbanita de la industrializada Europa de los siglos XIX y XX.

“Era una serie de prácticas que en el fondo suponían una respuesta al capitalismo y a las consecuencias de la industrialización y que partían de la idea del retorno a la naturaleza y de la vinculación del anarquismo con algunos geógrafos, como los hermanos Reclus”, explica, en declaraciones a elDiario.es, el doctor en Historia Jordi Maíz, profesor asociado de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Experiencias como el nudismo, la medicina natural, el vegetarianismo, la autogestión alimentaria, el amor y la sexualidad libres y el control de la natalidad como forma de libertad para las mujeres comenzaron así a tomar forma y a materializarse en España a través del movimiento obrero y de los círculos intelectuales próximos al anarquismo.

Experiencias como el nudismo, la medicina natural, el vegetarianismo, la autogestión alimentaria, el amor y la sexualidad libres y el control de la natalidad como forma de libertad para las mujeres comenzaron a tomar forma y a materializarse en España a través del movimiento obrero y de los círculos intelectuales próximos al anarquismo

El papel de las comunas y las publicaciones naturistas

Como señala el investigador, también aparecieron las comunas y las colonias autosuficientes, principalmente en Catalunya, Comunitat Valenciana y Andalucía, e inspiradas en los ideales anarquistas de figuras como Ferrer i Guardia, el médico anarquista Isaac Puente o los colectivos de la CNT, “en las que se podía expresar la máxima libertad de la humanidad en relación con la naturaleza, con la liberación del cuerpo y el nudismo, muy comunes en los grupos anarquistas”.

Unas reivindicaciones que también coincidieron con la difusión de medios y revistas específicas que proporcionaban recomendaciones sobre nutrición y recetarios de cocina, hablaban del naturismo y la autosuficiencia y ofrecían incluso consultorios sexuales. Entre ellas, salieron a la luz la revista Pentalfa (1932); Generación consciente (Alcoi, 1923-1928), que, entre otros aspectos, rechazaba las prácticas medicinales convencionales; Estudios: revista ecléctica (Valencia, 1928-1936), entre cuyas páginas también incluía pedagogía libertaria, naturista, sexual y vegetariana, y la Revista mensual gráfica de los espíritus libres (Barcelona, 1929-1937).

El golpe franquista de 1936 y la dictadura, sin embargo, dieron al traste con estas manifestaciones al instaurar una ideología nacionalcatólica que no solo propugnaba el tradicional antropocentrismo judeocristiano, sino que perseguiría activamente cualquier expresión vegetariana más allá de cuestiones estrictamente médicas o terapéuticas, aniquilando con ello el legado del naturismo. Si bien la represión se centró, principalmente, en opositores políticos, sindicalistas, masones y minorías religiosas, también alcanzó a personas cuyas prácticas y estilos de vida eran considerados subversivos. Entre ellos, los vegetarianos.

El golpe franquista de 1936 y la dictadura dieron al traste con las prácticas naturistas al instaurar una ideología nacionalcatólica que no solo propugnaba el tradicional antropocentrismo judeocristiano, sino que perseguiría activamente cualquier expresión vegetariana más allá de cuestiones estrictamente médicas o terapéuticas

El vegetarianismo, un acto de desobediencia ideológica

La propaganda franquista vinculaba el vegetarianismo con el anarquismo, el espiritismo y otras corrientes consideradas peligrosas. Comer carne, en cambio, se promovía como un deber patriótico. En la España franquista, la alimentación no era solo una cuestión de nutrición, sino un símbolo de identidad nacional y rechazar la carne sin una justificación médica era interpretado como una desviación de la norma, y en algunos casos, como un acto de desobediencia ideológica.

Así lo subraya, por su parte, Josep Lluís Barona, quien asevera que el franquismo “iba contra todo lo que oliese a libertad y a República”. En declaraciones a este medio, señala que el anarquismo había arraigado de forma “muy potente” en la Comunitat Valenciana, en Andalucía y en Catalunya, así como en algunas zonas agrícolas de Extremadura, y sus ideas, propugnadas desde una perspectiva internacionalista, no encajaban dentro de los dogmas del nacionalcatolicismo.

“El intento de los anarquistas de crear una cultura supranacional internacional era radicalmente antagónica al nacionalismo católico del fascismo”, recalca el investigador, autor, entre otros numerosos trabajos, del libro Manual de historia de la medicina (Tirant Humanidades). Barona enfatiza que la persecución desatada por el franquismo a través de las leyes militares “no fue explícita contra los anarquistas o los naturalistas, sino contra cualquier vestigio de liberalismo, fuesen masones o comunistas”.

El historiador recalca que el movimiento libertario estaba “muy centrado en los valores más que en la revolución social, es decir, en los cambios de mentalidad que se podían realizar relacionados con la libertad, y en este sentido son valores que chocan frontalmente con el franquismo e incluso en la transición democrática”, épocas en las que, señala, “claramente se les sesga en su imagen al representarlos como gente violenta cuando realmente eran pacifistas, naturalistas, vegetarianos y personas que defendían el amor libre”.

El intento de los anarquistas de crear una cultura supranacional internacional era radicalmente antagónica al nacionalismo católico del fascismo

Josep Lluís Barona  Doctor en Medicina y catedrático de Historia de la ciencia en la Universitat de València

Prácticas “absolutamente peligrosas”

En esta misma línea, Maíz explica el naturismo y el vegetarianismo sufrieron una fuerte represión, pero “no por ser una corriente mayoritaria ni ampliamente visible”, sino “porque eran prácticas propias del movimiento anarquista e iban contra el modelo tradicional que pretendía recuperar las prácticas cristianas y contra el tipo de sociedad al que aspiraban los militares que habían dado el golpe”. El historiador asevera que estas ideas eran consideradas “absolutamente peligrosas y bochornosas, casi demoníacas”, por lo que las publicaciones y estudios que promovían hábitos de vida alejados del modelo tradicional católico impuesto por el régimen y que años antes habían sido distribuidas sin inconvenientes, incluso bajo la dictadura de Primo de Rivera, acabaron siendo censuradas, prohibidas o forzadas a la clandestinidad.

Las comunas no corrieron mejor suerte. Quienes las integraban fueron perseguidos, encarcelados, represaliados y ejecutados, como sucedió en el caso de los miembros de la Sociedad Naturista Vegetariana de Barcelona. Sin embargo, el ejemplo más significativo de esta represión fue el de Isaac Puente, médico rural y defensor del naturismo libertario, quien fue asesinado por las tropas franquistas en la madrugada del 31 de agosto al 1 de septiembre de 1936. Su obra El comunismo libertario, que había servido como base teórica para muchas de las comunas autogestionadas, fue perseguida y retirada de la circulación. Profundamente influenciado por las ideas naturistas, higienistas y vegetarianas, Puente defendía una visión integral del ser humano en la que la salud, la libertad individual, la educación laica, la autogestión y la armonía con la naturaleza estaban interrelacionadas. Tras detenerlo, los sublevados lo sometieron a un consejo de guerra sumarísimo sin garantías jurídicas y, tras ser ejecutado, su figura fue silenciada durante toda la dictadura.

Quienes integraban las comunas fueron perseguidos, encarcelados, represaliados y ejecutados, como sucedió en el caso de los miembros de la Sociedad Naturista Vegetariana de Barcelona. Sin embargo, el ejemplo más significativo de esta represión fue el de Isaac Puente, médico rural y defensor del naturismo libertario, quien fue asesinado por las tropas franquistas en la madrugada del 31 de agosto al 1 de septiembre de 1936

“Todas estas prácticas estaban vinculadas al anarquismo, y el franquismo las consideraba contrarias al orden político y social del glorioso movimiento. El nudismo, la educación sexual, la liberación del cuerpo y la autonomía personal chocaban de frente con la moral propia del catolicismo”, recalca Maíz, quien, con todo, precisa que entre algunos sectores del catolicismo llegaron a adoptar la visión más dietética e higiénica del movimiento naturista circunscribiéndolo al ámbito familiar. “No solo hubo una represión, sino que también utilizaron algunas de las aportaciones naturistas para controlarlas”, como las contribuciones que en este sentido realizó el doctor Adrián Vander a principios del siglo XX o el profesor naturista Vicente Ferrándiz, fusilado por los fascistas el 23 de agosto de 1939 en Alcoi.

La narrativa del franquismo para justificar el hambre

Otro factor que contribuyó a la desaparición del vegetarianismo durante el franquismo fue la escasez alimentaria provocada por la posguerra. “Al ser años de hambre, escasez y carestía, la gente desarrolló estrategias de supervivencia y acabó adoptando una dieta de subsistencia totalmente alterada en la que había muy pocos ingredientes”, como señala a elDiario.es la investigadora y doctora por la Universidad de Granada Gloria Ruiz Román, cuyas investigaciones se centran en las prácticas de resistencia cotidiana, las políticas sociales del régimen, el control social y moral y los procesos de aprendizaje democrático durante el tardofranquismo y la transición, así como en la respuesta de la población ante la miseria en los primeros años de la dictadura.

Ruiz Román apunta a cómo la memoria de la escasez de los años cuarenta fue utilizada por el franquismo para construir el relato del “desarrollismo” en las décadas siguientes. “Ya desde la conclusión de la guerra, el régimen comenzó a edificar una narrativa oficial con el fin de justificar la escasez y el hambre, así como la ineficacia de sus políticas para paliarlas”, señala la investigadora en uno de sus trabajos, De la miseria al bienestar. La memoria del hambre en la construcción y recepción del discurso del «progreso» durante el franquismo (1950-1975), elaborado junto al antropólogo Claudio Hernández Burgos. Con el paso de los años y la paulatina mejora de las condiciones de vida, aquellas experiencias de hambre y escasez jugaron un rol esencial tanto en la articulación del discurso del “progreso” como en la conformación de las actitudes de la población.

Más allá de su modelo político autoritario, el franquismo impuso un rígido ideal de vida que penetraba hasta en la alimentación de la población, como sucedió en el caso del vegetarianismo entendido no de forma aislada, sino como parte de un sistema de control que abarcaba desde la política y la religión hasta los cuerpos y las costumbres. Mientras el activismo antiespecista gana fuerza en la actualidad y las alternativas al consumo de carne ocupan un lugar cada vez más visible en la sociedad, las historias de resistencia desarrolladas en aras a vivir en armonía con la naturaleza, resisten entre las grietas de la memoria.

La demoledora carta de ruptura de la exdiputada Magdalena Nevado con Vox: “Es un club de intereses personales”, de Santiago Manchado

 Santiago Manchado  Mérida — 7 de mayo de 2025


“Machistas”, “sectarios”, “panda de chulos”, “una caricatura de lo que fueron”, “son para tener miedo”, “autoritarios”, “han creado chiringuitos”... La exdiputada de Vox por Cáceres, Magdalena Nevado, no ahorra en calificativos para referirse a sus ya excompañeros después de que en una carta, a la que ha tenido acceso elDiario.es Extremadura, expresara su voluntad de abandonar el partido.

Nevado fue diputada en el Congreso entre 2019 y 2023, donde se convirtió en la voz de la extrema derecha contra la Agenda 2030. Además, trabajó por crear la estructura de Vox en Extremadura, especialmente en Cáceres. En las últimas elecciones generales encabezó la lista por esa provincia, pero el partido de Santiago Abascal se quedó sin representación. No obstante, tras el pacto entre PP y Vox en Extremadura, su nombre se barajó como consejera de Gestión Forestal y Mundo Rural, aunque finalmente fue elegida como representante del partido en el consejo de administración de la Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales (Cexma), la televisión y radio públicas, donde continúa por el momento.

En la carta, Nevado alaba el “liderazgo” de Iván Espinosa de los Monteros al frente del grupo parlamentario, “años de intenso trabajo, de dedicación absoluta a los principios que creíamos inquebrantables”. Esa labor, dice la exdiputada, “apenas dejó espacio para detenerse a evaluar la idiosincrasia del partido en su conjunto”, pero a mediados de 2023 se hicieron “evidentes” otras dinámicas para ella: “La imposibilidad de exponer libremente un punto de vista, la negativa al disenso, la ausencia de un espacio real para la deliberación y la propuesta de ideas fueron señales claras de que algo esencial se estaba perdiendo. A ello se sumaron las malas formas, el trato despectivo hacia quienes han demostrado mayor mérito y capacidad, y una preocupante inclinación a proteger a aquellos cuyo comportamiento resulta, cuando menos, cuestionable”.

En este punto, Nevado alude a un presunto caso de acoso sexual y laboral sufrido por una compañera de Vox “en el que me he visto envuelta”, pero asegura que no reveló la verdad porque la “trascendencia podría haber derivado en un escándalo de considerables proporciones”.

“Vox ha dejado de ser un proyecto político con ideales claros para convertirse en un club de intereses personales, donde la mala educación, el oportunismo y el sectarismo se han instalado con firmeza”, concluye la carta enviada en marzo a la dirección del partido.

Cruzada por seguir en la radiotelevisión extremeña

Actualmente, la única vinculación de Magdalena Nevado con Vox es que sigue como miembro del consejo de administración de la radiotelevisión pública extremeña, un puesto que no está retribuido, aunque el partido de extrema derecha intenta sustituirla. En el pleno de la Asamblea celebrado el pasado 10 de abril, la sustitución no salió adelante por la abstención del PSOE, PP y Unidas Podemos.

El punto se volverá a debatir en el pleno de este jueves y la postura del PP podría ser decisiva, puesto que son necesarios los votos de dos tercios de la Cámara. Magdalena Nevado es hermana de Elena Nevado, que fue alcaldesa de Cáceres con el PP y ahora es eurodiputada, pero el Ejecutivo de María Guardiola depende de los votos de los cinco diputados de Vox para sacar adelante la legislatura.

No obstante, Magdalena Nevado se resiste a abandonar la Cexma y en el último consejo de administración así se lo hizo saber a los miembros de todos los partidos. Según fuentes de este consejo, la exdiputada aprovechó el turno de ruegos y preguntas para “desahogarse” por la situación que vive con Vox, que achaca a su posicionamiento en el presunto caso de acoso sexual y laboral a una compañera y a la llegada a Extremadura de Ignacio de Hoces, que fue número uno por la provincia de Badajoz en las elecciones de 2023.

En esa intervención también criticó que su compañero Miguel Serrano había sido “enviado por Vox desde Madrid” sin tener vinculación con Extremadura y “ni siquiera ve la televisión de aquí y no le importa nada”, por lo que el partido de Santiago Abascal “se ha convertido en un chiringuito para colocar a amigos”.

Según esas fuentes, todos los miembros de la Cexma expresaron su apoyo a Nevado, quien les pidió que influyeran en la medida de lo posible en la votación de sus partidos en la Asamblea.

“Son una panda de chulos”

Nevado ha confirmado a elDiario.es Extremadura tanto el contenido de la carta donde anuncia que abandona Vox, como su intervención en el consejo de administración de la radiotelevisión extremeña. “Me encanta colaborar con la Cexma y, sobre todo, no me apetece que Vox se salga siempre con la suya, siempre mintiendo y siempre contando las cosas al revés”, afirma, aunque sostiene que es una situación “para tener miedo porque, en cuanto no estás con ellos, te demonizan, actúan de forma bastante agresiva, te envían a personas para que te digan cosas en las redes sociales...”.

La exdiputada subraya que Vox “se ha convertido en una caricatura” desde la marcha de Iván Espinosa de los Monteros en agosto de 2023. A su juicio, “convencieron a Santi [Santiago Abascal] de que es un mediocre a quien se le notaba más si Iván estaba a su lado” y desde el abandono de este, “han ido a por todos los afines y a por los que teníamos cierto liderazgo en las provincias”. “Son especialmente 'valientes' con las mujeres y esto es algo que jamás pensé que iba a decir”, subraya.

Nevado se refiere a los cinco diputados con los que cuenta Vox en Extremadura como “panda de chulos, sumisos y obedientes”, que no tienen ninguna autoridad para decidir en la comunidad: “No son libres, pero mejor, porque no tienen ni idea”. Y remata: “Es más conveniente [para la dirección nacional] un Óscar Fernández [presidente de Vox en Cáceres y portavoz del grupo parlamentario en Extremadura], que no le conoce ni Blas, que no va a rechistar nada a Santiago Abascal, que es sumiso y lo que quiere es salir en la televisión”.