Begoña P. Ramírez 15/07/2025
Señalada como tapadera de la secta integrista El Yunque, la asociación comparte protagonismo con el pseudosindicato y Vox en las causas contra la mujer de Sánchez, el fiscal general del Estado o Ábalos.
CitizenGo, la red internacional de la organización, recibió 34 millones de euros en donativos entre 2014 y 2024, según sus propias cuentas.
- El presidente de HazteOír, Ignacio Arsuaga.
"Un mundo mejor, más humano, desde una concepción cristiana del hombre y la sociedad". Es el objetivo por el que lucha HazteOír, según explicaba su presidente, Ignacio Arsuaga, en una entrevista publicada por el digital Catholic.net en 2015. Para conseguirlo, decía, la asociación ultracatólica usaba internet "como instrumento básico de acción". "Nos valemos básicamente de las nuevas tecnologías", resumió. Sin embargo, HazteOír se ha forjado su fama con métodos bastante analógicos. Los autobuses con mensajes contra los transexuales –"Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen"– o contra el presidente del Gobierno –"El capo dimisión. La Famiglia"–, además de las lonas que colocaron frente al Congreso, también con eslóganes contra Pedro Sánchez, metieron a la asociación en los telediarios e incluso en los juzgados.
Éste es el tercer reportaje de la serie de investigación sobre las asociaciones que llevan años personándose como acusación popular en todo tipo de procedimientos judiciales, 10 entregas que se publicarán a lo largo del mes de julio y describe y analiza esta alianza de intereses y nombres en lo que bien podría definirse como una Brunete legal ultra.
Además, ya antes de la proclama 2.0 de Arsuaga, HazteOír llevaba algún tiempo incorporada al frente judicial de las acusaciones populares ultras. De 2011 data la querella que la asociación presentó junto a Manos Limpias, la Fundación Denaes –la fundación de Vox–, las asociaciones Libertad e Identidad y Voces contra el Terrorismo, así como el Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro, contra seis magistrados del Tribunal Constitucional que habían avalado la presencia de Bildu-Eusko Alkartasuna en las elecciones municipales y forales de ese año. El Supremo la archivó. En 2014 recurrieron, también junto a Manos Limpias, la decisión del alto tribunal que inadmitió una querella contra el entonces juez Fernando Grande-Marlaska por poner en libertad a la etarra Inés del Río.
Después, lo mismo han sido las medidas contra el covid que el recurso del PP en el Constitucional contra la reforma de la ley del aborto, o la Ley de Amnistía, el caso mascarillas y la visita furtiva de Carles Puigdemont a Barcelona en agosto de 2024 –otra vez contra Grande-Marlaska, esta vez como ministro del Interior–. HazteOír ha sido parte de todas esas causas. También se querelló contra Pedro Sánchez por la presentación de su libro Tierra firme en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en diciembre de 2023. Le acusaba de malversación, pero el Supremo ni siquiera admitió el escrito. También procedió contra el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, por una conversación que había mantenido a la salida del Congreso con un diputado de ERC y fue grabada por El Mundo. Le acusaba de revelación de secretos. El Supremo tampoco admitió la querella.
Ahora la asociación se mantiene personada en los casos de más relumbre: el que imputa a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional –abierto tras una denuncia de Manos Limpias–; el que investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la supuesta filtración del correo del novio de Isabel Díaz Ayuso, y los que empezaron a poner a José Luis Ábalos y Koldo García contra las cuerdas por los contratos de la pandemia. En todos esos procedimientos, HazteOír comparte acusación popular con Vox, Manos Limpias o Iustitia Europa, entre otras asociaciones de extrema derecha.
Los dirigentes de todas ellas son, además, rostros habituales de los premios que HazteOír concede cada año. En su última edición, el pasado junio, galardonó a Luis María Pardo, abogado y presidente de Iustitia Europa "por su defensa de la transparencia electoral y su lucha contra la corrupción"; a Miguel Bernad, secretario general de Manos Limpias, "por su trayectoria incansable en la denuncia de los abusos de poder", y a Aitor Guisasola, abogado youtuber y presidente del Movimiento para la Regeneración Política de España, "por su trabajo constante en redes sociales". En 2023 una de las distinguidas fue la diputada madrileña de Vox Gádor Joya, mientras que en 2022 premió a la presidenta de Liberum, Nandi Cuevas, una negacionista del covid, y a la Asociación en Defensa del Valle de los Caídos. En 2021 Alvise Pérez recibió su pequeño trofeo, tres años antes de que creara Se Acabó la Fiesta.
Una tapadera de El Yunque
HazteOír nació en mayo de 2001, con el nombre de Instituto Phoenix. Como fundadores figuraban en el acta entregada en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior el periodista Luis Losada –Intereconomía, La Gaceta de los Negocios, Colaborador de 13TV y PeriodistaDigital–, Dolores Velarde Catolfi-Salvoni y Rocío Montero Fernández. Según cuenta el propio Arsuaga en la entrevista con Catholic.net, el instituto fue la traslación a España de un instituto del mismo nombre de la Universidad de Arizona, cuyo fin es resucitar "la cultura occidental", que considera "en trance de desaparecer". En 2005, el Instituto Phoenix se rebautizó como HazteOír. Su actual presidente es el abogado Ignacio Arsuaga y su secretario, el también abogado Javier Pérez Roldán. Luis Losada figura como vicepresidente y tesorero, y como vocales constan Carlos Polo Samaniego, antropólogo peruano, director de la Oficina para América Latina del Population Research Institute y conocido activista contra el aborto, y el escritor y publicista Francisco Segarra Alegre.
Tanto Luis Losada, como Dolores Velarde y el propio Ignacio Arsuaga han sido señalados como miembros destacados de la secta integrista El Yunque. En una sentencia de 2014, el Juzgado de Primera Instancia número 48 de Madrid dio por probada la relación de HazteOír con esta milicia secreta ultracatólica, tras una demanda de protección del derecho al honor presentada –y perdida– por Ignacio Arsuaga. La jueza estableció que el informe Análisis del asociacionismo de los laicos cristianos españoles y la intromisión de El Yunque, encargado en 2010 por la Conferencia Episcopal Española a un profesor de filosofía y vicepresidente de la asociación de cristianos laicos Educación y Persona, Fernando López Luengos, era "esencialmente veraz" y de "trascendencia pública".
La sentencia considera "un hecho contrastado y acreditado a tenor de la prueba documental y testifical la relación de miembros de Hazte Oír con El Yunque", un vínculo que Arsuaga consideraba "injurioso", pero que quedaba demostrado en el citado informe. Si el presidente de la asociación pretendía echar tierra sobre la secta, consiguió el efecto contrario. La investigación de López Luengos destapó los "métodos de control, infiltración y ocultación" empleados por la secta para "acosar, presionar y desestabilizar" al poder político e influir en la Conferencia Episcopal. Según destacaba el documento, El Yunque había conseguido infiltrarse en el PP, la Iglesia, el grupo Intereconomía, Telemadrid, La Razón y la Universidad San Pablo-CEU, entre otras instituciones. En el informe, HazteOír es mencionada como una de las "plataformas creadas por El Yunque", junto al Instituto de Política Familiar (IPF) y Profesionales por la Ética (PPE). Según explica, las tres tuvieron "un notable protagonismo en la movilización contra la ley del aborto y contra la asignatura Educación para la ciudadanía". Y tanto la presidencia como parte de la junta directiva de estas asociaciones, destaca, "son miembros de El Yunque". Es más, asegura que, al menos en 2006, cinco de los miembros de la junta directiva de HazteOír eran miembros de la secta integrista.
López Luengo llama a HazteOír "asociación tapadera" de El Yunque. Y describe el sistema de la secta para conseguir "presencia pública": “crear múltiples asociaciones e iniciativas abiertas a la colaboración de gente ajena a la organización". "Múltiples etiquetas", las denomina, donde la secta nunca muestra "su identidad e intenciones".
De hecho, el juramento de iniciación en El Yunque prohíbe a los futuros miembros reconocer su pertenencia a la secta incluso cuando son descubiertos. Su objetivo último es "instaurar el reinado de Cristo en la tierra", y los medios para alcanzar ese fin, "ocupar parcelas de poder político y de influencia mediática cada vez mayores". Además, utiliza el "acoso, la presión y la desestabilización del poder político", detalla el informe, que fue entregado al entonces presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela. Éste pidió a la secta "varias veces", añade el documento, que dejara de actuar en secreto. Sin éxito.
Si los obispos encargaron el informe es porque les había alarmado la infiltración de El Yunque. El obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés, incluso testificó en el juicio. Y poco después de publicarse la sentencia, tanto el Obispado de Getafe como el de Toledo se desmarcaron públicamente de los "medios" que usa HazteOír y anunciaron que le retiraban su apoyo. También le pidieron a la asociación que dejara de recurrir a sus parroquias y delegaciones diocesanas para promover sus iniciativas.
HazteOír no ha contestado a ninguna de las preguntas que sobre sus actividades, funcionamiento y conexiones le ha enviado Público. Puede consultarlas al final de este texto.
Cuentas opacas
Tampoco sobre sus cuentas y fuentes de financiación. No ha contestado a las preguntas que le ha hecho este periódico sobre su número de socios, la cuota que pagan y qué parte de su presupuesto deben dedicar cada año a abonar las cuantiosas fianzas que les exigen los tribunales para personarse como acusación popular y a retribuir a los abogados necesarios para soportar tanta actividad litigiosa. Sobre el dinero que maneja HazteOír no hay información pública. Al no contar con la declaración de utilidad pública –la perdió en 2019–, no está obligada a enviar sus cuentas y balances al Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior.
En su página web, HazteOír sólo desvela que recibe "pequeños donativos realizados online por miles de ciudadanos en España". Dice que no acepta "bajo ningún concepto" subvenciones o aportaciones de instituciones públicas nacionales o internacionales. "En HazteOír no encontrarás anuncios comerciales", resalta. Pero en 2024, CitizenGO –la red internacional promovida por este grupo y que opera en varios países– recibió donaciones por un importe superior a los 6,5 millones de euros, la cifra más alta de ingresos en los últimos 10 años.
Según las sucintas cuentas que cuelga en su página web, los donativos recibidos por CitizenGO en todo el mundo entre 2014 y 2024 superaron los 34 millones de euros. En ese mismo periodo, la red internacional ultraconservadora gastó 26,6 millones de euros en las campañas desarrolladas en aquellos países donde opera.
Las preguntas que no contesta HazteOír
Público envió el pasado día 10 esta serie de preguntas a HazteOír, que hasta el día de cierre de la edición no han tenido respuesta:
1. En sus estatutos dicen que uno de sus fines es el "fortalecimiento institucional y democrático especialmente mediante el uso de las nuevas tecnologías". En una entrevista publicada en catholic.net en 2015, su presidente, Ignacio Arsuaga, decía que HazteOír usaba internet "como instrumento básico de acción". "Si queremos tener éxito, tenemos que hacer uso de las nuevas tecnologías, sobre todo internet y el correo electrónico". Sin embargo, su actividad más visible han sido métodos bastante analógicos: los autobuses con mensajes y las lonas que han instalado frente al Congreso. ¿Es un cambio de táctica, han renunciado a esa ofensiva tecnológica porque tienen más éxito esos métodos más "tradicionales"?
2. En sus estatutos no se incluye entre sus actividades la personación como acusación popular en procedimientos judiciales que es, sin embargo, uno de los campos donde HazteOír ha sido más activo en los últimos tiempos. ¿Es otro cambio táctico? ¿En qué momento y por qué motivo decidieron dar ese giro?
3. ¿Qué parte de su presupuesto supone la personación como acusación popular en tantos procedimientos judiciales? ¿Cuánto dinero gastan al año en el pago de las fianzas exigidas por los tribunales y de los abogados necesarios para llevarlas adelante?
4. ¿Cuántos litigios tienen abiertos en estos momentos? ¿Cuántos abogados tienen dedicados a esta área?
5. ¿Cuántos socios (que pagan cuota) tiene HazteOír? ¿Cuál es el importe de la cuota que pagan?
6. ¿De dónde proceden los ingresos de HazteOír? ¿Podría darnos la cifra del presupuesto anual que maneja la asociación?
7. Una sentencia judicial de 2014 dio por probada la relación de HazteOír con la secta integrista El Yunque, tras una demanda de protección del derecho al honor presentada –y perdida– por su presidente, Ignacio Arsuaga. Poco después, los obispados de Getafe y Toledo se desmarcaron de los "medios" que usa HazteOír y anunciaron que le retiraban su apoyo. También le pidieron a la asociación que dejara de recurrir a sus parroquias y delegaciones diocesanas para promover sus iniciativas. Todo ello, por la relación entre HazteOír y El Yunque.
8. ¿Cuántos de sus directivos/miembros pertenecen a la secta? Se han publicado los nombres de Ignacio Arsuaga, Luis Losada, Dolores Velarde, Álvaro Zulueta, Javier Pérez Roldán… ¿Ha habido algún cambio en este sentido en HazteOír después de recibir el reproche público de los obispos españoles? ¿Cómo son sus relaciones con la jerarquía de la Iglesia católica en estos momentos?
9. ¿Cómo son sus relaciones con Vox en estos momentos? ¿Y con el PP? ¿Sigue creyendo HazteOír que ambos se han convertido en "derechita cobarde", como dejó caer en ocasiones anteriores? ¿Qué partido recomendaría HazteOír en estos momentos en su Guía de Voto?
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OTRA COSA: Vacaciones en casa, de Azahara Palomeque
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