lunes, 28 de enero de 2019

Espuma polarizada, por Ignacio Sánchez-Cuenca y+

Fernando Broncano R ·        26/1/2019
Un magnífico artículo de Ignacio Sanchez-Cuenca sobre una de las amenazas contemporáneas más serias a la democracia: la polarización. Es un instrumento poderoso que lo han tomado en sus manos aprendices de brujo que tal vez, como en la película de Walt Disney provoque el caos más absoluto. Imprescindible para todos aquellos que, como el que suscribe, creen en la democracia deliberativa.


Cuando se describe la política de nuestros días, la referencia a su creciente polarización siempre aparece. Hay un acuerdo generalizado en que la crisis económica iniciada en el 2008 desencadenó en muchos países dinámicas de polarización política que están lejos de haberse agotado.
El concepto de polarización, aplicado a la política, se refiere al vaciamiento de posiciones moderadas o centristas en beneficio de posiciones extremas. Así, por ejemplo, en un asunto como el aborto, diríamos que la política se polariza cuando las posturas dominantes son las que corresponden a los extremos, es decir, la prohibición total del aborto y la libertad absoluta de la mujer. Las opciones intermedias consistirían en tratar de reconciliar los dos valores en juego (vida y libertad) mediante algún acuerdo de compromiso (como sucede en las leyes de plazos o de supuestos).
(…) La polarización de nuestra época, heredera de la crisis del 2008, es sin embargo muy distinta a la del periodo de entreguerras. Como ha señalado Fernando Broncano, uno de los analistas más perspicaces del fenómeno (su blog El laberinto de la identidad es de imprescindible lectura), la polarización actual es en buena medida artificial, en el sentido de que no se construye a partir de alternativas al statu quo. Por debajo del enfrentamiento entre posiciones opuestas no hay modelos propios de organización social y política: ni la extrema derecha ni la extrema izquierda rompen con la democracia representativa o la economía capitalista.
La polarización sin alternativas guarda relación con la “impotencia democrática” en la que estamos inmersos. Los gobiernos cuentan con un margen de maniobra cada vez más estrecho. Piénsese en el ámbito económico. Dentro de la eurozona, se considera en estos momentos prácticamente “antisistema” que un gobierno se atreva a ampliar el objetivo de déficit público en un punto porcentual. En España, sin ir más lejos, el Gobierno entiende como un logro enorme que la Comisión haya autorizado un aumento de 0,5 puntos porcentuales en el nivel de déficit que debe alcanzar nuestro país a lo largo del 2019. A eso ha quedado reducida la discrecionalidad fiscal de los gobiernos. No son sólo las cuentas públicas: desde hace más de veinte años, las “reformas estructurales” que se han emprendido en Europa, con independencia del signo político del gobierno de turno, han ido casi todas en la misma dirección: recortes en el sistema de pensiones, políticas de fomento de la competencia y desregulación cada vez mayor de los mercados de trabajo.
(...) Los enfrentamientos terminan cris­talizando en torno a ­cuestiones culturales e ideológicas, sin tocar la base del modelo eco­nómico. Se polariza, por tanto, la espuma política, no lo que hay por debajo de la línea de flotación mediática (...)

+ Manuela Sancho ·    29/1/2019 - Palabras de A.Garzón, tomadas de Diario.es

... "el proyecto de Más Madrid tal y como está planteado por Carmena y Errejón es "profundamente antidemocrático" y significa un "enorme peligro" para la izquierda organizada pues supone ceder a una suerte de "bonapartismo" donde el líder decide"... Ese fue el modelo que impuso Carmena en el Ayuntamiento de Madrid tras hacerse con la Alcaldía, lo que "significó la desconexión de la base social que les votó"...
palabras de A.Garzón, tomadas de Diario.es
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