viernes, 18 de enero de 2019

Siria, análisis en profundidad. Artículo de Aritz Saidi Olaortua.

José Luis Sanz Zapata ·  revistalacomuna.com   29 de diciembre
El pueblo sirio lleva sufriendo una de las mayores guerras de la historia moderna que se está extendiendo hasta casi los 8 años... una guerra injerencista o de cambio de régimen mediante proxies y no una confrontación civil al uso... praxis de potencias colonialistas y los actuales estados hiper-colonizadores desde hace décadas... desde Latinoamérica o África, a Oriente Medio Europa del este... a veces por intereses militares, financieros o estratégicos, y otras veces por ansias expansionistas o en respuesta a intereses de entidades supraestatales y diferentes oligopolios y lobbies globalistas.


   Siria junto a su pueblo y ejército lleva resistiendo y encarando lo que muy pocos pueblos han podido aguantar sin romperse y ser completamente destruidos. No es una guerra civil y jamás lo fue. Pudo haber protestas, legítimas además, había motivos para salir a la calle… más que suficientes dicho sea de paso (medidas liberalizadoras, paro, corrupción… ¿te suenan?).
Como también los hay en la Francia del ultraliberal Macron y la revuelta de los chalecos amarillos o los disturbios en Irlanda o las protestas incasables de los pensionistas en el estado español. Protestar es una cosa e incluso combatir el sistema, y otra cosa muy diferente es que haya sniper o francotiradores en las calles disparando a manifestantes y policías, que se vean lanzagranadas RPG y unos meses más tarde incluso tanques o misiles tierra-tierra como se vieron en Siria. Y para ello, la ayuda de agentes y potencias externas es indispensable.
Porque no pensemos que “eso pasa porque en esos países hay mucho caos y delincuencia”, por ejemplo; en Siria la tasa de criminalidad y delincuencia era inferior a muchos países Europeos (incluidos España) y Damasco antes de la “mini Guerra Mundial” era una de las ciudades mas seguras del mundo. Ya puestos a comparar, debemos señalar también que esas tasas de baja criminalidad y concordia social se daban en una sociedad extremadamente poli-confensional y multiétnica además de ser una nación receptora de millones de refugiados y exiliados de la zona (palestinos, kurdos, iraquíes, libaneses…) que buscaron un lugar donde vivir en paz. Este dato desmonta la fobia al migrante o al diferente que muchos enarbolan hoy en occidente y el auge de algunos partidos xenófobos que vivimos muy cerca  (...)
Tras casi ocho años de conflicto muchos
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OTRA COSA:  Ni una más. Ni una sola más, de Tatiana HF




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