viernes, 25 de noviembre de 2022

Porsche, Dr. Oetker, BMW: la herencia de los magnates del régimen nazi que llega hasta hoy

7/9/22

El periodista David de Jong sigue el rastro del dinero de los millonarios industriales que crecieron a expensas de las expropiaciones y trabajos forzados durante el Tercer Reich y lograron conservar sus fortunas y legarlas a sus descendientes.


Muchas de estas compañías salieron impunes de los juicios por los crímenes de guerra. Hoy en día, estas mismas empresas, les cuesta reconocer ese pasado que se ha ido blanqueado por diferentes intereses históricos. Ese es el objetivo del escritor David de Jong que no arenga a nadie al boicot de estas empresas pero si que quiere que reconozcan su pasado.
El país teutón salió perdedor de la guerra una vez más. Sin embargo la derrota no basto para castigar a los alemanes. Los actos atroces que se produjeron, hicieron que se celebraran juicios contra los verdugos. Los castigos y exigencias no tuvieron el mismo calibre para todo el mundo.
Entre mentiras e intereses económicos nadaban las dinastías que salieron impunes, o casi, de los juicios de Nuremberg. El mayor ejemplo de estos casos es la familia Quandt, quienes fueron unas de las más icónicas y más poderosas de entonces. Hoy en día son la mayor fortuna alemana y controlan la mayor parte de acciones de BMW entre muchas otras. Günther Quandt, patriarca de esta familia, fue llamado a declarar en unos de los juicios y alegó que había sido obligado a unirse al bando nazi. Quandt mintió y salió absuelto.
De Jong demuestra en su libro como estos magnates han ido enriqueciéndose sin pagar las consecuencias de su pasado. En la obra se demuestra el uso de esclavos, como se apropiaron de los negocios de judíos y de como fabricaron armas para el ejército alemán.
Además de exhibir los intereses políticos y económicos internacionales que hicieron que estos millonarios no recibieran el castigo adecuado. «El proceso de desnazificación de los grandes empresarios alemanes es un mito. Los pocos que fueron encarcelados estaban libres en 1950 y fueron protagonistas del 'boom' económico germano».
Este hecho no es muy conocido por los ciudadanos alemanes afirmaba el escritor holandés. La relación entre estas compañías alemanas y el régimen liderado por Hitler ha pasado bastante desapercibido en algunos casos. Compañías como Siemens, Porsche o Dr. Oetker tenían acuerdos para comprar presos de los campos de concentración.
No era cuestión de unirse o morir como se suele decir. Muchos de los dueños de las empresas apoyaban firmemente el régimen, como Fritz Thyssen, o simplemente eran unos oportunistas que buscaban la expansión de su negocio.
.............................

No hay comentarios: