250.000 viviendas sufragadas con dinero público
terminarán en manos de fondos de inversión dejando además una enorme
deuda que será asumida por el Estado
Manuel Gabarre de Sus - 19 de
Noviembre de
2019
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“El banco malo nunca supondrá costes para los contribuyentes”. Luis de Guindos
El Estado adquirió el patrimonio inmobiliario de las cajas de ahorros y de los bancos quebrados para rescatar al sistema financiero. Fue así también como se hizo con el mayor número de viviendas y de solares que haya tenido nunca. Sin embargo, el Estado ha eludido su condición de garante de lo público y ha malvendido este patrimonio a través de Sareb, que también es conocida como el banco malo.
Sareb es la parte central de un entramado jurídico creado para distraer la atención del ciudadano sobre la privatización encubierta de decenas de miles de solares y de viviendas. A Sareb se le ha llamado el banco malo con el ánimo de confundir a la sociedad. En realidad, su naturaleza no tiene nada que ver con la de un banco. Simplemente se trata de una compañía propietaria de bienes inmobiliarios que además se encarga de su gestión. Aunque haya pasado desapercibido, el fundamento de Sareb es algo tan simple como “coge el dinero y escapa antes de que se den cuenta”.
¿Qué es Sareb?
La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) fue creada por el Estado y por el Consejo Europeo. Aunque Sareb es una entidad con una finalidad y con una financiación pública, está gestionada por entidades privadas.
La finalidad de Sareb era la de actuar como un cortafuegos, hecho de dinero público, con el propósito de evitar que la crisis española se propagase por toda Europa. Este peligro provenía de que los bancos se encontraban fuertemente endeudados entre sí. Si entidades importantes como Bankia o Catalunya Banc no hubiesen devuelto los préstamos que habían recibido de otros bancos europeos, también los podrían haber arrastrado a la quiebra. En realidad, el sistema bancario funciona como un castillo de naipes en el que la quiebra de una entidad importante puede provocar el desmoronamiento de todo el sistema financiero.
Debido al riesgo de contagio, el Consejo Europeo prestó más de 50.000 millones de euros al Estado español con la obligación de que los emplease en pagar las deudas que estas entidades arruinadas tenían con otras entidades financieras.
Sin embargo, esta operación todavía no ha sido contabilizada dentro de las ayudas públicas a la banca. Sareb fue constituida a finales de 2012 con un capital de 4.800 millones de euros. Más de la mitad de este capital era de origen privado (55%) y el resto era de origen público (45%). Pero la cuestión central es que Sareb iba a recibir un préstamo de más de 50.000 millones de euros por parte de la Unión Europea.
El capital público fue aportado a través del FROB. Hay que recordar que, además de las intervenciones a través de Sareb que se tratan en este artículo, el FROB ha socorrido a la banca sufriendo pérdidas que podrían alcanzar los 50.000 millones de euros. Por su parte, el capital privado vino aportado por las entidades financieras, quienes, por otro lado, compensarían parte de las pérdidas soportadas con los servicios que iban a prestar a Sareb.
¿Cómo estaba previsto que Sareb devolviese el préstamo que le había concedido la Unión Europea?
Hay que tener en cuenta que los fondos aportados a Sareb por el Estado a través del FROB y por las entidades financieras suponían menos de una décima parte del importe del préstamo que esta había contraído. Además, estaba previsto que el negocio fuese ruinoso. La finalidad de Sareb consistía en comprar bienes inmobiliarios para después tratar de revenderlos a fondos buitre por un precio mucho menor del que se había pagado.
Lo que sucede en realidad es que todos los implicados en la constitución de Sareb eran conscientes de que esta entidad no iba a ser capaz de devolver el préstamo y sabían que el Estado sería quien finalmente asumiría la mayor parte de su coste. La obligación de que el sector público sea quien finalmente deba asumir la devolución del préstamo proviene de la imposición del Consejo Europeo, que obligó al Estado español avalar la deuda de Sareb durante el ataque especulativo que tuvo lugar en el verano de 2012, en el que la prima de riesgo se convirtió en la protagonista de la agenda mediática.
Por otro lado, Sareb se creó con un plazo de duración de quince años. Por eso también, desde 2013 se está deshaciendo vertiginosamente de sus bienes en un proceso de venta totalmente opaco. Pero, cuando ya no queden bienes que vender y Sareb no pueda afrontar las cuotas préstamo, se ejecutará el aval. Así es como el Estado deberá correr con la parte del préstamo que no se haya devuelto. En definitiva, es la sociedad española la que finalmente se hará cargo de la deuda de Sareb a través de los impuestos.
¿Por qué se decidió que Sareb fuese gestionada de manera privada?
(...)
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