Mateo Santamarta Paniagua ha compartido un enlace en el grupo Todos Contra la Violencia. eldiario.es Antonio Maestre
No se saluda a fascistas. Es de primero de cultura de antifascista y no solo hay que tenerla, sino ejercerla. Negar el saludo a un fascista es un acto político y además puede ser hasta higiénico
Hay quien defiende que no hay que negar la mano a quien se ríe con burla de las víctimas de la dictadura. Tampoco a ellos hay que saludarlos, son también el enemigo
Termina el debate a siete
en el que Iván Espinosa de los Monteros llama racista y xenófobo a
Aitor Esteban y todos salen de sus atriles dispuestos a olvidar lo dicho
durante la emisión televisiva y a saludar con una sonrisa forzada para
ofrecer la mano a quien minutos antes ha insultado y despreciado. El
portavoz del PNV muestra algo de dignidad y se niega a saludar a un
fascista. Y todavía hay debate. No se saluda a fascistas. Es de primero
de cultura de antifascista y no solo hay que tenerla, sino ejercerla.
Negar el saludo a un fascista es un acto político y además puede ser
hasta higiénico. Hay que recordar que las manos estrechadas pueden tener
3.200 bacterias, incluidas algunas fecales. No quieres mierda fascista
en tus manos.
La importancia de no fingir es una
muestra de integridad que no conviene despreciar. Mostrar desacuerdo de
manera frontal cuando se tiene la oportunidad es un deber político que
ejercían todos aquellos que decimos admirar pero de los que parecemos
aprender poco, sobre todo cuando lo hacen contra nosotros mismos y
nuestros posicionamientos. Incluso cuando parecen antagónicos pero lo
que hacen es enarbolar firmeza y compromiso con las ideas propias. Estos
días se ha celebrado la efeméride del nacimiento de Miguel Hernández, y
es necesario acudir a él para recordar la importancia de no fingir
cuando las ideas importan.(...)
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