domingo, 18 de septiembre de 2022

Laponia está en la España interior: anatomía de un desierto demográfico, de Pilar Burillo

 8 de agosto de 2022

Más del 50% del territorio español sufre graves problemas de despoblación, especialmente la Serranía Celtibérica y la Franja con Portugal, que tienen menos habitantes por kilómetro cuadrado que Laponia. Sin embargo, hace apenas 15 años que empezamos a ser conscientes de esta situación crítica.

Pilar Burillo  



Las etiquetas importan. En este texto figuran como regiones menos favorecidas las que tienen desventajas demográficas graves. Efectivamente, en el tratado de adhesión de Finlandia y Suecia, en el año 1994, se indicó que las regiones que tuvieran menos de 8 hab/km2 (NUTS 2 según la terminología europea) se considerarían zonas poco favorecidas. Así se identificó a Laponia –a través de la agrupación de NUTS 2 de ambos países–, un territorio ártico con una densidad de menos de 8 hab/km2 debida a su climatología extrema. En geografía humana, una zona con menos de 10 hab/km2 se considera desierto demográfico.

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+  11/08/2022  Mujeres rurales (V)      

Katia Ruiz Jodra llegó a Pálmaces de Jadraque hace diez años. Nacida en Francia tras huir su familia de la represión franquista, disfruta de la paz que le ofrece su pueblo

Por Diego Delgado



La España rural también nos habla de huidas y regresos, de deseos familiares y de una memoria 
desahuciada por el desdén político. Es el caso de Katia Ruiz Jodra, que nació a muchos cientos de 
kilómetros del pueblo de su familia, de su pueblo, por culpa de la dictadura franquista. Hoy, de vuelta 
en sus raíces y desde una terraza con maravillosas vistas al embalse de Pálmaces de Jadraque, asegura 
con orgullo que lo dejó todo para estar en “el paraíso”.

Empezamos con una breve presentación. ¿Quién eres y cómo llegaste a Pálmaces?

Me llamo Katia Ruiz Jodra, tengo 55 años y me vine aquí porque este era el pueblo de mis abuelos maternos. Aquí nacieron, de aquí se tuvieron que ir a Francia en 1936, echando leches, y cuando murió Franco mi abuelo tenía la ilusión de volver a su pueblo, que no pudo venir en 40 años, para construir una casa. Entonces construyó esta casa, que ahora no tiene nada que ver con la que hizo, pero él la levantó desde cero, hacía incluso los ladrillos y todo eso. Cuando él ya no pudo venir aquí, nosotras arreglamos la casa a nuestra forma y yo me vine a vivir.

¿Cuántos años llevas viviendo aquí?

Llevo aquí diez años, pero había estado diez años antes en Madrid. Yo he vivido en Francia toda mi vida, conocí a un chico y me vine a Madrid con él, pero a mí no me gustaba, me sentía muy sola con cuatro millones de habitantes, así que me vine aquí. No me aburro ni un momento. Es más, cuando me llama la gente más de dos veces al día me pongo nerviosa porque no me da tiempo a hacer todo lo que tengo que hacer.

¿Qué tienes en Pálmaces que no tenías en Francia ni en Madrid?

Paz. Silencio. A la gente le da miedo el silencio. Las vistas, levantarte y ver esto [mirando hacia el pantano y los montes que se ven desde su balcón] todos los días… Hay veces que digo “pero ¿cómo hace la gente para vivir de otra forma?”.

Y, sobre todo, no encontrarte a nadie por las calles. Por eso a mí el verano me angustia un poco (...)



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